Eto¡¯o tritura al United

Seducido por los millones del Anzhi y con el zurr¨®n lleno de t¨ªtulos, Eto¡¯o dej¨® hace dos a?os de figurar en el escaparate futbol¨ªstico mundial despu¨¦s de un pasado fastuoso en el Barcelona y el Inter. Pero, hastiado del fr¨ªo de Majachkal¨¢ y el anonimato que le confer¨ªa desfilar por una liga menor, el camerun¨¦s se marc¨® un nuevo reto el pasado verano, cuando Jos¨¦ Mourinho le telefone¨® para que adornase la lustrosa n¨®mina de atacantes del Chelsea. Reclutado por el t¨¦cnico portugu¨¦s, con el que alz¨® la Copa de Europa en 2010, el africano quer¨ªa reverdecer laureles en Inglaterra y volver a experimentar los d¨ªas de vino y rosas. Y as¨ª lo hizo este domingo, frente al Manchester United, El ariete sabore¨® de nuevo las mieles de la primera l¨ªnea, de los focos que le apuntaban anta?o cuando descerrajaba las defensas y martilleaba a los rivales. Tres zarpazos suyos derribaron a los diablos, en ca¨ªda libre, y mantienen a los blues en la lucha por el t¨ªtulo de la Premier.

El Chelsea, apremiado por los triunfos del Arsenal y el City, no dej¨® escapar la oportunidad de apuntillar a un adversario que acumula ya siete derrotas en las 22 jornadas disputadas hasta ahora. Hace aguas el proyecto de David Moyes, cuyo equipo camina desnortado tras la marcha de Sir Alex Ferguson y que ocupa el s¨¦ptimo pelda?o de la tabla, a un abismo ¨C14 puntos¨C de los gunners.

En Stamford Bridge, ante un Chelsea de dentellada f¨¢cil y pegada demoledora, el entrenador escoc¨¦s puso cemento en el centro del campo con el objetivo de frenar la segunda l¨ªnea de los blues, en la que volvi¨® a faltar Mata, de nuevo en el banquillo. Sin embargo, no le funcion¨® la apuesta por Jones y Carrick. Enjaulado, sin mayor argumento que el escudo y el delicioso toque del joven Januzaj, apenas intimid¨® el United, mermado adem¨¢s por la ausencia de sus dos t¨®tems, Rooney y Van Persie.

En cambio, s¨ª carbur¨® el Chelsea, con una propuesta minimalista y sin los virtuosismos de Hazard u Oscar en esta ocasi¨®n, pero con un Eto¡¯o dulce. Fue el camerun¨¦s, que hasta este duelo solo contabilizaba tres dianas, el que ejerci¨® de abrelatas superado el cuarto de hora con un latigazo que golpe¨® en la pierna de Carrick, para despiste de De Gea. Sin jugadores capaces de enhebrar el juego y darle sentido a la pelota en la creaci¨®n, el United se descosi¨® con el paso de los minutos. Y, por si fuera poco, el ¨¢rbitro le priv¨® de una pena m¨¢xima por un claro derribo de Azpilicueta sobre Welbeck. Solo Januzaj, un oasis en medio de la aridez de sus compa?eros, de las pocas notas positivas para los diablos este curso, busc¨® la cosquillas a los zagueros. Encar¨® una y otra vez el canterano, dispuesto a acaparar el protagonismo en un escenario de alcurnia, pero Eto¡¯o volvi¨® a entrar en escena justo antes del intermedio con un derechazo raso que bati¨® a De Gea.

No vari¨® el guion en el segundo periodo, con un United inerme y un Chelsea punzante a cada robo de la pelota. No alcanza la exuberancia de la primera etapa de Mourinho en Londres, pero los blues se muestran como un conjunto fiable. No en vano, han salido airosos este a?o de las contiendas contra los otros aspirantes al cetro ¨Cvenci¨® al City (2-1) y resisti¨® contra el Arsenal (0-0) en el Emirates¨C y la amalgama de recursos con la que cuenta el portugu¨¦s, que celebr¨® su victoria n¨²mero 100 en la Premier (en 142 partidos), no tiene parang¨®n en Inglaterra. Para muestra, la suplencia de Torres, Ashley Cole o Lampard en una cita de etiqueta contra el United, triturado sin piedad por Eto¡¯o. Como en sus mejores tiempos, el estilete redonde¨® una magn¨ªfica actuaci¨®n al remachar un desafortunado despeje de De Gea a un testarazo de Cahill y certific¨® su triplete con una sonrisa de oreja a oreja. Le relev¨® Torres, que solo estuvo 10 minutos sobre el tapete al producirse un esguince en la rodilla derecha.

Pese al contratiempo de El Ni?o, la hinchada de Stamford Bridge se recre¨® en el ep¨ªlogo del envite. Tanto por el triunfo de su equipo, que exhala aire en el cogote del Arsenal, como por la derrota de un oponente que queda todav¨ªa m¨¢s retratado. De nada sirvi¨® el arre¨®n final de Chicharito, siempre fiel al gol. La expulsi¨®n de Vidic por una dur¨ªsima entrada y otra fea acci¨®n de Rafael pusieron el broche a la amarga tarde de los diablos. Postrado en la banqueta, el rostro de Moyes era todo un poema. En el grader¨ªo, Ferguson abandonaba su asiento entre suspiros. Y Eto¡¯o, en su antigua versi¨®n, con el bal¨®n bajo el brazo.