Roma pierde la concentraci¨®n
Al espa?ol le puede la presi¨®n y desperdicia una ventaja de 40 minutos con Peterhansel, ahora a solo dos en la general . Sainz abandona a causa de un accidente cuando iba a por combustible
No fue una buena jornada para los pilotos espa?oles. Despu¨¦s de un mal d¨ªa en las dunas del desierto de Atacama, Carlos Sainz encaden¨® otro peor camino de Antofagasta. Si el martes se rompi¨® el chasis de su buggy (SMG) y perdi¨® dos horas con los mejores, este mi¨¦rcoles tuvo un accidente en el tramo neutralizado de la especial cuando se dispon¨ªa a cargar con combustible su veh¨ªculo: perdi¨® el control del coche y se sali¨® de una curva. Ni ¨¦l ni su compa?ero, Timo G?ttschalk, sufrieron heridas de gravedad, pero el coche qued¨® inutilizable y Sainz volv¨ªa a abandonar por segundo a?o consecutivo el Dakar. Pero no fue el ¨²nico que tuvo un mal d¨ªa. Tampoco fue una buena jornada para Nani Roma, que volvi¨® a ceder ante el acoso de Peterhansel (segundo en esta d¨¦cima etapa, casi 10 minutos por delante aquel), ahora a poco m¨¢s de dos minutos en la general.
Nani Roma lleg¨® a Rosario confiado. Hab¨ªa ganado todos los rallies en los que hab¨ªa participado en 2013, cuatro. Y los hab¨ªa ganado desde el liderato. Se sent¨ªa capaz esta vez de tolerar la presi¨®n, de gestionar una carrera desde la posici¨®n m¨¢s dif¨ªcil que existe, el primer puesto de la general. Pas¨® el 2013 conversando y respondiendo a los ejercicios de Pep Font, psic¨®logo deportivo, que le ayud¨® a encontrar la tranquilidad en los momentos cr¨ªticos de una competici¨®n como el Dakar. Estaba preparado. Ya gan¨® un Dakar en moto. De hecho fue el primer espa?ol en llevarse el deseado Touareg. Y diez a?os despu¨¦s de aquella haza?a quer¨ªa repetir para convertirse en el primer espa?ol que gana en motos y coches.
Al volante de su Mini, el coche mejor preparado, dominador de la categor¨ªa desde el adi¨®s de los Volkswagen, empez¨® con ganas. Se puso l¨ªder quiz¨¢s demasiado pronto. Y demasiado f¨¢cil, quiz¨¢s, obtuvo una importante ventaja respecto a sus principales rivales. Roma lleg¨® a tener un margen de 32 minutos en la general con Terranova y 40 con Peterhansel, el aut¨¦ntico peligro. Tan solo era la quinta etapa. Cinco despu¨¦s, tras escurr¨ªrsele de las manos todos aquellos preciosos minutos que ten¨ªa por peque?os errores (ahora un pinchado, ahora una duna mal calculada), la renta con la que cuenta para plantarle cara a su compa?ero de equipo, Steph¨¤ne Peterhansel, lanzado al ataque desde que asumi¨® aquel d¨ªa en que pinch¨® hasta en seis ocasiones que no ten¨ªa nada que perder, es de solo dos minutos y 15 segundos. Una minucia.
Sobre todo si uno echa una ojeada a la etapa de este jueves: 605 kil¨®metros de especial (con otros 144 de enlace) con pistas de minas y r¨ªos para empezar y las dunas de Copiap¨® para concluir un d¨ªa completo: navegaci¨®n, dureza, capacidad t¨¦cnica. Y, lo m¨¢s importante, cabeza. Lo que m¨¢s le ha fallado a Roma estos ¨²ltimos d¨ªas, en los que ha ido perdiendo entre siete y diez minutos por d¨ªa. Confes¨® no sentirse c¨®modo en el coche, haber tenido p¨¢nico a perder m¨¢s tiempo por otro pinchazo, le pudo la presi¨®n de resguardar una primera posici¨®n que hab¨ªa logrado casi sin quererlo, demasiado pronto. Y en tres etapas deber¨¢ demostrar que puede volver a ganar el Dakar, esta vez en coche.
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