Los Spurs desmantelan al campe¨®n con una lecci¨®n de juego colectivo

Los Spurs est¨¢n a un paso de destronar a los Heat. Su demostraci¨®n de superioridad en el cuarto partido celebrado en Miami (86-107) result¨® abrumadora para el equipo que ha dominado la NBA durante los dos ¨²ltimos a?os. LeBron James se qued¨® solo ante el peligro, ante el engranaje colectivo del equipo de Gregg Popovich, que funcion¨® a las mil maravillas.

Tras vencer los dos ¨²ltimos partidos en Miami, los Spurs dominan la final por 3-1 y han puesto a su rival contra las cuerdas. La escuadra tejana dispone de tres oportunidades para ganar el campeonato; la primera, el domingo, madrugada del lunes en Espa?a, en su cancha, el ATT Center de San Antonio.

Cuando no percuti¨® Parker, fue Leonard, cuando no Duncan o Gin¨®bili, o Green. Incluso Mills o Splitter desquiciaron a la defensa de los Heat. El equipo de Popovich consigui¨® que pareciera sencilla la tarea de desarbolar a los Heat. Demostr¨® su superioridad de principio a fin, sin dar la menor ocasi¨®n de revivir a los Heat, que acabaron agarrados a LeBron James como a un clavo ardiendo. La escu¨¢lida aportaci¨®n del resto del equipo se delat¨® en el resumen del tercer cuarto: 21 puntos para los Heat, 19 obtenidos por su estrella. No hubo noticias del resto. Bosh y Wade se perdieron en la batalla, desgastados por la m¨¢xima exigencia que supon¨ªa enfrentarse a un rival tan sincronizado y heterodoxo en ataque, como inteligente y esforzado en defensa.

Parker brind¨® un curso en la direcci¨®n del juego de su equipo y en ataque. Cre¨® espacios para sus compa?eros, movi¨® el bal¨®n con criterio y resolvi¨® a menudo. Cerr¨® con 19 puntos. La rapidez y variedad de movimientos ofensivos de los Spurs se vio favorecida por el sentido del juego colectivo que aplicaron todos sus componentes. Solo as¨ª se puede entender que un p¨ªvot como Diaw sea capaz de erigirse en el mejor pasador del equipo 9 asistencias, adem¨¢s de 9 rebotes y 8 puntos, o que otro p¨ªvot como Splitter reparta juego como un virtuoso. Y solo as¨ª se comprende que ese ataque tenga a menudo m¨¢s de una bala en la rec¨¢mara, m¨¢s de una posibilidad para elegir tiros ejecutados desde buenas posiciones.

Cuando la defensa de los Heat se cerraba, los Spurs doblaban el bal¨®n hacia fuera, para que Green o Mills ejecutaran a base de triples. El base australiano se mostr¨® especialmente certero con un 4 de 6 desde la m¨¢xima distancia para un total de 14 puntos. Otras veces los balones pasaban de mano en mano bajo la canasta de los Heat hasta que los que la defend¨ªan dejaban alg¨²n pasillo que facilitaba que Duncan -10 puntos y 11 rebotes-, Diaw o el que se terciara, pudiera elegir entre finalizar con una bandeja o con un mate. A ello se a?ade el amplio dominio de los Spurs en el rebote (44-27) y los much¨ªsimos errores que su defensa provoc¨® en el ataque de los Heat.

Los triples de Green empezaron a abrir hueco en el marcador y los Spurs mantuvieron un ritmo sostenido, sin apenas altibajos, que propici¨® diferencias ya sustanciales en un primer cuarto en el que le cost¨® despabilar incluso a LeBron y en el que ya se observ¨® que ni Wade ni Bosh iban a estar a la altura de la exigencia del juego, y mucho menos los desacertados Rashard Lewis y Chalmers o los componentes de un banquillo en el que apenas destac¨® Ray Allen.

El partido acab¨® de confirmar que los Spurs son mejores que el a?o pasado y que los Heat no han sido capaces de aumentar su potencial. Parker borr¨® de la cancha a Chalmers, Diaw dej¨® en nada a Rashard Lewis, Duncan apenas permiti¨® respirar a Bosh, Green fren¨® a Wade y Leonard sali¨® muy bien parado de su mano a mano con LeBron.

El alero de los Spurs, tras su exhibici¨®n en el tercer encuentro, volvi¨® a lucirse con 20 puntos y 14 rebotes. LeBron acab¨® con 28 puntos y 8 rebotes. Los Heat solo podr¨¢n repetir el t¨ªtulo por tercera vez si son capaces de una proeza: ganar tres partidos consecutivos a unos Spurs que han ofrecido una gran sensaci¨®n de superioridad en los dos encuentros celebrados en American Airlines de Florida.