Pepe y Ramos hacen posible el plan
La t¨¢ctica de Ancelotti ser¨ªa irrealizable sin la pareja de centrales m¨¢s en forma del mundo, que cortaron cada avance alem¨¢n, sobre todo en los balones a¨¦reos
La charla de Carlo Ancelotti antes del partido concentr¨® un mensaje esencial, tel¨²rico, propio de su condici¨®n de provinciano. Porque, como dec¨ªa su maestro, Arrigo Sacchi, se trata de una idea instalada en la conciencia del campesinado italiano desde la Edad Media. El entrenador del Madrid les dijo a sus jugadores que lo primero era defender todos juntos a la espera de una oportunidad y que, si esa oportunidad no llegaba en Chamart¨ªn, ya llegar¨ªa en M¨²nich, o nunca, pero que lo importante era prolongar la esperanza en la eliminatoria. Hab¨ªa que resistir como aquellos aldeanos sometidos por el b¨¢rbaro. Hab¨ªa que aguantar. Hab¨ªa que sobrevivir como fuese, aunque fuera a base de pan duro y lentejas.
Defender, defender, defender. Eso hizo el Madrid ante las cascadas del Bayern, que avanz¨® desde fuera con Robben y Rib¨¦ry, por todas partes con Alaba, por el medio con Mandzukic, y desde la segunda l¨ªnea con los alemanes, con Lahm, Schweinsteiger y Kroos. Una multitud invadi¨® las praderas del Madrid, que se atrincher¨® alrededor de su ¨¢rea, donde destacaron los centrales. Los verdaderos h¨¦roes de esta estrategia. Pepe y Ramos hicieron las labores oscuras y silenciosas. Pusieron el cuerpo, metieron las piernas, los brazos, saltaron, cortaron, despejaron. Sin ellos el plan habr¨ªa fracasado. Estuvieron espl¨¦ndidos, r¨¢pidos, astutos para anticiparse. Dice Ancelotti que desde hace un par de meses le han quitado las dudas: ya sabe que Pepe y Ramos son los mejores centrales del mundo. En este momento no hay otros dos m¨¢s en forma. Son la clase de pilares que sirven de apoyo a los equipos campeones.
El Madrid no sali¨® apenas de su campo y tuvo el 27% de la posesi¨®n durante el primer tiempo de partido. No fue una estad¨ªstica gloriosa cuando se trata del club que m¨¢s dinero ha invertido en fichajes en la ¨²ltima d¨¦cada, con m¨¢s de 1.000 millones de euros. Una cantidad inaudita en la historia de la industria del deporte. Dif¨ªcil de justificar solo con t¨ªtulos, y tampoco los t¨ªtulos han abundado ¨²ltimamente.
Xabi cuida de que todos est¨¦n en su sitio y los dos centrales levantan la empalizada
El presidente, Florentino P¨¦rez, dice que su proyecto busca la belleza. Eso le pidi¨® a Ancelotti cuando lo contrat¨® y el entrenador se comprometi¨® en su presentaci¨®n a promover un f¨²tbol ¡°espectacular¡±. Estas aspiraciones, sin embargo, chocaron con la pr¨¢ctica. El entrenador lo argumenta con razones t¨¦cnicas: los elementos m¨¢s competitivos de la plantilla son aquellos que se expresan mejor contragolpeando, tal vez porque durante tres a?os Mourinho trabaj¨® y contrat¨® para hacer ese f¨²tbol. De modo que el Madrid contragolpea. Le gan¨® la Copa al Bar?a contragolpeando y tambi¨¦n contragolpe¨® al Bayern.
Antes de contragolpear, sin embargo, es necesario defender. El Madrid, en este punto, tampoco goza de abundantes especialistas. Modric es mediapunta, Di Mar¨ªa es extremo, Carvajal y Coentr?o se manejan mejor cuando tienen el bal¨®n que sin ¨¦l, y los delanteros ayudan lo m¨ªnimo imprescindible, y a veces tampoco eso. La contradicci¨®n parec¨ªa diab¨®lica pero Ancelotti le encontr¨® un remedio: Xabi Alonso cuida que todos est¨¦n en su sitio y Ramos y Pepe levantan la empalizada. Eso hicieron contra el Bayern, que no encontr¨® el modo de filtrar pases interiores y acab¨® casi todas las jugadas centrando balones a la olla. Ah¨ª destacaron Pepe y Ramos. Sobre todo Pepe, que en el apartado de los despejes de cabeza acab¨® llev¨¢ndose la mayor¨ªa de duelos. En la primera mitad el equipo alem¨¢n dispar¨® nueve veces a puerta contra seis del Madrid. Pero fueron tiros filtrados, sin precisi¨®n, rebotados muchas veces en las piernas de los defensas locales.
Mandzukic, el destinatario principal de los centros, fue reducido a la impotencia. Otra buena intuici¨®n de Ancelotti, que brome¨® estos d¨ªas sobre el delantero centro croata. El entrenador dijo que se trataba de un excelente punta pero que, en el sistema de Guardiola, se encontraba despistado. Al hilo de esta observaci¨®n a?adi¨® que Mandzukic, si jugaba, se convertir¨ªa en el tercer central del Madrid, un verdadero tarugo en los avances de su propio equipo. Presa f¨¢cil para Pepe y Ramos, que lo tomaron alternativamente sin darle tregua. Pepe fue sustituido por lesi¨®n en el minuto 73 y el estadio emiti¨® un grito de adoraci¨®n: ¡°?Peeeeepe, Peeeeepe¡!¡±.
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