Grant Dalton, fanfarr¨®n e incombustible

La figura de Grant Dalton (Auckland, 1957) no deja indiferente a nadie. Idolatrado por unos y rechazado por otros, el neozeland¨¦s es uno de esos personajes que se mueve en los extremos. Socarr¨®n, altanero y tipo duro, tambi¨¦n es uno de los hombres m¨¢s respetados sobre una cubierta. Uno de los navegantes que mejor descifra los c¨®digos que rigen sobre un barco. No en vano, le avalan un rosario de victorias e infinidad de millas a sus espaldas. Hijo de la extraordinaria camada mar¨ªtima que aporta generaci¨®n tras generaci¨®n de Nueva Zelanda a la vela, es uno de los marineros m¨¢s experimentados en la alta competici¨®n. Un s¨ªmbolo en su pa¨ªs. Un l¨ªder natural, en el fondo y en la forma, que presume ¡ªen el sentido estricto de la palabra¡ª de haber dado seis veces la Vuelta al Mundo sobre el agua.

Amante del motor y la F¨®rmula? 1, evita la presencia de mujeres a bordo porque ¡°traen mala suerte¡±

La primera vez lo hizo en 1981. ¡°Ten¨ªa 22 a?os, ninguna atadura y ganas de sentirme libre. No ten¨ªa nada de lo qu¨¦ preocuparme¡±, recuerda. Siendo un joven bravuc¨®n, entonces, se subi¨® a lomos del Flyer II, patroneado por Conny van Rietschoten. En esa traves¨ªa decubri¨® la dureza del mar, la magnitud de la ¡°regata por la que se calibran todas las regatas del mundo¡±. Sabore¨® el triunfo y en esa senda, la de la victoria, se top¨® con su compatriota Peter Blake. Otra insignia de la navegaci¨®n. Con ¨¦l se ali¨® en su segunda participaci¨®n, en la edici¨®n de 1985-1986, a bordo del Lion New Zealand. Y con ¨¦l se medir¨ªa cara a cara en la siguiente, en la 1989-1990, ya como capit¨¢n el Fisher & Paykel. Ambos mantuvieron un pulso de titanes que finalmente se adjudic¨® Blake.

Pero cuatro a?os m¨¢s tarde, en los albores de la navegaci¨®n moderna y con los nuevos 60s que desbancaron a los maxis, el impetuoso Dalton revirti¨® la situaci¨®n y cruz¨® como vencedor la meta de Southampton. El dominio del NZ Endeavour fue incontestable. Se adjudic¨®, con el neozeland¨¦s al mando, cuatro de las seis etapas de aquella edici¨®n. Hab¨ªa llegado un cambio de orden. Incombustible, Dalton a¨²n participar¨ªa dos veces m¨¢s: en la 1997-1998, con el Merit Cup, y en la 2001-2002, al frente del Amer Sports One. No logr¨® ning¨²n laurel, pero para entonces ya se hab¨ªa transformado en uno de los personajes m¨¢s emblem¨¢ticos de la regata transoce¨¢nica. ¡°Se convierte en una pasi¨®n. ?Por qu¨¦ hacerlo tantas veces? Una vez que entras en juego, el objetivo es la victoria. Y si la ganas una vez, quieres ganarla una segunda. Si terminas segundo, tienes que hacerla otra vez¡±, dice.

Se ali¨® con el Team Telef¨®nica de Pedro Campos para la pr¨®xima edici¨®n. Un acuerdo hist¨®rico que unir¨¢ a Espa?a y Nueva Zelanda

Nunca pas¨® desapercibido Dalton, un hombre que adora la adrenalina y la velocidad, el v¨¦rtigo de un velero al l¨ªmite y la potencia de los f¨®rmula 1 y el motor, su otra afici¨®n. Fue padre en mitad de una regata, como Magnus Olsson, Joca Signorini o Rick Deppe. Supersticioso ¡ªevita la presencia de mujeres a bordo porque ¡°traen mala suerte¡±,esgrime¡ª es tambi¨¦n un fanfarr¨®n. En 2002, prometi¨® recorrer desnudo las calles de Auckland con una pi?a en el trasero si las chicas del Amer Sport Too ganaban a los chicos en alguna etapa. Y as¨ª ocurri¨®. Dalton agach¨® la cabeza, pero ech¨® marcha atr¨¢s y no cumpli¨®.

Desde entonces, Dalton fue reclutado por el Team New Zealand para revitalizar al equipo neozeland¨¦s. Como director elev¨® dos veces la Copa Louis Vuitton (2007 y 2010), aunque sufri¨® un rev¨¦s en la Copa Am¨¦rica 2013, en la que fue volteado por el Oracle estadounidense tras dilapidar una renta de 1 a 8 a su favor. Antes, hab¨ªa dirigido al equipo en la Volvo Ocean Race 2011-2012. El Camper Team New Zealand concluy¨® segundo, con Chris Nicholson como patr¨®n y ¨¦l como jefe de operaciones. Intentar¨¢ sacarse la espina del segundo escal¨®n en la pr¨®xima aventura. Para ello, el pasado 6 de marzo anunci¨® su alianza con el Team Telef¨®nica de Pedro Campos. Un acuerdo hist¨®rico que unir¨¢ a Espa?a y Nueva Zelanda. Una uni¨®n que nos permitir¨¢ conocer un poco m¨¢s de cerca a Dalton, el tipo rudo de la vela.