El City descose al Liverpool

Pese al buen paladar de su t¨¦cnico, Manuel Pellegrini, al City le bast¨® con una dosis de oficio y un par de fogonazos de Jovetic para retratar a un Liverpool que recibi¨® un crochet a las primeras de cambio. Pese a la multimillonaria inversi¨®n efectuada por los de Anfield este verano -casi 150 millones en sus nueve incorporaciones-, la brecha competitiva entre unos y otros parece haber aumentado. Mucho m¨¢s ensamblado, el equipo dirigido por el t¨¦cnico chileno demostr¨® que para gobernar en Inglaterra se necesita algo m¨¢s que sacar el talonario. Carbura el proyecto de los sky blues, poderosos en el cuerpo a cuerpo, crecidos cuando alguien pisa su territorio. Olvidado el topetazo frente al Arsenal en la Community Shield (la Supercopa inglesa), enviaron a la lona a uno de los aspirantes a desbancarle del trono.

Sobre el tapete del Etihad, el actual campe¨®n de Inglaterra y el adversario que le tuvo contra las cuerdas el curso pasado. Un soberbio cartel que, sin embargo, probablemente lleg¨® demasiado pronto para ambos equipos, ramplones y perdidos entre imprecisiones, entre dimes y diretes innecesarios, durante la mayor parte del primer acto.

Este fue, tal vez, el motivo por el que Mario Balotelli, flamante fichaje de los reds, solt¨® m¨¢s de un bostezo en las gradas de Manchester. Tras la marcha de Luis Su¨¢rez, precisa el Liverpool un ariete incisivo como el uruguayo, que tenga la porter¨ªa entre ceja y ceja y ponga el punto final a las vertiginosas incursiones de Sturridge y Sterling, dos balas. Queda por ver si el estilo y las fechor¨ªas del bad boy italiano encajan en el lit¨²rgico santuario de Anfield.

Llevaron la iniciativa los chicos de Brendan Rodgers, apoyados en el f¨²tbol acad¨¦mico de Gerrard, Henderson y Allen, muy aplicados todos ellos. Dominaron y mecieron el cuero, a la espera de que el habilidoso Coutinho se inventase alguna diablura que no lleg¨® o de que las piernas jamaicanas de Sterling rompieran el partido. Tampoco ocurri¨®. M¨¢s directo, al City le bast¨® con la solvencia de Kompany para apagar el fuego. El belga, un c¨ªborg en la retaguardia citizen, se jug¨® el tipo en un par de tackles antol¨®gicos. Con Silva y Nasri un tanto desconectados al principio, tir¨® del carro el montenegrino Jovetic.

Avis¨® primer Dzeko con un disparo tibio, bien blocado por Mignolet, y prolong¨® la ofensiva Zabaleta, que envi¨® al limbo un hermoso centro de Clichy. De lateral a lateral. Por el carril del argentino, pero con el escudo rival, se desenvolvi¨® el joven Alberto Moreno. Estuvo entonado el espa?ol, correcto en la fase defensiva y sumado en m¨¢s de una ocasi¨®n al ataque, hasta que el f¨²tbol ingl¨¦s le dio la bienvenida con un sopapo en la mejilla. En la Premier no hay un s¨®lo instante de respiro. Ya lo sabe el andaluz, excesivamente lento en un despeje y al que le birl¨® la cartera Jovetic, que lleg¨® como un cohete para fusilar al guardameta por debajo de las piernas.

La Premier dio la bienvenida a Moreno con un sopapo en la mejilla. En Inglaterra no hay respiro

No perdi¨® el Liverpool la cara al duelo, pero ni Rodgers ni sus jugadores dieron con la f¨®rmula para derribar la muralla del City. Por si fuera poco, al poco de arrancar el segundo periodo se asociaron tres magn¨ªficos peloteros rivales. Silva encontr¨® a Jovetic, este dej¨® el bal¨®n con el taco y Nasri le sirvi¨® en bandeja de plata el tanto. El ex de la Fiorentina, reclutado el curso pasado por Pellegrini, empal¨® con la zurda en direcci¨®n a las mallas. Su segundo gol.

A ellos se unieron poco despu¨¦s otros dos futbolistas traviesos, Jes¨²s Navas y Ag¨¹ero, cuyo ingreso en el campo fue acompasado por la atronadora ovaci¨®n de los supporters del City. El andaluz, pegado al costado derecho, traz¨® un pase raso al hueco y el argentino le gan¨® la espalda al croata Lovren, un armario con tan buenas maneras como escaso reprise. Certero como pocos, El Kun aprovech¨® la inercia de la pelota y la golpe¨® con el mismo sentido curvado, lejos de la estirada de Mignolet. Llevaba tan s¨®lo 20 segundos sobre el terreno de juego.

Sonrojado, el Liverpool mir¨® entonces el reloj e intent¨® frenar el escarnio. Ahora ya s¨ª desnudo, con las costuras al aire, logr¨® maquillar el electr¨®nico gracias a un autogol de Zabaleta despu¨¦s de un testarazo de Lambert. El City, sin embargo, ya lo hab¨ªa dejado muy claro antes: en Inglaterra, a d¨ªa de hoy, domina el color celeste. Por algo es el campe¨®n.