Nadal busca a Nadal
El n¨²mero uno, de menos a m¨¢s, debuta ganando 6-1 y 6-0 a M¨®naco en su estreno
Juan M¨®naco se desga?ita en protestas. El Pico se queja del p¨²blico, reprocha sus decisiones al juez de silla y lamenta las ocasiones perdidas. Es primavera en Madrid, y en la Caja M¨¢gica retumban tambores de guerra porque Rafael Nadal, el h¨¦roe de la grada, debuta en el Mutua Madrid Open devorando 6-1 y 6-0 al n¨²mero 56. Podr¨ªa parecer un paseo imperial. El reloj, sin embargo, cuenta una historia distinta a la del marcador. Si el luminoso refleja un combate entre un peso pesado y un peso pluma, los segundos cuentan tambi¨¦n los baches y los frenazos que sufre en el arranque del envite el juego del campe¨®n de 13 grandes, que necesita ocho minutos para defender su primer saque (bola de break para M¨®naco), cede el segundo y apura casi 50 minutos para apuntarse el esp¨ªdico 6-1 de la primera manga.
¡°Al comienzo, como es normal cuando vienes de perder un partido, empiezas nervioso y cuestan un poco m¨¢s los movimientos y el drive¡±, explic¨® en los micr¨®fonos de La Sexta. ¡°Jugu¨¦ mejor de lo que ven¨ªa haciendo, me he movido mejor¡±.
Nadal es hoy un tenista al que le cuesta ejecutar sus buenas ideas. Su construcci¨®n de las jugadas responde a su patr¨®n de siempre, mantiene intacta su capacidad de adaptaci¨®n t¨¢ctica y lee sin problemas por d¨®nde sufre m¨¢s su contrario. A todo eso no le acompa?an golpes limpios ni movimientos arm¨®nicos. El n¨²mero uno mundial es hoy un tenista un punto congestionado. Compite con las piernas agarrotadas. Como el tenis es un deporte basado en sinergias, en el que es clave que un movimiento enlace sin rechinar con el siguiente para producir energ¨ªa, sufre. El drive a veces se queda corto. Sin profundidad, manso en el cuadro de saque, pasa de ser un arma a convertirse en un escudo. Sin ese apoyo, el rev¨¦s se resiente. Nadal es menos Nadal, y depende de su coraz¨®n m¨¢s que de su raqueta.
Ocurre que el espa?ol ha hecho carrera desde las entra?as, sujet¨¢ndose a la pasi¨®n hasta encontrar la excelencia t¨¦cnica. Hoy, como tantas otras veces, el defensor del t¨ªtulo intenta volver a recorrer ese camino. El partido contra M¨®naco, con el que tantas veces se ha entrenado, le garantiza entrar en ritmo. Hubo decenas de peloteos largos, y su desenlace sirvi¨® para fotografiar cu¨¢nto atenaza la tensi¨®n la raqueta del mejor tenista del mundo: seg¨²n avanz¨® el encuentro, todos fueron cayendo ineludiblemente de su lado, porque fue un cruce entre una avioneta y un bombardero. Cuando Pico quiso despegar, Nadal ya hab¨ªa aterrizado con un violento golpetazo. Al espa?ol le espera ahora el finland¨¦s Jarkko Nieminen (7-0 para el espa?ol). En un torneo sin Novak Djokovic (lesionado), Roger Federer (baja por paternidad) ni Satanislas Wawrinka (eliminado) el t¨ªtulo est¨¢ al alcance de su mano. Eso no quiere decir que para ¨¦l sea el objetivo: Nadal, de menos a m¨¢s durante el partido, a¨²n trabaja para conseguir que su juego vuelva a fluir con la naturalidad que le ha convertido en el tit¨¢n de la arcilla.
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