El Madrid se corona en un final apote¨®sico
Llull fulmina con una canasta en el ¨²ltimo segundo a un rocoso Barcelona y honra el espl¨¦ndido partido de Mirotic y Rudy 24? t¨ªtulo de Copa para los blancos
Fue en el ¨²ltimo segundo, cuando el Barcelona ya cantaba victoria y cuando en el Madrid empezaba a cundir la depresi¨®n por permitir que se le fuera una ventaja de siete puntos en el ¨²ltimo minuto y medio. Y fue cuando el ¨²ltimo cartucho del Madrid parec¨ªa perderse en la mara?a defensiva del Barcelona. Sergio Rodr¨ªguez sali¨® de su ¨²ltimo eslalon en la zona del Barcelona, acert¨® a ver en la esquina a Llull, acert¨® a enviarle la bola y el escolta menorqu¨ªn, totalmente solo, asest¨® la estocada definitiva. Quedaba una d¨¦cima. La Copa era del Madrid; el ¨²ltimo intento del Barcelona, poco menos que una utop¨ªa. El Madrid vuelve a ser el rey de un torneo en el que desnivela a su favor el empate a 23 t¨ªtulos que manten¨ªa con el Barcelona.
BARCELONA, 76-MADRID, 77
FC Barcelona (17+25+17+17): Huertas (15), Navarro (5), Papanikolaou (2), Lorbek (8), Tomic (14)-cinco inicial- Dorsey (7), Sada (0), Abrines (7), Oleson (11), Nachbar (7) y Pullen (0).
77 - Real Madrid (16+22+22+17): Llull (9), Rudy Fern¨¢ndez (19), Darden (2), Mirotic (17), Bourousis (2) -cinco inicial-, Draper (5), Reyes (9), Rodriguez (8), Carroll (2) y Slaughter (4).
Arbitros: Hierrezuelo, Garc¨ªa Gonz¨¢lez y Conde. Se?alaron falta t¨¦cnica a Slaughter y a Tomic, en el minuto 29. Eliminado por cinco faltas personales Reyes, minuto 40.
Incidencias: Partido correspondiente a la final de la Copa del Rey disputada en el Palacio de los Deportes Mart¨ªn Carpena, de M¨¢laga, ante 11.000 espectadores. Mirotic fue el "Jugador M¨¢s Valorado de la Final"
El apote¨®sico final consum¨® un duelo tan abrumador como precioso por lo igualado, por lo tenso, por el toma y daca sin fin de un carrusel de jugadores rebosantes de talento y por la sucesi¨®n de estrategias con las que ambos intentaron podar los ataques de su rival. Laso se sali¨® con la suya y Navarro apenas dio se?ales de vida. Pascual tambi¨¦n consigui¨® que la realidad se pareciese a su pizarra y Sergio Rodr¨ªguez no pudo actuar con la insultante soltura con la que viene haci¨¦ndolo toda la temporada.
Pero por m¨¢s argucias t¨¢cticas y estrategias defensivas que se vuelquen en la cancha, siempre suele imperar el talento. El de Rudy Fern¨¢ndez y Mirotic espole¨® al Madrid, que se las vio y se las dese¨® para desplegar el juego din¨¢mico, demoledor, admirable que le ha caracterizado toda la temporada. El Barcelona se remiti¨® a sus p¨ªvots, sobre todo a Tomic, y tambi¨¦n a Oleson y Marcelinho.
El Madrid volvi¨® a contar con otro actor capital. Felipe Reyes acert¨® a frenar a Tomic en el tramo final y, adem¨¢s, sum¨® cinco valiosos puntos en el ¨²ltimo cuarto. Y por supuesto, Llull, discreto durante todo el partido, muy centrado en la direcci¨®n del juego primero y en el marcaje a Navarro en otras fases, acab¨® acertando en el momento culminante.
El Barcelona sucumbi¨® a pesar de que llev¨® el juego a su terreno. Control¨® sus posesiones, acudi¨® al rebote con una determinaci¨®n enorme, sobre todo en ataque, y logr¨® recuperar siete bolas y perder solo cuatro, mientras que el Madrid dejaba escapar 12 y solo reba?¨® tres. Pero todo lo que el Barcelona gan¨® de esa forma lo ech¨® a perder con su horrible porcentaje en los tiros libres: 15 aciertos en sus 27 lanzamientos frente a un 22 de 25 del Madrid. Por ah¨ª se le fue medio partido al Barcelona.
El Barcelona se volc¨® en su juego interior, sobre todo en Tomic. Insisti¨® con el p¨ªvot croata. Aunque sus porcentajes de tiro fueran por momentos baj¨ªsimos, no cej¨® en su empe?o. Forz¨® as¨ª faltas y tiros libres, hasta que acab¨® calentando la mu?eca. Ni Bourousis ni Felipe Reyes pudieron con ¨¦l. El Barcelona carg¨® el rebote en ataque y cumpli¨® a rajatabla una de las premisas que le marc¨® Xavi Pascual: solo perdi¨® un bal¨®n en todo el primer tiempo, mientras que al Madrid se le esfumaron hasta nueve posesiones.
Mirotic y Rudy tiraron del Madrid, que no se encontr¨® a gusto, que no pudo desplegar la exuberancia de su juego, pero mantuvo unas constantes suficientes para convertir el marcador en un vaiv¨¦n de cortas ventajas: dos, tres, cuatro puntos a lo sumo para uno o para otro (del 42-38 al 47-51).
Estaba claro que si Sada no hab¨ªa jugado la semifinal contra el Valencia se deb¨ªa a que Pascual le ten¨ªa encomendada una tarea muy especial: intentar paliar al menos los efectos huracanados que producen en el Madrid las irrupciones de Sergio Rodr¨ªguez.
El Barcelona gan¨® por dentro todo lo que desperdici¨® por fuera, con sus siete primeros triples fallados. La aparici¨®n de Abrines desatasc¨® su artiller¨ªa. Las sensaciones de superioridad de uno y otro equipo cambiaban en un abrir y cerrar de ojos. El Barcelona acab¨® rematando el primer tiempo con una corta ventaja y con un expediente relativamente satisfactorio.
El Madrid contest¨® en el inicio del tercer cuarto con un apret¨®n de Rudy, que dej¨® fuera de foco a Abrines. Al estir¨®n del Madrid le respondi¨® una r¨¢faga de Marcelinho que, con nueve puntos consecutivos, dej¨® en evidencia la defensa de Draper y volvi¨® a empatar el partido.
Los equipos acometieron el tramo definitivo en plena igualdad, con los nervios a flor de piel y un rifirrafe que fue saldado con t¨¦cnicas para Tomic y Slaughter. El Madrid pareci¨® dar el estir¨®n definitivo cuando alcanz¨® siete puntos de ventaja (64-71 que mantuvo hasta el 68-75), cuando faltaba poco m¨¢s de un minuto.
A partir de ah¨ª, el Barcelona fue un cicl¨®n y el Madrid cometi¨® dos errores capitales, una falta en ataque de Reyes y, sobre todo, una p¨¦rdida de Sergio Rodr¨ªguez que Oleson convirti¨® en un dos m¨¢s uno: 76-75. Faltaban ocho segundos. Fue el tiempo que necesit¨® el Madrid para poner el ¨²ltimo bal¨®n en las manos de Llull y el menorqu¨ªn consum¨® el golpe de efecto final.
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