Eus¨¦bio, ?qu¨¦ recital ante los norcoreanos!
La exibibici¨®n del delantero portugu¨¦s en el Mundial del 66 resulta inolvidable Giuseppe Rossi, m¨¢ximo goleador de la Serie A, se lesiona la rodilla de nuevo y el Juventus vence al Roma (3-0) Rodgers derrota con el Liverpool a su hijo, del Oldham, con un gol de Aspas (2-0)
Quien vio aquel partido en directo, en Goodison Park (Liverpool) el 23 de julio de 1966, lo recordar¨¢ para siempre. Quien, por edad, lo haya visto grabado a?os despu¨¦s, tambi¨¦n. La exhibici¨®n de Eus¨¦bio dej¨® huella. Por c¨®mo corr¨ªa a recoger desde el fondo de las mallas norcoreanas el bal¨®n que ¨¦l mismo hab¨ªa enviado all¨ª. Un galope altivo, mezcla de elegancia y necesidad. Las ganas por remontar el asombroso 0-3 inicial. Marc¨® el primero a bal¨®n corrido, tras un pase del capit¨¢n Coluna. Marc¨® el segundo de penalti, a la escuadra. Marc¨® el tercero otra vez de primeras sin pararse la pelota. Marc¨® el cuarto otra vez de penalti, cometido sobre el propio Eus¨¦bio, cazado por dos defensas norcoreanos. Todo en ¨¦l era exuberancia sin ostentaci¨®n. El quinto lo anot¨® ya Augusto de cabeza. 5-3, en los cuartos de final del Mundial de Inglaterra 66. Camino de una semifinal memorable por las l¨¢grimas infantiles de Eus¨¦bio tras la derrota portuguesa ante Inglaterra (2-1) como consecuencua de las paradas de Gordon Banks.?
Eus¨¦bio fue una figura esbelta e imponente en los a?os sesenta, disfrutado por el Benfica y por la selecci¨®n portuguesa. Antes, fue un ni?o t¨ªmido que jugaba con los pies descalzos en las calles de su Maputo natal. Usaba balones que, en realidad, eran calcetines o papeles enrollados. Su padre, el ferroviario Laurindo Ant¨®nio, muri¨® de t¨¦tanos cuando ¨¦l ten¨ªa solo ocho a?os. Lo cri¨®, pues, su madre, Elisa, en medio de la pobreza, en un caso parecido al de Cristiano Ronaldo. Convertido en un s¨ªmbolo de Portugal, la vejez no tuvo piedad de Eus¨¦bio. Habl¨¦ un par de veces con ¨¦l en la Eurocopa de Portugal 2004. No pasaba por sus mejores d¨ªas, no se le entend¨ªa casi nada. Se recuper¨® en los ¨²ltimos a?os, a menudo acompa?ado por otras leyendas lusas, Rui Costa o Figo, como representantes del f¨²tbol portugu¨¦s. Pero ya nada fue como esa d¨¦cada gloriosa de los sesenta.
LA RODILLA DE ROSSI
Giuseppe Rossi, ese neoyorkino fr¨¢gil y sensible, de 26 a?os, hab¨ªa vuelto a recuperar la adrenalina del gol a orillas del r¨ªo Arno, liderando la tabla de goleadores de la Serie A con 14 tantos, tres m¨¢s que El Apache T¨¦vez. Bajo la direcci¨®n de Vincenzo Montella, todo flu¨ªa en el Fiorentina hasta que este domingo la rodilla derecha de Rossi volvi¨® a sentir el dolor, las viejas y terribles sensaciones que segaron su estupenda carrera en el Villarreal: dos veces operado de rotura de ligamentos. El Fiorentina gan¨® en el derbi toscano al Livorno (1-0, gol del defensa Rodr¨ªguez), pero perdi¨® toda la alegr¨ªa en ataque de Pepito Rossi. Horas despu¨¦s, el Juventus no encuentra rival en Italia, tampoco el Roma, tan efervescente en el arranque, tan atrancado en las ¨²ltimas jornadas. El cuadro de Conte lo derrot¨® sin remision (3-0, Vidal, Bonuci y Vucinic) y deja encarrilado su tercer scudetto consecutivo.?
