El Celta otea la salvaci¨®n

Un penalti llegado de la nada cuando el partido mor¨ªa hacia el empate puso el colof¨®n a la victoriosa racha del Sevilla, derrotado despu¨¦s de seis triunfos consecutivos y su epopeya continental; una decisi¨®n arbitral sobre la que cabe el reparo que genera la interpretaci¨®n allana el camino del Celta hacia la permanencia, esforzado para sacar adelante un partido de los que dejan huella por todo lo que supone ganar cuando la lucidez futbol¨ªstica no acompa?a, pero s¨ª el pundonor, la casta o el coraje para imponerse en una liza que comenz¨® aletargada, carente de chicha, en la que hubo que esperar m¨¢s de media hora para que los porteros tuvieran que estirarse.

Porque el Celta emerge, pero de alguna manera se ha apagado justo cuando parec¨ªa m¨¢s encendido, tras aquella seguidilla de partidos que supusieron sendas victorias en Granada y Villarreal o un empate en Bala¨ªdos ante el Athletic despu¨¦s de un fenomenal despliegue. Da la sensaci¨®n de que, de pronto, el equipo se ha parado en aquello que mostraba como fortaleza: la capacidad para generar f¨²tbol de ataque entre medio campo y el ¨¢rea rival. Es un Celta reconocible, pero por el camino se ha dejado la profundidad y ahonda en la planicie.

Lejos de su mejor versi¨®n, el equipo de Luis Enrique tuvo aliento para tapar sus debilidades e imponerse, seguramente en una relaci¨®n m¨¢s pr¨®xima con el orgullo que con el manejo de la pelota. Subi¨® varios grados la intensidad y abri¨® un partido languideciente. El plan del Sevilla apenas vari¨®. Estuvo primero al filo de la derrota con un zapatazo de Orellana que se estrell¨® con estr¨¦pito en el larguero y la zozobra le invit¨® a taparse cuando apuntaba a destape. No hubo tal. El partido estaba sujeto por las riendas de la precauci¨®n y el tacticismo (presi¨®n y posesi¨®n local contra defensa y velocidad visitante), los dos ¨²ltimos cambios de ambos t¨¦cnicos sirvieron para retirar del campo a sendos hombres de ataque, Rafinha y Gameiro, por dos defensores. Pero faltaba un ¨²ltimo golpe de teatro a cuatro minutos de que se corriese el tel¨®n, un aparentemente inocuo saque de banda ante el que porfiaron Bermejo y Fazio en el pico del ¨¢rea. El central argentino sali¨® trastabillado, abri¨® el brazo y golpe¨® levemente la pelota con ¨¦l. El ¨¢rbitro entendi¨® que lo hizo de manera intencionada y ah¨ª se acabaron las t¨¢cticas. Nolito marc¨® y el Sevilla se desat¨® para dejar las cosas como estaban en el esprint final. Pero Yoel se hizo fuerte en la meta local ante el ulterior intento de Bacca.