Djokovic respira por fin

Novak Djokovic logr¨® su primer t¨ªtulo de 2014 remontando 6-3, 3-6 y 7-6 la final del Masters 1000 de Indian Wells ante Roger Federer. Fue un triunfo desde la fe y una derrota desde la inconsistencia. El serbio no tembl¨® ante el arranque huracanado del suizo, que le hab¨ªa ganado el ¨²ltimo precedente. Su victoria gradu¨® el momento de los dos rivales: Federer es hoy un tenista de picos y valles, extremo en lo bueno y en lo malo, que borra a los contrarios de la pista tan pronto como les extiende alfombra roja para el retorno; y Djokovic, m¨¢s fiable, todav¨ªa busca la br¨²jula que le gui¨® en los mejores momentos. La combinaci¨®n dej¨® un partido picante, en el que el campe¨®n de 17 grandes lleg¨® a romper el saque del de seis cuando este sirvi¨® por el partido por primera vez (6-3, 3-6 y 5-5), para luego protagonizar un desempate para el olvido.

Apoyado en el primer saque, el suizo sali¨® jugando a toda mecha. Fue un aventurero que enarbol¨® la bandera del ataque, y, libre de las cadenas con las que le at¨® la espalda en 2013, se dedic¨® a jugar a una velocidad que parec¨ªa olvidada. No solo al ojo llega un tenista distinto. Hasta el o¨ªdo tambi¨¦n se acercan sonidos diferentes, suena distinta su pelota, el producto de la nueva raqueta que empu?a, que le ha permitido tapar algunos de los agujeros que ten¨ªa su juego. Como admiti¨® el propio Nole tras el encuentro que perdi¨® con el campe¨®n de 17 grandes en Dub¨¢i, el rev¨¦s paralelo de Federer ha recuperado filo. Eso le permite cerrar las jugadas y acortar el repetitivo intercambio con el que quieren someterle todos sus rivales: bola contra su rev¨¦s, y bola contra su rev¨¦s¡­ y por si no se lo esperaba, otra bola contra su rev¨¦s.

Precisamente ese tiro, el rev¨¦s paralelo, parece desaparecido del arsenal de Nole. Pocas facetas de su juego sirven de mejor term¨®metro para medir la confianza del serbio. Pocas fotograf¨ªan mejor que su propuesta se ha ensuciado, que ha perdido claridad y limpieza de ejecuci¨®n. Djokovic es menos Djokovic sin rev¨¦s paralelo. Djokovic es menos Djokovic con las dudas que est¨¢ demostrando al saque (dos veces sirvi¨® por la victoria ante Isner en semifinales, las dos veces lo perdi¨®, igual que le pas¨® una vez con Federer). Djokovic es menos Djokovic sin dureza mental (su volea en punto de partido en contra en el Abierto de Australia pasar¨¢ al museo de los horrores). Y como Djokovic ya no es el Djokovic de 2011, tuvo que venir Federer con sus errores para abrirle la puerta de la vuelta al partido.

En la victoria del serbio tambi¨¦n influy¨® mucho su capacidad para recuperar uno de los valores innegociables de los que le llevaron a la cima. Principalmente, esper¨® con valent¨ªa a que escampara la tormenta. Al contrario que en Dub¨¢i, donde no se arremang¨® cuando el partido le exigi¨® sufrimiento, se agarr¨® a la pista. Visto que su raqueta no estaba para brillos, en California apost¨® por la consistencia, por obligar una y otra vez a Federer a pegar otra pelota. As¨ª encontr¨® el ritmo que le hab¨ªa quitado el suizo con su arranque vertiginoso. Creci¨® levantando un muro de defensas. Neutralizados los ataques contrarios, pudo tomar la iniciativa. Y as¨ª, poco a poco, se reencontr¨® consigo mismo para alzar su primer t¨ªtulo de 2014.