M¨¢rquez borda el guion

El guion estaba bien estudiado. Y lo bord¨®. No admiti¨® duda alguna. Porque su carrera fue perfecta. De principio a fin. Por la cautela inicial. Por el atrevimiento despu¨¦s. Por la ambici¨®n. Y la inteligencia de la que ech¨® mano en cuanto hab¨ªa logrado su objetivo. Y el objetivo era coronarse como campe¨®n del mundo por segundo a?o consecutivo a la primera oportunidad. Por qu¨¦ esperar. Y no lo hizo. Sigue reescribiendo la historia Marc M¨¢rquez, 21 a?os, un talentazo, pura devoci¨®n por la victoria. Lo hizo en Motegi, en el circuito de Honda, la f¨¢brica que apost¨® por ¨¦l con los ojos cerrados despu¨¦s de verle sumar una haza?a tras otra en Moto2, la casa que le puso un talonario en blanco a principio de curso para que su historia de amor no terminara tan pronto. Y lo hizo con la templanza que le caracteriza. Y suma otro r¨¦cord a su lista interminable al convertirse en el piloto m¨¢s joven en ganar dos t¨ªtulos consecutivos de la categor¨ªa reina. Ha batido a Mike Hailwood, una leyenda.

M¨¢rquez ten¨ªa ganas de demostrar que no s¨®lo es visceral su pilotaje, tambi¨¦n sabe correr con la cabeza

El de Honda sal¨ªa desde la cuarta posici¨®n de la parrilla. Y aunque atendi¨® a la llamada del sem¨¢foro, se encontr¨® con Lorenzo en la salida y se tom¨® el toque como un aviso. Deb¨ªa controlar los riesgos. No pod¨ªa cometer los mismos errores que en Arag¨®n o en Misano, no pod¨ªa volver a fallar, como hab¨ªa hecho el viernes en los entrenamientos. No se pod¨ªa dejar llevar por las emociones. Y fue m¨¢s racional que nunca. Complet¨® aquella primera vuelta con paciencia. Cay¨® a la sexta plaza y pas¨® por meta por vez primera en quinto lugar. Si bien, tampoco es que se anduviera con chiquitas. El primer adelantamiento lo hizo en aquel primer giro: adelant¨® a su compa?ero de equipo, Pedrosa, uno de los que pod¨ªa aguarle la fiesta. A la tercera vuelta alcanz¨® y caz¨® a Iannone. Y se concentr¨® en su ritmo, fant¨¢stico, para reducir las distancias que le separaban del grupo en cabeza, liderado todav¨ªa entonces por Rossi, con Lorenzo y Dovizioso pis¨¢ndole los talones.

Despu¨¦s de ocho vueltas, tras haber rodado y estudiado sus movimientos, M¨¢rquez adelant¨® al de Ducati. Fue en las eses que siguen al primer t¨²nel de Motegi, entre las curvas siete y ocho. Y repiti¨® la operaci¨®n con Rossi, a quien Lorenzo ¨Ca la postre campe¨®n de la carrera¨C hab¨ªa adelantado (vuelta cinco) magistralmente en la curva 11, al final de la bajada, con una frenada maravillosa. El de Honda se puso a rueda de su ¨ªdolo. Y esper¨®. Aguardaba el momento oportuno. Sab¨ªa que le pillar¨ªa en alg¨²n renuncio. Quedaba m¨¢s de la mitad de la carrera. No cab¨ªa la precipitaci¨®n en su plan. De eso le sobr¨® en las ¨²ltimas dos pruebas y no caer¨ªa de nuevo en la trampa. Cuando supo d¨®nde lanzar¨ªa en ataque, en la novena curva, termin¨® de urdir su plan: le ense?¨® la rueda a Rossi a falta de nueve vueltas. Pero el italiano, perro viejo, no se deja impresionar por nadie. Aguant¨® impert¨¦rrito hasta el siguiente viraje. Y defendi¨® su posici¨®n. Claro que no se achanta M¨¢rquez, ni que el t¨ªtulo est¨¦ en juego. Volvi¨® a probar un giro despu¨¦s. En el mismo punto. Y esta vez ya no hubo nada que hacer.

Su ritmo le hubiera permitido un ¨²ltimo intento. Pero M¨¢rquez ten¨ªa ganas de demostrar que no s¨®lo es visceral su pilotaje, tambi¨¦n sabe correr con la cabeza. Por eso no se esforz¨® m¨¢s que en mantener su ritmo constante y distanciarse de Rossi. No le importaba que esta vez ganara otro, siempre que no fueran ni el italiano ni Pedrosa, los ¨²nicos que pod¨ªan retrasar el alir¨®n. Y complet¨® su carrera m¨¢s perfecta, esa en la que exhibi¨® sus mejores cualidades: el atrevimiento y la inteligencia. Montado en una Honda fant¨¢stica, una m¨¢quina hecha a su medida, el chico de Cervera marca estilo y saca pecho entre la mejor generaci¨®n de pilotos de la era moderna del motociclismo.