Los laterales desequilibran al Bar?a

L¨ªder en la Liga, favorecido por un calendario benigno, el Barcelona va por detr¨¢s del Paris Saint Germain en la Champions. No es que sea un equipo distinto en funci¨®n de la competici¨®n, sino que sus errores se disimulan en el torneo dom¨¦stico y penalizan en Europa. Aunque los resultados invitan a pensar en una trayectoria irregular propia de un conjunto en construcci¨®n ¡ªse qued¨® a cero en M¨¢laga para despu¨¦s ganar por 6-0 al Granada y pas¨® de estar invicto siete partidos a tomar tres goles en un encuentro¡ª, la sensaci¨®n es que los azulgrana son fuertes contra los rivales d¨¦biles y d¨¦biles contra los adversarios fuertes como el campe¨®n de Francia. La gravedad de la derrota de Par¨ªs no est¨¢ precisamente en el resultado sino en la sintomatolog¨ªa ofrecida por el Bar?a en el escaparate de la Liga de Campeones, un torneo grandilocuente, para lo bueno y lo malo, la aut¨¦ntica vara de medir del f¨²tbol.

Hay aspectos del juego azulgrana que resultaron especialmente preocupantes ante el PSG. El m¨¢s grave fue la sensaci¨®n de vulnerabilidad ofrecida durante algunas fases del partido, especialmente en el inicio de la segunda parte, cuando se mostr¨® desestructurado y diseminado, reiterativamente err¨¢tico en el pase, sin capacidad para controlar y gobernar el partido, un aspecto del juego que siempre fue prioritario en el estilo del Bar?a. Muy partido, sin posibilidad de juntar las l¨ªneas, nunca presion¨® de forma sincronizada sino aleatoria y desigual, y no compiti¨® con el rango de un gran equipo de la Champions. Volvieron a aparecer las dudas, expresadas en el cambio de Rakitic por Xavi: el despliegue f¨ªsico o el pase, el toque o la conducci¨®n, lo grueso o lo fino, la transici¨®n o la pausa, la energ¨ªa o la inteligencia, lo nuevo o lo viejo.

Fuertes contra los rivales d¨¦biles, los azulgrana se muestran d¨¦biles contra los m¨¢s fuertes

La novedad estuvo en que por una vez el marcador no se explic¨® a partir de la actuaci¨®n de Messi. El 10 hizo un muy buen partido y, sin embargo, perdi¨® el Bar?a por su falta de sentido colectivo del juego ante un rival que ley¨® estupendamente el encuentro, como fue el PSG. Ha mejorado la conexi¨®n Messi-Neymar y se ha debilitado el f¨²tbol global del Bar?a. Hay vicios que no se corrigen con el tiempo, sobre todo la fragilidad defensiva en las jugadas de estrategia, y ya se sabe tambi¨¦n que los jugadores pasan por distintos estados de forma y ahora los hay insustanciales (Pedro) o irregulares (Dani Alves y Jordi Alba).

El punto neur¨¢lgico del Bar?a con Luis Enrique son sus laterales: dispuestos para desequilibrar al contrario a veces desequilibran al propio equipo, como ocurri¨® en Par¨ªs. El 1-0 lleg¨® despu¨¦s de unas manos de Alves; el 2-1 se produjo tras una p¨¦rdida de bal¨®n de Alba; y el 3-1 se cont¨® en una acci¨®n iniciada en una entrada de Van der Wiel por la banda de Alba que fue rematada por Matuidi en el palo que cubr¨ªa Alves. El protagonismo concedido a los dos jugadores de las bandas provoca graves desajustes por el largo campo que tienen que recorrer y porque obligan a un sacrificio desmesurado a los interiores y al medio centro y tambi¨¦n a los centrales, muy exigidos en las coberturas y correcciones, muy expuestos a campo abierto, sobre todo ante el compacto PSG.

La buena sinton¨ªa Messi-Neymar contrasta con la p¨¦rdida de juego colectivo

Los franceses siempre consiguieron situaciones de superioridad en el centro del campo por su buena presi¨®n alta y por la presencia de Pastore, tan excelente en el juego de entrel¨ªneas como preciso fue Lucas Moura a bal¨®n parado. No funcion¨® el tri¨¢ngulo lateral-volante-extremo, la salida de bal¨®n fue muy deficiente y se acumularon las p¨¦rdidas en distintas zonas del campo: 82 en total: (15 de Alves, 8 de Alba y 7 de Mathieu, Neymar, Rakitic e Iniesta).

Un jugador tan fiable como Busquets qued¨® de nuevo a merced de las contras del contrario, igual de desbordado que los dos centrales, porque no hubo m¨¢s defensas que Mascherano, Mathieu y el propio Busquets. Tampoco resolvi¨® ning¨²n problema serio Ter Stegen. Aunque fall¨® en el 2-1, el portero no deber¨ªa ser se?alado como el culpable; acaso puede ser v¨ªctima de la pol¨ªtica de rotaciones siempre discutible en un puesto como el de guardameta.

Nunca le fueron bien las cosas al Bar?a en el Parque de los Pr¨ªncipes: perdi¨® en 1995, sali¨® lesionado Messi en 2013 y qued¨® malparado el martes por sus disfunciones y fragilidad, s¨®lo redimido por la convicci¨®n y ambici¨®n. Pasa el tiempo y cada vez son m¨¢s los equipos que saben c¨®mo jugarle al Barcelona; lo dif¨ªcil sigue siendo hacer jugar bien al Bar?a.