Del desastre al empate en tres minutos

Andaba el Valladolid enredado en leer la alineaci¨®n del Sevilla, no alcanzaba a averiguar si hab¨ªa cinco defensas o tres centrales, apenas se hab¨ªan jugado ochenta segundos del partido cuando apareci¨® Vitolo por el ¨¢rea, se gir¨®, entreg¨® el cuero a Bacca y el colombiano emple¨® por primera vez el misil que tiene en la bota para marcar el primero. Emery, asfixiado por las bajas, busc¨® en las del rival, sin medios, sin ?scar para organizar un once con el que ir a por todo el bot¨ªn, porque el Sevilla est¨¢ en fase de recuperaci¨®n y en el guion de Emery no entraba frenar ante un equipo que ha comenzado a desangrarse. El experimento funcion¨® desde el principio, la variedad t¨¢ctica que le dan al Sevilla dos laterales como Moreno y Diogo es impagable en el f¨²tbol de hoy. Alberto Moreno aprovech¨® el dibujo de Emery como nadie, galop¨® por su banda, apret¨® en defensa, rob¨® un saco de balones en el centro del campo y marc¨® el segundo con un zurdazo tremendo.

El sofoc¨®n del Valladolid se hizo eterno, porque se ha quedado sin f¨²tbol en el centro del campo a base de lesiones, los delanteros se han atrancado y Ebert, que suele ser quien marca el camino, ayer se extravi¨® en el campo minado que era atravesar las l¨ªneas del Sevilla. El primer gol en el primer minuto le hab¨ªa enviado a la lona y no fue capaz de entender la pelea que propon¨ªa el rival. El Sevilla creci¨® sin freno, era superior en todas las zonas del campo, pero ganaba por aplastamiento en el centro del campo, Moreno y Carri?o robaban una y otra vez, cada vez m¨¢s cerca del ¨¢rea rival, pero sin encontrar la forma de agrandar la diferencia y enterrar al Valladolid.

Juan Ignacio Mart¨ªnez, en el descanso, busc¨® la soluci¨®n en Manucho, pero el problema estaba m¨¢s atr¨¢s y solo con ?lvaro Rubio en el c¨¦sped el juego del Valladolid tuvo algo coherencia, poco peligro, pero sirvi¨® para encerrar al Sevilla que convirti¨® su estrategia de tres centrales en una trinchera de cinco defensas Y entonces, en un centro alto, lento, lleg¨® el gol de Manucho en un cabezazo perfecto y el partido explot¨®. Solo unos segundos despu¨¦s de que Vitolo fallase a puerta vac¨ªa, Ebert coloc¨® un libre directo lejos de las manoplas de Beto y convirti¨® el desastre en empate.