El Madrid tritura al Bar?a y acaricia el sue?o

El Real Madrid se gan¨® ante el Barcelona el derecho a so?ar hasta las ¨²ltimas consecuencias. Nada m¨¢s reconstituyente para el equipo de Pablo Laso que un cl¨¢sico perfectamente sobrevolado antes de aterrizar en la final de la m¨¢xima competici¨®n, la que le ha dado brillo y esplendor con ocho t¨ªtulos y le ha enmarcado en la historia de las mayores leyendas.

Frente a un Barcelona que empez¨® con ¨ªmpetu y acab¨® confundido, espeso y entregado, el equipo de Sergio Rodr¨ªguez, Llull, Rudy, Mirotic y compa?¨ªa se gan¨® ese derecho a intentarlo de nuevo, a luchar por el t¨ªtulo en la ¨²ltima casilla, el pr¨®ximo domingo, ante un viejo compa?ero de fatigas de la casa, el Macabbi Tel Aviv. El equipo israel¨ª se bati¨® en una semifinal resuelta tras una batalla estremecedora, en la que tir¨® de ¨¦pica y logr¨® remontar 15 puntos en los ¨²ltimos 11 minutos frente a un rival de lujo, que part¨ªa y ejerci¨® muchos minutos de favorito: el CSKA de Mosc¨².

Ese euf¨®rico Maccabi ser¨¢ el ¨²ltimo muro para el Madrid, ansioso de tomarse el desquite de su derrota en la final de hace un a?o en Londres ante el Olympiacos; un rev¨¦s que mantiene abierta la caza y captura de la novena corona que se le resiste al Madrid desde su ¨²ltimo triunfo, en 1995, con Sabonis, Arlauckas y Biriukov, y con Obradovic apuntando desde la pizarra.

La maravillosa cuadrilla de esta nueva ola madridista busca el m¨¢ximo certificado a sus constantes exhibiciones de talento puesto al servicio de un juego coral eficaz y vibrante la mayor parte de las veces. Volvi¨® a serlo ante el Barcelona, ante un rival que le hab¨ªa endilgado un sonoro rev¨¦s hace una semana en el Palau. El inicio de la semifinal en Mil¨¢n fue de lo m¨¢s enga?oso y enlaz¨® directamente con aquel intrascendente partido de la Liga espa?ola.

Durante los cuatro primeros minutos se pregunt¨® en el Mediolanum Forum de Mil¨¢n por el Madrid. No hubo rastro. Un equipo destensado, desarreglado hasta el punto de dejar a uno de sus p¨ªvots con media patita fuera del partido en solo cuatro minutos, los que tard¨® Bourousis en sumar dos faltas y dejar en evidencia la deficiente labor reboteadora del Madrid. El Barcelona se arranc¨® con un 12-4. Darden, al que Laso volvi¨® a asignar el marcaje de Marcelinho, tambi¨¦n sum¨® su segunda falta. Pero el Barcelona no aprovech¨® ni los triples ni el trasiego que le llev¨® a visitar un mont¨®n de veces la l¨ªnea de tiros libres (acab¨® con un paup¨¦rrimo 13 de 24).

El Madrid, a base de robos, de cambiar din¨¢micas con la entrada de Slaughter primero, de Sergio Rodr¨ªguez despu¨¦s y siempre con la velocidad y agresividad atacante de Llull remont¨® con la misma aparente sencillez con que se hab¨ªa dejado hacer (18-19). Mirotic, Sergio Rodr¨ªguez, con un par de triples y Rudy Fern¨¢ndez cambiaron el signo de la batalla.

El Barcelona se qued¨® congelado, estremecido por su reiteraci¨®n en los errores de bulto, con tiros libres espantosos de Tomic. El Madrid se fue creciendo, abri¨® boquete y consolid¨® una primera ventaja sustancial de 11 puntos (20-31), con Felipe Reyes tambi¨¦n decididamente metido en su papel resolutivo. El Barcelona se pas¨® m¨¢s de cuatro minutos sin anotar.

Un triple de Navarro abri¨® la espita. Llovieron los triples. Cuatro consecutivos, dos para cada equipo, dejaron las cosas tal como estaban. Corr¨ªan los minutos con el paisaje a gusto del Madrid. Navarro, fuera de forma tras haber salido hace poco de una lesi¨®n, hab¨ªa comparecido de segundas, en lugar de un Oleson poco inspirado, como pr¨¢cticamente la mayor¨ªa de sus compa?eros.

Xavi Pascual trat¨® de cambiar el panorama pero ni Sada, ni Abrines, ni Nachbar entraron con buen pie en un escenario en el que Sergio Rodr¨ªguez y Mirotic pasaron a campar a sus anchas. La diferencia fue aumentando de manera tremebunda, hasta los 39 puntos, como hac¨ªa much¨ªsimos a?os que no se recordaba en un cl¨¢sico, con la grada del Madrid reclamando los 100 puntos, la cifra que redonde¨® Carroll. El Madrid pas¨® a velocidad supers¨®nica el cl¨¢sico m¨¢s desigual de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Fue un chasco may¨²sculo para el Barcelona y el mejor aval posible del Madrid ante la final en la que le aguarda el radiante Maccabi.