Wenger y Mourinho, a empujones
El Chelsea se impone al Arsenal (2-0) en un duelo crispado y en el que los t¨¦cnicos, enfrentados por viejas rencillas, se encaran en los banquillos de Stamford Bridge
Equilibrados en la dial¨¦ctica, donde sus t¨¦cnicos mantienen una batalla verbal desde hace a?os, los duelos entre el Chelsea y el Arsenal dejaron desde hace tiempo de tener color, si acaso el azul de los blues. Cayeron una vez m¨¢s los gunners en Stamford Bridge (2-0) tras un duelo envuelto por el ruido y un ambiente muy crispado, que tuvo su m¨¢xima expresi¨®n en las bengalas que prendieron los hinchas visitantes y que obligaron a retrasar el inicio un cuarto de hora. Tambi¨¦n se traslad¨® el nerviosismo a los banquillos, donde Ars¨¨ne Wenger y Jos¨¦ Mourinho casi llegan a las manos.
A la gresca desde hace a?os, el preparador alsaciano no puede ver ni en pintura a su hom¨®logo. Dolido a¨²n por una bravuconada del portugu¨¦s el curso pasado ¨C¡°Wenger es un especialista en fracasos, porque ocho a?os sin ganar nada es mucho tiempo. Si yo hago eso con el Chelsea, me voy y no vuelvo¡±, dijo Mourinho¨C, se le hincha la yugular cada vez que debe cruzarse con su enemigo. Esta vez, de las palabras se pas¨® a la refriega f¨ªsica. El detonante fue una dur¨ªsima entrada de Cahill sobre Alexis. Molesto, el entrenador de los gunners sali¨® disparado, entre aspavientos; Mourinho le reprendi¨® y le inst¨® a que volviese a su ¨¢rea t¨¦cnica. En lugar de recular, Wenger se aproxim¨® al portugu¨¦s y le dio un zarandeo.
Cay¨® Wenger en la trampa, del mismo modo que se diluye de nuevo su equipo, ya a nueve puntos de los blues, l¨ªderes, cuando tan s¨®lo se han disputado siete jornadas. No encuentra por d¨®nde hincarle el diente a Mourinho, al que nunca ha conseguido doblegar ¨Csiete victorias y cinco empates a favor del luso¨C. En esta ocasi¨®n tampoco hubo manera. Tan coqueto como inerme, el Arsenal apenas intimid¨® el arco de Courtois, que tuvo que abandonar el c¨¦sped a los 23 minutos tras un encontronazo con Alexis y fue hospitalizado. "No es nada especial, nada de lo que debamos preocuparnos", respondi¨® Mourinho cuando fue interrogado sobre por qu¨¦ no quit¨® de inmediato al belga, que sangraba de un o¨ªdo, atendiendo a la exigencia nuevo protocolo de la FIFA para tratar las conmociones.
"No puede venir a mi ¨¢rea t¨¦cnica, en especial para presionar al ¨¢rbitro para que saque una tarjeta roja al jugador"
El veterano Cech, quien precisamente juega con una protecci¨®n en la cabeza por un episodio similar que sufri¨® en 2006, tom¨® el relevo. Sin embargo, apenas tuvo que intervenir. Intent¨® intimidarle el chileno Alexis, pero de forma muy t¨ªmida, demasiado solo, perdido al final entre el bosque de piernas y m¨²sculo que luce el Chelsea, agarrado tambi¨¦n al superdotado Hazard. Genial con la pelota en los pies, el belga volatiliz¨® el endeble escudo defensivo del Arsenal con un eslalon interrumpido por Koscielny dentro del ¨¢rea. No fall¨® el belga, un mago al que es casi imposible ponerle el freno. Tampoco err¨® Diego Costa, casi siempre definitivo ¨Ces el m¨¢ximo ca?onero del torneo con nueve goles¨C, exquisito para bombear el bal¨®n sobre Szczesny tras recibir un magistral servicio de F¨¤bregas, el mejor pasador del campeonato con siete asistencias. Era el catal¨¢n, a priori, el gran protagonista del encuentro. Criado en el regazo de Wenger, capit¨¢n y s¨ªmbolo del Emirates hasta hace tres a?os, cuando decidi¨® regresar a Barcelona, ofreci¨® una nueva demostraci¨®n de templanza y buen hacer sobre el verde. Justamente, la que les falt¨® a Wenger y Mourinho.
"Quer¨ªa ir de A a B y alguien se puso delante de m¨ª sin ning¨²n signo de bienvenida", explic¨® Wenger
"Yo quer¨ªa ir de A a B y alguien se puso delante de m¨ª sin ning¨²n signo de bienvenida. B era [Alexis] S¨¢nchez. Quer¨ªa ver c¨®mo estaba", indic¨® Wenger al concluir el partido. "El ¨¢rea t¨¦cnica es muy clara, yo tengo la m¨ªa, el tiene la suya y no puede venir a la m¨ªa, en especial para ejercer presi¨®n sobre el ¨¢rbitro para que saque una tarjeta roja al jugador", le replic¨® Mourinho.
Portentoso De Gea
Reclutado hace dos a?os a para recoger el testigo de Van der Sar, un gigante bajo los palos, David de Gea ha ido tom¨¢ndole poco a poco el pulso a la porter¨ªa del Manchester United. Tras un primer curso plagado de dudas y varios errores significativos, la campa?a pasada se adue?¨® definitivamente del marco de los diablos, donde ahora brilla y evita escarnios. Todav¨ªa en construcci¨®n, al equipo de Louis van Gaal le cuesta un mundo sacar adelante los partidos, pero gota a gota, en medio de la marejada, est¨¢ encontrando el camino correcto y acerc¨¢ndose a las zonas nobles de la tabla. Buena culpa de ella la tiene el portero espa?ol, portentoso y decisivo para que el United ara?ase tres puntos m¨¢s ante el Everton (2-1) en el duelo disputado en Old Trafford.
Despu¨¦s de que Di Mar¨ªa dejase huella -abri¨® el marcador en el minuto 27, asistido por Mata- comenz¨® el recital de De Gea, un arquero de reflejos privilegiados y en cuyas intervenciones se adivinan detalles t¨¦cnicos acordes a su envergadura (1,91). Justo antes de que el ¨¢rbitro pitase el final del primer tiempo, detuvo un penalti a Baines con una estirada al lado derecho y la manopla abajo, firme para despejar el cuero. Nada pudo hacer despu¨¦s, cuando Naismith irrumpi¨® por el centro y cabece¨® al ¨¢ngulo inalcanzable. Se inclinaba entonces el terreno para los red devils y el murmullo regres¨® a las gradas, pero Falcao, siempre hambriento, grit¨® su primera diana en la Premier.
A partir de ah¨ª, los flashes volvieron a a apuntar al exportero del Atl¨¦tico, colosal en la recta final del pulso, cuando el Everton apretaba y casi ahogaba, cuando el costarricense Bryan Oviedo sac¨® el rifle y encontr¨® la respuesta del arquero. Plet¨®rico, inmenso y felino, De Gea sostuvo a su equipo con dos intervenciones extraordinarias en el tiempo a?adido.
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