Vieri, el banquillo o la ruina

Christian Vieri, delantero estrella de la d¨¦cada de los noventa y uno de los pilares de la selecci¨®n italiana de aquella ¨¦poca, goleador en Atl¨¦tico, Inter de Mil¨¢n, Milan, M¨®naco, Fiorentina, Atalanta¡­, esto es, en todos los equipos por los que ha pasado (hasta 12 en 18 a?os de profesional), est¨¢ arruinado. Su fracasada incursi¨®n como empresario le ha llevado a una situaci¨®n de necesidad inimaginable durante sus a?os de bonanza econ¨®mica. Tanto que su ¨²nica soluci¨®n para subsistir, seg¨²n confeso en La Gazzetta dello Sport, es conseguir que alg¨²n equipo le contrate como entrenador. Antes tendr¨¢ que sacarse la licencia, algo que a juzgar por el mensaje que ha lanzado en su perfil de Twitter no le supone un reto: ¡°Aunque el curso no vale una mierda¡­ lo haremos igualmente¡±.

Bobo, apodo con el que se conoce al exfutbolista bolo?¨¦s, de 40 a?os, invirti¨® toda su fortuna en la empresa BFC, de la que formaba parte tambi¨¦n su madre. La quiebra de esta, que gener¨® unas p¨¦rdidas de 16 millones de euros en el ¨²ltimo ejercicio, le han situado en una tesitura econ¨®mica inasumible.

¡°Ya no tengo ganas de jugar m¨¢s¡±, declar¨® en 2009, cuando decidi¨® colgar las botas y alejarse de los terrenos de juego. Consumado jugador de p¨®quer, lleg¨® a reconocer que era el organizador de m¨²ltiples timbas durante las concentraciones con Italia, decidi¨® hacer de su vicio un nuevo oficio, aunque la experiencia no le fue bien. Comprometido ya por las deudas debido al alto tren de vida en el que se mov¨ªa, Vieri, que como profesional marc¨® un total de 239 goles, ha participado en programas de televisi¨®n (Mira quien baila) y en la actualidad trabaja como comentarista deportivo para una televisi¨®n italiana.

En la memoria de los aficionados del Atl¨¦tico permanece todav¨ªa el gol que el italiano le marc¨® al PAOK en la segunda ronda de la Copa de la UEFA de la temporada 97/98. Aquel disparo sin ¨¢ngulo sobre la l¨ªnea de fondo fue una de sus principales obras como jugador, y una maniobra de la que podr¨¢ hablar con sus futuros aprendices. Si ya con el t¨ªtulo de entrenador bajo el brazo recibe el encargo de alg¨²n equipo, eso s¨ª. Es la ¨²nica soluci¨®n para sostener su futuro, porque los beneficios del pasado ya han desaparecido.