Wawrinka mira a Par¨ªs
El suizo remonta a Federer en Montecarlo, suma su primer Masters 1.000 y presenta su candidatura a Roland Garros
Los favoritos est¨¢n avisados: como demostr¨® con su remontada por 4-6, 7-6 y 6-2 frente a Roger Federer en la final del Masters 1.000 de Montecarlo, solo la cabeza de Stanislas Wawrinka puede impedir que el suizo les pelee de t¨² a t¨² el t¨ªtulo de Roland Garros a los mejores. Tras superar un arranque timorato, sin la agresividad y la concreci¨®n que hab¨ªan marcado su semana, el n¨²mero tres gan¨® su primer t¨ªtulo de la categor¨ªa. El triunfo, logrado sin los matices que acompa?aron a su victoria en el Abierto de Australia (Rafael Nadal, su rival, se lesion¨® en la espalda), puede servirle para dinamitar todas las barreras mentales que hasta 2014 le impidieron alcanzar la excelencia en los grandes escenarios. El suizo, de 29 a?os, se convirti¨® en el ¨²nico tenista que ha celebrado tres trofeos en esta temporada. Super¨® la oposici¨®n de su genial compatriota, al que solo hab¨ªa tumbado en uno de sus catorce enfrentamientos. Y volvi¨® a demostrar que cuando suma el convencimiento a su impresionante arsenal no hay muralla ni defensa que se le resista.
¡°Esto es algo excepcional, un verdadero placer¡±, acert¨® a decir el ganador. ¡°Roger, es un honor, una oportunidad incre¨ªble, haber jugado contigo¡±, a?adi¨® mirando al tenista con el que este a?o est¨¢ intentando ganar la Copa Davis, y que por cuarta vez en su carrera perdi¨® una final en el Principado.
En una escena propia de otros tiempos, cuando el tenis era cosa de amateurs y el dinero no hab¨ªa convertido a los profesionales en hombres celosos de sus secretos competitivos, los dos rivales se entrenaron juntos para el partido decisivo. La rutina de la amistad no ocult¨® que algo hab¨ªa cambiado. Por primera vez en su carrera, Wawrinka se enfrent¨® a Federer sabiendo que el encuentro estaba m¨¢s en su raqueta que en la de su contrario.
Camino de los 33 a?os, el campe¨®n de 17 torneos del Grand Slam ya no tiene piernas para pelear desde el fondo de la pista contra los mejores, que imponen un ritmo endemoniado. Solo su infinito talento le permiti¨® dominar las semifinales contra Novak Djokovic, lesionado en la mu?eca derecha hasta el punto de vestir una f¨¦rula azul que le recorr¨ªa el brazo desde el dedo gordo hasta el codo. Federer atac¨® la final asaltando la red. Incluso para un mago como ¨¦l, fue demasiado arriesgado. Se le vio volear m¨¢s veces de las aconsejables en un partido sobre tierra batida y contra un especialista capacitado para los pasantes. Cuando Wawrinka se sacudi¨® el v¨¦rtigo de la final de encima, estuvo imparable. Un simple error no forzado de Federer le sirvi¨® para devorar el tie-break que decidi¨® la segunda manga. Desde ese instante y hasta que levant¨® la Copa, redujo a cenizas a su rival. Sum¨® 15 de 22 puntos, se dispar¨® al 4-0 en la tercera manga y vio c¨®mo Federer se empez¨® a gritar a s¨ª mismo, intentando exorcizar con onomatopeyas los errores que escrib¨ªa su raqueta, presa de sus piernas pesadas como piedras: ¡°Allez, lalalala!¡±, se escandaliz¨® con sus 38 errores no forzados, por solo 21 ganadores.
Mientras Wawrinka celebraba el t¨ªtulo, Nadal se entrenaba en Barcelona, donde hoy arranca uno de sus torneos preferidos. Djokovic visitaba al m¨¦dico. Andy Murray segu¨ªa sin debutar en la gira de tierra. Y David Ferrer, finalista de Roland Garros 2013, todav¨ªa pensaba en los ganadores con los que el propio Wawrinka hab¨ªa rebasado sus defensas en las semifinales monegascas. La pelea por el templo de la tierra est¨¢ abierta. Con Nadal siempre como m¨¢ximo favorito y un cuerpo por delante del resto, Wawrinka ha avisado primero: a falta de ver c¨®mo se comporta en el resto de la gira de arcilla, para su raqueta Par¨ªs no es un imposible.
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