Buenos chicos, buenos atletas y gran Diana

Diana Mart¨ªn, que tiene psic¨®loga, tres carreras universitarias y una medalla de bronce en un Europeo ¡ªqu¨¦ brincos sobre los obst¨¢culos y la r¨ªa, qu¨¦ sprint desesperado para conservar su tesoro del asalto de una gigantona bielorrusa en la ¨²ltima recta, ella, tan bajita¡ª dice que el 50% de la medalla es fuerza mental, y Eusebio C¨¢ceres, cojo, seguramente puede asentir.

Decirle, ¡°Diana, ?qu¨¦ me vas a contar a m¨ª? Tienes raz¨®n, Diana, pero lesionado, sin el 50% restante, ?ad¨®nde voy?, ?qu¨¦ voy a saltar?¡±. C¨¢ceres, que cuando est¨¢ sano salta como muy pocos, y salt¨® 8,11m en su segundo intento, y se puso tercero moment¨¢neo, se rompi¨® un isquio, uno de esos m¨²sculos de la parte trasera del muslo que al mismo tiempo que dan velocidad generan fragilidad en los superclase, en la carrera del tercer intento. Y sin poder volver a quitarse el ch¨¢ndal mascull¨® sentado su mala suerte. Porque el 50% de la fuerza mental lo ten¨ªa, porque estaba esp¨ªdico, imparable, como en sus buenos momentos, desde que lleg¨® a Z¨²rich. ¡°Estaba enchufado. Mi peor salto, de hecho, ha sido el v¨¢lido, porque hice un nulo largu¨ªsimo¡±, dijo, y por si alguien no sab¨ªa que lo que le gusta al saltar¨ªn inquieto de Onil, aquel joven que hace un a?o tambi¨¦n fue cuarto del Mundial, es sobre todo competir, a?adi¨®: ¡°Lo que menos me importa es haber terminado con un solo salto cuarto a tres cent¨ªmetros del bronce [el franc¨¦s Gomis] y a cuatro solo de la plata [el griego Ts¨¢toumas. El oro fue para el ingl¨¦s Rutherford, el pelirrojo campe¨®n ol¨ªmpico en Londres, con 8,29m]. El sentimiento de frustraci¨®n me lo da el no haber podido disfrutar de la competici¨®n, el no haber podido demostrar lo que valgo¡­¡±

De frustraci¨®n es de lo ¨²ltimo que podr¨ªa hablar la tarde soleada, el domingo interminable del Letzigrund, Diana Mart¨ªn, cuyo mensaje en la zona mixta, el mensaje de la primera medallista espa?ola en 3.000 metros obst¨¢culos despu¨¦s de la era de la senadora Marta Dom¨ªnguez, iba en el sentido totalmente contrario. ¡°Esta medalla, para m¨ª, es un sue?o hecho realidad; para el atletismo espa?ol es una medalla para que todos los atletas sepan que valen m¨¢s de lo que los dem¨¢s se piensan. Con ilusi¨®n y esfuerzo se puede conseguir todo¡±, dijo la fondista, que es de M¨®stoles pero vive en Pinto, y vive con su chico, que se llama Jos¨¦ Manuel Abascal y era atleta, y solo por eso, por su nombre y su afici¨®n, se gan¨® una p¨¢gina en el Marca antes que su Diana, tan autocr¨ªtica y perfeccionista, tan fuerte y tan trabajadora, que ha sido capaz de ser gran atleta y estudiar primero Terapia Ocupacional, luego Empresariales y ha terminado licenci¨¢ndose en Econ¨®micas, y ya sin ganas de estudiar m¨¢s, sino de ser una profesional del atletismo a tiempo completo, y de correr un cross, porque en el barro es donde disfruta. ¡°Pero ahora eso ha cambiado, los papeles de famosos¡±, dice Abascal, que es polic¨ªa y desde un despacho en Carabanchel trabaja como enlace para manejar las burocracias de compa?eros como Sa¨²l Craviotto, medallista ol¨ªmpico, pirag¨¹ista y polic¨ªa. ¡°Ahora, yo soy sin m¨¢s el compa?ero de Diana¡±. Y Antonio Serrano, su entrenador y feliz por fin, pues despu¨¦s de malas noticias de sus atletas ¡ªla baja previa de Loli Checa, ca¨ªda de V¨ªctor Garc¨ªa, la retirada de Sandra Aguilar¡ª al final, el s¨¦ptimo d¨ªa recibi¨® primero como un gran ¨¦xito el cuarto puesto en el marat¨®n de Javi Guerra y despu¨¦s la medalla de Diana.

¡°?La clave?¡±, dijo la madrile?a, de 33 a?os, que no pudo alcanzar en la ¨²ltima recta a la alemana M?ldner-Schmidt, oro, y a la sueca Charlotta Fougberg, plata. ¡°La clave del mejor momento de mi vida deportiva es haber estado muy nerviosa, pues los nervios me hacen crecerme, y olvidarme de con qui¨¦n y d¨®nde estaba. Ser la tapada, en efecto¡±.

De C¨¢ceres y tambi¨¦n de Diana Mart¨ªn, y de David Bustos, que termin¨® sexto en el 1.500m, la final-exhibici¨®n de Mekhissi, quien la gan¨® tan sobrado como hab¨ªa ganado la de 3.000 obst¨¢culos pero no se quit¨® la camiseta; y del gran veterano del 5.000, Jes¨²s Espa?a, que abri¨® paso al final a los j¨®venes, las ovejas asesinas, Toni Abad¨ªa, octavo, y Roberto Alaiz, quinto, que fueron en su final, despreocupadamente, junto al monstruo Mo Farah y compa?¨ªa, las ovejas suicidas... a ellos se refer¨ªa el director t¨¦cnico, Ram¨®n Cid, cuando hablaba de la crueldad del atletismo, de su mal comportamiento con chavales tan majos y buenos como C¨¢ceres, y de que a veces hace justicia tambi¨¦n, como con Diana. Y hablaba, sobre todo, de los nuevos chavales, estudiosos, buenos chicos, buenos atletas, buena gente. ¡°Chavales que demuestran que se puede ser bueno y buen atleta, y hacen olvidar a la sociedad la noci¨®n de que para ser atleta hay que ser un pillo¡­¡±

Cid se mostr¨® satisfecho de la actuaci¨®n espa?ola (¡°con claroscuros¡±), resumida en seis medallas y 22 finalistas (muy cerca de las previsiones), lo que la coloca sexta, muy por delante de Italia, por ejemplo, en la clasificaci¨®n final, dominada por Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania.