Serena espanta sus fantasmas
La n¨²mero uno gana su 18 Grand Slam al imponerse en la final del Abierto de Estados Unidos a la danesa Wozniacki
Serena Williams espant¨® sus fantasmas esta temporada, despej¨® los interrogantes sobre su futuro a los 32 a?os, alcanz¨® en t¨ªtulos del Grand Slam (18) a dos mitos como sus compatriotas Christ Evert y Martina Navratilova, y dej¨® clara su condici¨®n de n¨²mero uno mundial sin rival entre el regocijo de los aficionados locales. Y para todo ello s¨®lo necesit¨® los 75 minutos que emple¨® en derrotar a la danesa Caroline Wozniacki, de 24 a?os, n¨²mero 11 del mundo, por 6-3 y 6-3 en la final femenina del Abierto de Estados Unidos. Se embols¨® de paso cuatro millones de d¨®lares por vencer el torneo.
Para los amantes de los s¨ªmbolos, la imagen de Williams abrazada a Evert y Navratilova sobre el cemento del Arthur Ashe Stadium resumi¨® los 15 a?os consecutivos que la tenista negra lleva ganando al menos un t¨ªtulo grande, un r¨¦cord sin igual. Como premio, Williams presentar¨¢ este lunes su colecci¨®n de ropa en la Semana de la Moda de Nueva York. Los que conocen los 25 modelos que desfilar¨¢n aseguran que se trata de una colecci¨®n ¡°feroz¡±, inmejorable adjetivo para la campeona.
¡°Es un sentimiento maravilloso. No pod¨ªa imaginar un final mejor, en esta pista, con el apoyo de esta gente maravillosa¡±, declar¨® Serena, llorando, segundos antes de recibir el trofeo de Nueva York. Sus l¨¢grimas, la forma en que celebr¨® su 18? t¨ªtulo mayor, estaban justificadas tras una temporada con demasiadas sombras. La menor de las Williams s¨®lo tiene una verdadera rival en el circuito, ella misma. Su voluble car¨¢cter, que oculta la mayor¨ªa de las veces tras sus impresionantes condiciones f¨ªsicas y t¨¦cnicas, constituye una inc¨®gnita para todos los observadores.
Despu¨¦s de fracasar con estr¨¦pito en las tres citas anteriores del Grand Slam (no pas¨® de cuarta ronda en ninguna de ellas), la n¨²mero uno lleg¨® a Flushing Meadows bajo el microscopio de los cronistas, sujeta al escrutinio de todos. ?De qu¨¦ ser¨ªa capaz? El recuerdo del impresionante cortocircuito que padeci¨® en el torneo de dobles de Wimbledon, cuando fue obligada a retirarse dado el estado de ansiedad y desorientaci¨®n que padec¨ªa, que la llev¨® a cometer cuatro dobles faltas seguidas, aliment¨® todo tipo de especulaciones. Se habl¨® de los efectos de una infecci¨®n v¨ªrica, pero tambi¨¦n de una crisis emocional, atribuida a una supuesta y tormentosa relaci¨®n amorosa con su consejero t¨¦cnico, el franc¨¦s Patrick Mouratoglou, de 44 a?os, presente ayer en la central de Queens, la ¨²nica persona a la que dedic¨® personalmente su victoria. Lo sucedido qued¨® sin aclarar.
Es un sentimiento maravilloso. No pod¨ªa imaginar un final mejor" Serena Williams
Pero Williams ha vuelto a lo m¨¢s alto como s¨®lo pueden hacerlo las elegidas. Consigui¨® su tercer t¨ªtulo consecutivo en Nueva York, el sexto en total, y demostr¨® que sus declaraciones de los primeros d¨ªas ¡ª¡°No necesito ganar nada m¨¢s. Todo lo que llegue es un regalo extra¡±¡ª no eran ciertas. Quer¨ªa ganar, necesitaba ganar. Sus primeros partidos en el Abierto estadounidense no aclararon las dudas. Esos d¨ªas, su superioridad resolvi¨® las situaciones dudosas. No cedi¨® ni un solo set, pero la duda persist¨ªa. Este domingo, tras una primera manga titubeante, en la que las dos jugadoras se rompieron el servicio mutuamente hasta en cinco ocasiones, la estadounidense tom¨® las riendas del duelo en el sexto juego, cuando se puso 4-2 arriba hasta el 6-3 parcial. En la segunda manga resolvi¨® desde el primer momento. Arrebat¨® el saque a su rival en el primer juego y repiti¨® en el noveno, el ¨²ltimo, para el otro y definitivo 6-3. Inapelable. Feroz.
La profundidad y fortaleza de los golpes de Williams, su mejor saque y su decisi¨®n en los momentos decisivos fueron una barrera infranqueable para Wozniacki, una tenista excelente, que volv¨ªa a una final del Grand Slam tras la que disput¨® y perdi¨®, precisamente en Nueva York, contra la belga Kim Clijsters. Su siguiente meta, el marat¨®n de Nueva York, sin duda ser¨¢ mucho m¨¢s asequible que su amiga Serena sobre el cemento del Billie Jean King Center de Queens.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.