La medalla del coraje

Con el mejor partido en el momento m¨¢s adecuado, Espa?a logr¨® la medalla de bronce m¨¢s dulce. Un premio a la constancia, a la perseverancia de un grupo que solo se ha quedado sin subir al podio en una de las cuatro ¨²ltimas grandes citas: en la que se creyeron superiores al resto, en la que dieron por hecho que no tendr¨ªan rival.

Este bronce del coraje despoja de ansiedad a la selecci¨®n. No solo al equipo, que demuestra que el oro de Barcelona no fue un golpe de suerte. Tambi¨¦n al nuevo seleccionador, Manolo Cadenas. Con el billete a Catar en el bolsillo como campe¨®n mundial, el t¨¦cnico dispondr¨¢ ahora de tiempo para introducir nuevos aspectos en un equipo que le vino hecho, con vistas a formar un proyecto s¨®lido de cara a los Juegos de R¨ªo. El bloque llegar¨¢ a esa cita en su madurez deportiva. Por el camino se incorporar¨¢ Alex Dujshebaev, al que una lesi¨®n priv¨® de su primera gran cita a los 21 a?os. Pareja necesaria para un Maqueda soberbio en defensa, desbocado en ataque.

Con Sterbik renqueante, Gonzalo P¨¦rez de Vargas dispondr¨¢ de un Mundial y un Europeo para irse asentando en la porter¨ªa. En su primera gran prueba, con 23 a?os, ha sabido sobreponerse a las dudas que han sobrevolado su posici¨®n. Dudas que se solventaron en el momento en que Cadenas dej¨® de alternar a los guardametas. Ante Croacia, Sierra firm¨® su mejor partido, no tanto por las paradas (11) como por el momento en que las hizo. ¡°Si con 35 a?os, tengo que reafirmarme, ya no s¨¦ qu¨¦ hacer¡±, se defendi¨® tras el partido.

Hay cuestiones en esta Espa?a que son intocables. De plastilina en el inicio del torneo, en los momentos decisivos no ha habido una defensa tan compactada como la de Viran y Guardiola, las dos torres que m¨¢s balones han blocado en el campeonato (ocho cada uno). M¨¢s que intocable, imprescindible es en este equipo Aginagalde. Cuatro partidos, la mitad del campeonato, le han servido para llevarse a casa el t¨ªtulo de mejor pivote.

Pero si algo positivo puede sacar Espa?a de este torneo es que ya cuenta con un jugador de referencia. Su Karabatic, su Hansen. Joan Ca?ellas se va del torneo como m¨¢ximo goleador, un premio que recibi¨® antes de la final, cuando a¨²n le faltaban dos goles para igualar los 44 del island¨¦s Sigurdsson. Una forma raqu¨ªtica de reconocer el torneo del central, ya que se qued¨® fuera del siete ideal, donde tampoco estaba Nikola Karabatic, nombrado, eso s¨ª, mejor jugador del torneo.

Ca?ellas es un claro ejemplo del balonmano espa?ol. Hace un a?o, el l¨ªder silencioso de esta Espa?a, confiaba en que el oro mundial mejorase la situaci¨®n de su deporte. Se dio de bruces con la realidad solo seis meses despu¨¦s. Su equipo, el Atl¨¦tico, desaparec¨ªa y ¨¦l se fue al Hamburgo. Dej¨® Madrid, donde estaba tan a gusto con Montse, su compa?era, incapaz ayer de contener las l¨¢grimas al abrazarle tras el partido. Poco antes de que ¨¦l, tan sincero, en medio de la euforia, admitiese: ¡°Esta vez s¨¦ que no va a servir de nada. Muchos pensar¨¢n: ¡®Joder, es solo un bronce¡¯. No saben lo que cuesta conseguirlo. Este es un premio para la gente que lucha¡±.