Tumores sedientos de EPO
El onc¨®logo Crist¨®bal Belda investiga c¨®mo buscar el rastro del dopaje en las c¨¦lulas con las t¨¦cnicas de identificaci¨®n del c¨¢ncer
Aunque Crist¨®bal Belda nunca hab¨ªa estudiado con profundidad los asuntos del dopaje, para nada le sonaban a chino sustancias como EPO, hormona de crecimiento o IGF-1, el arsenal habitual del deportista tramposo. Belda es onc¨®logo, es Jefe de Oncolog¨ªa Tor¨¢cica y Neuro-oncolog¨ªa en HM Hospitales, y lleva a?os estudiando las c¨¦lulas en el laboratorio para identificar marcadores tumorales.
¡°Todas esas sustancias son muy conocidas por las c¨¦lulas y por ello por m¨ª¡±, dice Belda. ¡°De hecho, las c¨¦lulas tumorales se alimentan de EPO y para ello desarrollan receptores espec¨ªficos. Por eso conocemos la EPO y estamos aprendiendo a luchar contra ella para luchar contra el c¨¢ncer. En un cultivo de c¨¦lulas tumorales echamos una vez una gotita de EPO y su tama?o se multiplic¨® por 1.800 en solo cinco d¨ªas, cuando lo habitual, sin EPO, es que se duplique su tama?o, como mucho, en ese plazo¡±.
E historias similares cont¨® ayer Belda refiri¨¦ndose al poder multiplicador de c¨¦lulas buenas y malas de la IGF-1 y la hormona de crecimiento. ¡°La tasa de mortalidad de usuarios desorganizados de hormona de crecimiento es alt¨ªsima¡±, dijo Belda. ¡°Se puede afirmar que las sustancias dopantes como estas son sustancias que experimentalmente, en el laboratorio, producen c¨¢ncer y enfermedades cardiovasculares. Son sustancias que sirven para fabricar c¨¢ncer. He dicho experimentalmente porque no hay estudios epidemiol¨®gicos para ratificarlo. Pero la base cient¨ªfica es sencilla: una c¨¦lula ha necesitado millones de a?os para evolucionar y llegar a la perfecci¨®n actual. Cuando la modificamos aceleradamente con una de estas sustancias modificamos todas, pues todo est¨¢ conectado. Por eso quiero luchar contra el dopaje, porque es un problema de salud¡±.
El presidente del COI recibir¨¢ datos del estudio en diciembre en Madrid
Por eso, est¨¢s declaraciones las efectu¨® Belda no en un centro hospitalario, sino en la sede del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol (COE), y fueron el pre¨¢mbulo para la presentaci¨®n de sus investigaciones y de su intuici¨®n de que se puede detectar el uso de sustancias dopantes no por el rastro que de las mismas quede en el organismo, un rastro que desaparece r¨¢pidamente, o que incluso se puede disfrazar ¡ª¡°si somos capaces de decorar un h¨ªgado para que no lo reconozca el sistema inmunol¨®gico de un trasplantado, c¨®mo no vamos a ser capaces de esconder una sola prote¨ªna¡±, explica¡ª sino por las trazas que su paso ha dejado en el comportamiento de las c¨¦lulas.
¡°Es la t¨¦cnica que usamos en la investigaci¨®n oncol¨®gica, con el uso de la nanotecnolog¨ªa y la inmunolog¨ªa, buscamos biomarcadores descubriendo hechos pasados para poder predecir el futuro¡±, dice Belda, quien cuando trabajaba en La Paz fue el onc¨®logo que trat¨® a Seve Ballesteros hasta su muerte. ¡°En un c¨¢ncer las prote¨ªnas implicadas son dos millones, en el rendimiento 16. Estamos empezando con ratones a estudiar la marca inmunol¨®gica, una memoria indeleble que circula por la sangre en los paquetes de informaci¨®n gen¨¦tica. Hay sustancias que se degradan en horas y por lo tanto resultan pr¨¢cticamente indetectables que dejan su huella en la memoria gen¨¦tica, y cinco a?os despu¨¦s pueden ser descubiertas. Una pastilla tomada en enero se puede ver en septiembre¡±.
El 18 de diciembre visita Madrid el nuevo presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI), Thomas Bach, y a ¨¦l se le presentar¨¢ esta investigaci¨®n para que en el futuro pueda ser adoptada en la lucha contra el dopaje, siempre en combinaci¨®n, resalt¨® Belda ante un auditorio en el que estaba el director del laboratorio antidopaje de Madrid y responsables de la agencia antidopaje, con los m¨¦todos actuales de qu¨ªmica anal¨ªtica para detectar los metabolitos de las sustancias en la orina o en la sangre de los deportistas.
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