Veo a Kobe y cambio de canal
Los Lakers son probablemente peores con Bryant en la pista de lo que eran sin ¨¦l
En oto?o de 2001, pas¨¦ un mes jugando junto a Kobe Bryant en un campus de entrenamiento con los Lakers. En esas cuatro semanas de entrenamiento, en la mayor parte de las cuales estuve entre abrumado y aterrorizado, Bryant me trat¨® m¨¢s o menos igual de bien que el tac¨®n de una bota trata a un bicho, y me pas¨¦ la mayor parte de la siguiente d¨¦cada regode¨¢ndome en sus pocas dotes para las relaciones p¨²blicas. Estaba contento y muy satisfecho conmigo mismo por haber descubierto hace mucho tiempo algo sobre Bryant que los dem¨¢s empezaban a descubrir ahora: el hombre no estaba a gusto en su propio pellejo y, como la mayor¨ªa de las personas que no saben qui¨¦nes son, no era lo que cualquiera llamar¨ªa un tipo simp¨¢tico.
Pero entonces ocurri¨® algo. Por lo visto Bryant se dio cuenta de que nunca ser¨ªa Michael Jordan; el destino no iba a depararle la aprobaci¨®n universal. Renunci¨® a ser un h¨¦roe perfecto y al cabo de poco tiempo me vi apoy¨¢ndole, de la misma forma que siempre apoyo al polic¨ªa corrupto con problemas con el alcohol y una exmujer que le odia.
La vuelta de Bryant no se ha parecido en nada a lo que hab¨ªa esperado. Aclarados realizados con lentitud, tiros mediocres y miradas de cabreo a los compa?eros de equipo. Kobe Bryant all¨¢ por 2006
La primavera pasada, Bryant se rompi¨® el tend¨®n de Aquiles en una jugada normal en un partido de final de temporada contra los Golden State Warriors. Despu¨¦s de la lesi¨®n, su nueva conciencia de s¨ª mismo volvi¨® a entrar en acci¨®n. Admiti¨® que le preocupaba c¨®mo ir¨ªa su recuperaci¨®n, el inminente final de su carrera y si lo primero determinar¨ªa lo segundo. Y as¨ª, pens¨¦, las condiciones estaban dadas. El posible regreso de Bryant ser¨ªa diferente de lo que todos esperaban. Me lo imaginaba compenetr¨¢ndose con Pau Gasol, a quien finalmente hab¨ªa decidido tratar de igual a igual. Me imaginaba que los Lakers encadenar¨ªan una improbable racha de victorias, con Bryant dirigi¨¦ndolos desde atr¨¢s, en vez de desde delante. Me lo imaginaba encabezando al equipo en asistencias.
Dicen que la principal raz¨®n por la que nos encantan los deportes es su imprevisibilidad. Nunca sabemos cu¨¢l ser¨¢ el resultado de un partido hasta que se juega. Pero el problema de los deportes es la otra cara de la misma moneda: a veces, la imprevisibilidad significa que el argumento no va a ning¨²n sitio. La vuelta de Bryant no se ha parecido en nada a lo que hab¨ªa esperado. Aclarados realizados con lentitud, tiros mediocres y miradas de cabreo a los compa?eros de equipo. Kobe Bryant all¨¢ por 2006. Salvo que ahora todo es un poco m¨¢s lento, y los Lakers son probablemente peores con ¨¦l de lo que lo eran sin ¨¦l. Casi nadie dir¨¢ esto, por supuesto, porque todo el mundo est¨¢ demasiado centrado en el hecho de que Bryant pueda siquiera jugar. Y no les falta raz¨®n; es extraordinario que haya vuelto tan r¨¢pido de una lesi¨®n tan terrible.
Pero no puedo evitar preguntarme qu¨¦ podr¨ªa haber pasado si Kobe hubiese aceptado su destino, si hubiese visto la se?al de advertencia y si se hubiese permitido crecer, una vez m¨¢s. Querr¨ªa probablemente estrecharle la mano, darle una palmadita en la espalda y decirle que siento haberle guardado rencor tanto tiempo. En vez de lo que ha pasado, que es que lo ¨²nico que quiero hacer es cambiar de canal.
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