El Athletic goza y sufre en N¨¢poles
Higua¨ªn igual¨® en San Paolo el gol de Muniain (1-1)
Nada mejor que la insolencia en los actos convencionales. Y en asuntos de insolencia nada mejor que De Marcos y Muniain para inventar el infinito, jug¨¢rsela a una carta, atreverse con el horizonte en la confianza de que su pierna derecha les llevar¨¢ a donde haga falta si demasiadas borrascas. Una contra, una carrera, un remate y un gol que cale el peso en oro de ambos futbolistas ante un N¨¢poles, presuntamente favorito pero psicol¨®gica y f¨ªsicamente muy d¨¦bil. La impresi¨®n de que el Athletic est¨¢ hecho y el N¨¢poles haci¨¦ndose se manifest¨® a los 15 minutos.
Dos cohetes del equipo de Ben¨ªtez, en sendos remates del irreconocible Hamsik e Higua¨ªn, acabaron con los fuegos artificiales de una remesa muy escasa. Ambos desaparecieron una vez entregada en el ¨¢rea su tarjeta de visita. A partir de ah¨ª creci¨® el Athletic, que es el mismo del a?o pasado, con el ¨²nico cambio de Be?at por Herrera, con la misma fe, con la misma t¨¢ctica (o sea, la presi¨®n), con el mismo f¨ªsico.
N?POLES, 1 ATHLETIC, 1
N?POLES: Cabral; Maggio, Albiol, Koulibaly, M. Britos; Jorginho Frello, Gargano; Callej¨®n, Hamsik (Michu, m. 77), Insigne (Mertens, m. 59); Higua¨ªn. No utilizados: And¨²jar, Ghoulam, Mesto, Zapata.
ATHLETIC: Iraizoz; De Marcos, Gurpegui, Laporte, Balenziaga; Iturraspe (Mor¨¢n, m. 88), M. Rico; Susaeta (Ibai G¨®mez, m. 79), Be?at (San Jos¨¦, m. 74), Muniain; Aduriz. No utilizados: Herrer¨ªn, Iraola, L¨®pez, Guillermo.
GOLES: 1-0. M. 41. Muniain. 1-1. Higua¨ªn. M. 68.
?RBITRO: Jonas Eriksson. Amonest¨® a Jorginho Frello, Gurpegui y Balenziaga.
Estadio de San Paolo. Unos 45.000 espectadores.
Le falta la chispa para llegar arriba con la asiduidad que acostumbra, pero le basta con la que tiene para acceder a los salones del gol. Se supone que tiene que surgir de las botas de los insignes (no confundir con el centrocampista napolitano del N¨¢poles), pero puede surgir de la voracidad de un tipo como De Marcos, con un poder¨ªo f¨ªsico muy por encima del rival, con el tiempo suficiente para dejarle el bal¨®n en el pie derecho de Muniain para batir a Rafael en el primer disparo contra los tres palos.
El gol le daba ventaja al Athletic en el marcador y en el ¨¢nimo. Llegado el bal¨®n a la red, el Athletic ten¨ªa el coraz¨®n a tope y el N¨¢poles ten¨ªa la s¨ªstole sin la di¨¢stole acompasados. Y el coraz¨®n en el f¨²tbol, vale, funciona.
Porque funcionaba Laporte como pared frente a Higua¨ªn y funcionaba Iturraspe como pared infranqueable ante los medios centros del N¨¢poles, demasiado t¨ªmidos, a veces insulsos. Los rojiblancos se apoderaron del bal¨®n, del minutaje, sin demasiada agresividad, al amparo de Rico con su persistencia y, sobre todo, de Muniain, con su insolencia y su imaginaci¨®n. L¨ªder natural cuando de revolverse se trata, Muniain impuls¨® al Athletic hacia un objetivo definitivo. El gol fue la confirmaci¨®n de las impresiones: casi todo el Athletic era mejor que casi todo el N¨¢poles, m¨¢s terso, menos d¨²ctil, muy mal dirigido por sus medios centros, Jorginho y Gargano.
Pero el f¨²tbol, como los men¨²s, tiene segundos platos. El primero fue del Athletic, el segundo del N¨¢poles, porque el equipo de Valverde se enred¨®, se descontrol¨®, se desorganiz¨®. Y en ese r¨ªo revuelto pesc¨® Higua¨ªn, que para eso est¨¢, le asistan o no sus compa?eros. ?l vive de su instinto y de su intensidad. Y mediada la segunda mitad, caz¨® una mosca y la mand¨® a la red.
El Athletic entendi¨® el mensaje. Pens¨® que conven¨ªa resistir m¨¢s que atacar y fue poblando su campo de futbolistas en espera de que el reloj hiciera su trabaja: es decir, consumir el partido y al N¨¢poles. A fin de cuentas, un 1-1 fuera es un magn¨ªfico resultado en una eliminatoria, Pudo, despu¨¦s, pasar de todo, pero no pas¨® nada, salvo que Iraizoz sac¨® dos manos prodigiosas para evitar el N¨¢poles impusiera su jerarqu¨ªa m¨¢s que su juego.
El Athletic, con solvencia al principio y con apuros al final, encontr¨® lo que buscaba: no perder y marcar un gol a domicilio. Ya en la ducha, los rojiblancos quiz¨¢s pensaron que pod¨ªan haber ganado. Pero el tiempo hab¨ªa concluido. San Mam¨¦s dictar¨¢ sentencia el pr¨®ximo d¨ªa 27.
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