Marcelinho y Papanikolaou salvan la cara del Barcelona en Atenas

El partido de Atenas fue un drama por lo feo que se puso y el concurso de desprop¨®sitos en que se enzarzaron el Panathinaikos y el Barcelona. Si gan¨® el equipo de Xavi Pascual fue probablemente porque arranc¨® con una frescura y un acierto encomiables y supo a continuaci¨®n administrar sus ventajas, de hasta 13 puntos (29-42), y porque cont¨® con la inspiraci¨®n de Marcelinho y Papanikolaou.

Luego, cuando su clarividencia y agresividad ofensivas se diluyeron, mantuvo la inercia y asfixi¨® a su rival en defensa. El equipo griego, m¨¢s all¨¢ de su primera respuesta vibrante del primer cuarto, brind¨® una pobre impresi¨®n, nada acorde con el segundo puesto que ocupaba en el Top 16, con solo algunos fogonazos de Diamantidis, Maciulis y Lasme. Pero ni siquiera los alardes individuales engrasaron su espeso ataque, especialmente en el segundo y en el ¨²ltimo cuarto en los que igual¨® una triste marca: nueve puntos y un carrusel de errores que le llevaron a acumular un total de 20 p¨¦rdidas de bal¨®n.

Marcelinho pudo con Ukic y con Diamantidis. El base brasile?o, de un tiempo a esta parte, ha recuperado la chispa y el acierto en el ritmo de juego y en el lanzamiento. Y junto a ¨¦l, Papanikolaou, muy abroncado por un p¨²blico que no olvida su singladura en el Olympiacos, se marc¨® un partido muy completo, con 14 puntos, un buen marcaje sobre Maciulis, cuatro rebotes y una imprescindible agresividad en todos los rincones de la cancha. El Barcelona dependi¨® de ambos porque Navarro, con molestias musculares, solo consigui¨® anotar un punto, y Tomic tampoco consigui¨® encontrar buenas posiciones en la cerrad¨ªsima defensa del Panathinakos.

Los triples de Marcelinho, Papanikolaou, Oleson, Lorbek y Nachbar, valieron su peso en oro en un partido en el que los p¨ªvots apenas pudieron hacer de las suyas en el interior de la zona. Lo mejor para el Barcelona fue un resultado que le mantiene invicto y que refuerza su cartel, tras haber vencido tambi¨¦n en las pistas de rivales tan temibles como el Fenerbah?e y el Olympiacos.