RODGERS CONTRA SU HIJO
"Mi padre corre demasiado y no puedo atraparlo", dijo esta semana Anton Rodgers, mediocampista del Oldham, de 20 a?os, e hijo de Brendan, el t¨¦cnico del Liverpool, de 40. As¨ª es. Tras coincidir en la escuela del Chelsea, donde el padre ya era entrenador, sus caminos se separaron, avanzando m¨¢s el padre, ahora en el santuario de Anfield, mientras el hijo peregrinaba por varios equipos modestos antes de asentarse en el Oldham. En ese camino, fue acusado, junto a otros compa?eros del Brighton, de asaltar sexualmente a una adolescente. Un duro golpe para los padre, ahora separados. Este domingo, Brendan no contuvo la victoria del Liverpool (2-0, con un gol de Iago Aspas, su primer tanto en Inglaterra) en la tercera ronda de la Copa Inglesa. La FA Cup reserva grandes emociones, esta vez en Old Trafford, donde el Manchester United, en esa p¨¦sima campa?a a las ¨®rdenes de David Moyes, cay¨® ante el Swansea de Michael Laudrup (1-2, Javier Hern¨¢ndez; Routhledge y Bony).
MOU DESQUICIA A MATA
Tiene m¨¦rito Jos¨¦ Mourinho al haber conseguido desquiciar a Mata, un chico siempre tan controlado y seguro de s¨ª mismo en su fulgurante carrera desde que arrancara con Koeman en el Valencia de 2008. Gan¨® ese a?o la Copa del Rey e inici¨® una trayectoria imparable en lo personal como en lo profesional, un coleccionista de t¨ªtulos: el Europeo sub 21 en 2011, el Mundial de 2010 y la Eurocopa de 2012 con La Roja (nueve goles en 31 partidos), la Copa inglesa (2012), la Copa de Europa (2012) y la Liga Europa (2013) con el Chelsea. De propina, los futbolistas ingleses lo distinguieron como uno de los siete mejores jugadores de la pasada campa?a, adem¨¢s de erigirse como el mayor asistente de la Premier. Nada de eso ha sido suficiente para ganarse el afecto de Mou, que lo puso bajo sospecha desde el primer momento, en verano pasado. Le hizo saber que, por delante de ¨¦l, ten¨ªa otras preferencias en la media punta: el brasile?o Oscar, aunque tambi¨¦n Hazard, Sch¨¹rrler e inclus¨® fich¨® a Wilian. La frustraci¨®n le ha ganado terreno a Mata, como se percibi¨® en los gestos de frustraci¨®n tras ser sustituido el mi¨¦rcoles pasado ante el Southampton. Lo peor no es que no lo quiere, sino que tampoco le deje marcharse, por si acaso triunfase en otro sitio. Mou lo ha conseguido. Mata duda de su f¨²tbol.
EXPULSI?N TEMPORAL PARA LOS 'TEATREROS'
En los previsibles ¨²ltimos coletazos como presidente de la FIFA, Joseph Blatter parece empe?ado en llamar la atenci¨®n, esta semana al afirmar su disposici¨®n a castigar con expulsiones temporales a los teatreros: los jugadores que fingen lesiones para perder tiempo o simulan ser v¨ªctimas de penaltis no cometidos sobre ellos. Tendr¨¢ ocasi¨®n de proponerlo en la pr¨®xima reuni¨®n, en marzo, de la International Board, con los cuatro votos de la FIFA de un total de ocho (los otros cuatro pertenecen a las cuatro asociaciones del Reino Unido). Bien, la reglamentaci¨®n ya recoge una sanci¨®n para este tipo de comportamiento: la tarjeta amarilla. Nada nuevo. La clave es el ¨¢rbitro la aplique con rigor, cuando el jugador se haya tirado realmente o est¨¦ perdiendo verdaderamente tiempo. Estamos, pues, otra vez en manos de la capacidad de los ¨¢rbitros, m¨¢s que en las rabietas ocasiones de Chiquito Blatter.
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