El Atl¨¦tico no para de crecer
El equipo de Simeone se impone al Zenit primero por juego y despu¨¦s por fe
En su regreso a la Liga de Campeones, el Atl¨¦tico no defraud¨®. No se llen¨® el estadio, lo que sorprendi¨®, pero el equipo fue capaz de transmitir en el mayor de los escaparates esa creencia indestructible en la victoria que le ha sacado de la clase media del f¨²tbol europeo. Tuvo que rearmarse la tropa de Simeone de un partido del que pareci¨® marcharse en los pocos minutos que el Zenit se exhibi¨®. Se reh¨ªzo con la lucha de Arda para buscar por dos veces un rechace y a trompicones cargados de fe introducir la pelota en el marco de Lodygin.
No desperdicia nada el equipo de Simeone por ese sentido de trascendencia que le da a cada pelota que queda suelta. No hay conjunto que acuda a los rechaces o a las jugadas a bal¨®n parado con m¨¢s carga emocional y guerrillera. El partido dej¨® constancia de que este grupo de futbolistas entregado a la pasi¨®n de su entrenador contin¨²a con su mensaje de crecimiento continuo, propagado hasta en la pizarra de Spalletti. Quiz¨¢ harto de que las inversiones millonarias que hacen sus patronos se le despilfarren en la Champions por grietas de la ingenuidad, dispuso una defensa de cinco, le entreg¨® la pelota al Atl¨¦tico y esper¨® a que Hulk, Danny o Kerzhakov justificaran el cartel de amenazas con el que llegaban. Nada de eso sucedi¨® hasta el segundo tiempo, cuando vista la planicie en que convirti¨® el juego de equipo decidi¨® desmontar la defensa de cinco. Entonces s¨ª apareci¨® el mejor Zenit durante unos minutos. Suficientes para que Kerzhakov con un remate picado le hiciera ense?ar a Courtois las mejores de sus virtudes: su rapidez de movimientos pese a su envergadura, que le permiti¨® meter una mano prodigiosa abajo. Lo siguiente fue un latigazo de Hulk, que ha convertido en costumbre firmar goles rompedores en el Calder¨®n. De nuevo fue un zurdazo contundente que revent¨® la escuadra derecha de Courtois.
ATL?TICO, 3 - ZENIT, 1
Atl¨¦tico: Courtois; Juanfran, Miranda, God¨ªn, Filipe Luis; Gabi, Mario Su¨¢rez; Turan (Ra¨²l Garc¨ªa, m.87), Koke (Cristian Rodr¨ªguez, m.89), Adri¨¢n (Baptistao, m.79); y Villa. No utilizados: Aranzubia, Ins¨²a, Alderweireld y Guilavogui.
Zenit: Lodygin; Smolnikov, Lombaerts, Lu¨ªs Neto (Shatov, m.46), Hubocan, Ansaldi; Zyryanov (Arshavin, m.75), Witsel; Hulk (Bystrov, m.85), Kerzhakov y Danny. No utilizados: Yegor, Lukovic, Fayzulin y Tymoschuk.
Goles: 1-0. M. 40. Miranda. 1-1. M. 58. Hulk. 2-1. M. 64. Arda Turan. 3-1. M. 80. Leo Baptistao.
?rbitro: W. Collum (Esc). Amonest¨® a God¨ªn, Lombaerts, Smolnikov, Hubocan y Hulk.
Unos 40.000 espectadores en el Calder¨®n.
El tanto pareci¨® doblar las piernas del Atl¨¦tico, noqueado durante unos minutos por todo lo que hab¨ªa capado Spalletti en el primer tiempo. Tres delanteros que hacen da?o con la pelota, que la necesitan m¨¢s de lo que el dibujo de su entrenador se la ofreci¨® y el Atl¨¦tico le dej¨®.
Ese paso atr¨¢s inicial del t¨¦cnico del Zenit puso al equipo de Simeone ante un paisaje por el que no acostumbra a tramitar los partidos. Tuvo que manejar el bal¨®n y el peso del juego. Y lo tuvo que hacer sin las revoluciones de Diego Costa. No pudo hacer mucho da?o, pero en ese crecimiento incesante ense?¨® que intenta aprender a manejar tambi¨¦n esos registros. Fue hasta acad¨¦mico en toda su interpretaci¨®n de ese dominio en el que no se siente tan c¨®modo. La ortodoxia comenz¨® por la contundencia de sus centrales, atentos siempre para cortar cualquier intento de contra. En campo contrario, no par¨® el Atl¨¦tico de buscar agujeros por derecha, por izquierda, con sus dos laterales ejerciendo como dos extremos, con los regates de Arda, el dinamismo de Koke con adornos como un sombrero. Juega mucho Simeone con las posiciones de Arda y Koke. Los coloca seg¨²n intuye los partidos primero y var¨ªa su posici¨®n seg¨²n ve si hacen da?o o no.
Nadie acude a los rechaces con la carga guerrillera y emocional de los rojiblancos
Los desmarques y las combinaciones de Villa y Adri¨¢n tambi¨¦n formaron parte de esa intentona de encontrarle espacios al Zenit. Adri¨¢n, ca¨ªdo a la izquierda, casi como quinto centrocampista, estuvo entonado con alguna carrera y primeros toques que ayudaron a minar a la defensa del Zenit, que se raj¨® en una jugada a bal¨®n parado, una marca definitiva en este Atl¨¦tico. El c¨®rner lo hab¨ªa provocado Gabi, que fue a pelear la pelota en otro de esos actos de fe que tantos r¨¦ditos futbol¨ªsticos como emocionales generan al colectivo. Se fue Miranda al primer palo haci¨¦ndose el despistado, mirando con el rabillo del ojo que Koke volviera a ense?ar su guante, como as¨ª fue. El cabezazo fue contundente. Uno de esos testarazos de central de toda la vida, imponente y revientaredes.
El conjunto ruso solo inquiet¨® cuando su t¨¦cnico fue algo atrevido
Hubo justicia en el tanto de Miranda porque no hab¨ªa m¨¢s equipo en el campo. Por la ambici¨®n mostrada desde el pitido inicial que solo se quebr¨® en ese inicio el¨¦ctrico del segundo tiempo que hizo el Zenit. Fue v¨ªctima el equipo ruso de ese mensaje cobarde de su entrenador visto lo que pareci¨® poner sobre la hierba en esos primeros minutos de la reanudaci¨®n. Se cay¨® con ese empuje de Arda en la b¨²squeda de un tercer remate y fue rematado por Baptistao, que culmin¨® por abajo un pase de Arda con direcci¨®n a Villa. Cort¨® la trayectoria de la pelota y a la defensa del Zenit por el medio para certificar que el Atl¨¦tico no para de crecer desde su fe.
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