El Bar?a castiga la apat¨ªa del Madrid

La imponencia de Tomic, la garra y la punter¨ªa de Abrines y Papanikolaou y la intensidad del Barcelona castigaron la apat¨ªa de un Real Madrid que no supo jugar a contemporizar, ni regularse, ni templar los nervios cuando las cosas se pusieron tensas en el Palau Blaugrana. Por si todo ello no fuera poco, el equipo madridista acab¨® diezmado por la expulsi¨®n de Rudy Fern¨¢ndez, en el minuto 27, por protestar a los ¨¢rbitros.

La estampida del Barcelona arredr¨® al Madrid, que tard¨® un buen rato en tomar nota y empezar a carburar siquiera para intentar evitar un descalabro en un partido inevitablemente condicionado por el que les enfrentar¨¢ el pr¨®ximo viernes en la Final Four de Mil¨¢n. El Madrid ten¨ªa la posibilidad de asegurarse el primer puesto de la fase regular, pero mantiene una buena ventaja y parece dif¨ªcil que se le escape a pesar del trepidante ritmo con el que le persigue el Valencia. El Barcelona defend¨ªa simplemente el tercer puesto, pero tampoco muy atosigado desde la cuarta plaza por el Unicaja.

Las perspectivas y lecturas de este cl¨¢sico liguero pueden ser m¨²ltiples e incluso estar sujetas a como cada uno le fuera en la fiesta. El Barcelona compareci¨® con un rostro muy fiero, decidido a imponer altas revoluciones en su ritmo de juego, a explotar al m¨¢ximo el rebote ofensivo y los movimientos de Tomic en el interior de la pintura. Pablo Laso decidi¨® reservar a Felipe Reyes, con problemas en una cadera, en una decisi¨®n que son¨® a guardarse la baza para el compromiso europeo. Xavi Pascual hizo jugar a Navarro durante nueve minutos. Parad¨®jicamente, una decisi¨®n contrapuesta persigue el mismo fin. Si Felipe necesitaba un descanso, Navarro, despu¨¦s de haberse pasado un mes largo de baja a causa de una lesi¨®n muscular, necesitaba minutos. Habr¨¢ que ver qu¨¦ peso tendr¨¢n los dos capitanes en Mil¨¢n; en el partido de ayer no tuvieron ninguno.

El Barcelona hab¨ªa perdido los tres cl¨¢sicos disputados esta temporada: en la Supercopa, en la Copa y en la primera vuelta de la Liga. Tambi¨¦n va muy por detr¨¢s en la clasificaci¨®n y jugaba ante su afici¨®n. El Madrid se meci¨® en exceso en la lujosa almohada confeccionada por su espl¨¦ndida trayectoria durante esta campa?a, hasta ahora casi impecable. Tomic tir¨® del hilo y se impuso en el interior de la zona, donde abrum¨® y anot¨® tantos puntos como todo el Madrid cuando en el minuto 11 ya se hab¨ªa resquebrajado el marcador: 25-12.

El Barcelona se luci¨® durante muchas fases del partido en facetas en las que precisamente suele hacerle da?o el Madrid: el rebote ofensivo e incluso en las transiciones r¨¢pidas. Llull, Rudy, Sergio Rodr¨ªguez, Bourousis... casi todos los hombres importantes del Madrid estuvieron dos o tres grados por debajo de su rendimiento habitual. Perdida la batalla del juego interior, tambi¨¦n perdi¨® la del juego exterior y la del ritmo de juego, penalizado porque acumul¨® ocho p¨¦rdidas m¨¢s que el Barcelona y recuper¨® tres balones menos.

Papanikolaou abrum¨® a Darden. El alero griego estuvo certero como pocas veces y demostr¨® su versatilidad capturando una docena de rebotes. Abrines desquici¨® a Rudy Fern¨¢ndez. El alero mallorqu¨ªn del Barcelona se sinti¨® muy a gusto y certero en el lanzamiento. El mallorqu¨ªn del Madrid perdi¨® los papeles tras recibir un golpe. Sus protestas acabaron con su expulsi¨®n. El Madrid empez¨® a acumular desventajas de m¨¢s de 20 puntos mediado el tercer cuarto y el Barcelona se pase¨® hasta el final con un tridente arrollador, el que formaron Abrines, Papanikolau y Tomic.

El Madrid consigui¨® minimizar los da?os gracias a una buena segunda parte de Mirotic, Llull y Sergio Rodr¨ªguez. Los tres penalizaron la defensa del Barcelona cuando se relaj¨®, una vez que el partido ya estaba m¨¢s que decidido. El cl¨¢sico signific¨® una inyecci¨®n de moral para el Barcelona y un toque de atenci¨®n para el Madrid, aunque, suceda lo que suceda, nada parece que pueda volver a ser igual dentro de seis d¨ªas en la Final Four de Mil¨¢n.