El chico que duerme en el circuito
Tito Rabat, que este domingo puede convertirse en campe¨®n del mundo de Moto2, vive desde hace dos a?os en una caravana en el trazado de Almer¨ªa
Tito Rabat (Barcelona, 25 a?os) siempre fue algo desgarbado, larguirucho. Rubio y de ojos azules, el chico ten¨ªa un cuerpo ideal para ejercer de modelo, pero no para ganarse la vida como piloto. Consciente de lo que penalizan los kilos de m¨¢s encima de una moto Rabat, que a los 15 ya pasaba de los 170 cent¨ªmetros de estatura, lleg¨® a viajar con un peso en la mochila. Estaba obsesionado con los gramos extra pues su complexi¨®n hab¨ªa marcado sus inicios. Debut¨® en el campeonato de Catalu?a con una Supersport a los 14 a?os; era demasiado grande para hacerlo con una 125cc como los ni?os de su edad. Y lo mismo le pas¨® cuando se estren¨® en el campeonato de Espa?a: lo hizo con una Honda CBR600, un aut¨¦ntico aparato. Y hasta corri¨® las 24 horas de Montmel¨® con 16 a?os. ¡°Al final, decidimos probar con una 125cc. Era muy alto, s¨ª, pero una 600 era demasiado para m¨ª. Me pasaba los d¨ªas por el suelo¡±.
Por aquel entonces ya se hab¨ªa decidido por las motos. Hasta los 13 a?os hab¨ªa distribuido sus fines de semana entre las motos de monta?a y las pistas de karts. A su padre, Esteve, propietario de una conocida joyer¨ªa del Passeig de Gr¨¤cia de la ciudad condal, siempre le gust¨® el motor. Y les meti¨® el gusanillo a sus hijos. Al peque?o Tito empez¨® a gustarle tanto competir que a los 13 a?os corri¨® la Copa Rieju, por su cuenta y riesgo. ¡°All¨ª conoc¨ª a Marc¡±, recuerda, amigo ¨ªntimo como es del campe¨®n de MotoGP. Al a?o siguiente dej¨® el colegio. ¡°Para salir a entrenarme todos los d¨ªas¡±, dice.
Con el mismo empe?o trabaja hoy. Y busca su recompensa en Phillip Island, donde tiene la primera oportunidad para ganar el t¨ªtulo de campe¨®n del mundo de Moto2 en una temporada en la que ha dado un aut¨¦ntico recital: siete victorias, nueve poles (con la de este s¨¢bado) y un compa?ero de equipo que no le deja ni a sol ni a sombra, mosca cojonera donde las haya. Met¨®dico y veterano, Mika Kallio, un fr¨ªo finland¨¦s, ya no sabe por d¨®nde atacar a Rabat, que se ha descubierto como un piloto s¨®lido y constante casi de la noche a la ma?ana. Despu¨¦s de pulular sin pena ni gloria por la categor¨ªa de 125cc, el barcelon¨¦s descubri¨® que las Moto2 se adaptaban mucho mejor a su f¨ªsico y su estilo. ¡°Aunque la gente pueda pensar que cansa m¨¢s, a m¨ª me iba mucho mejor. Pod¨ªa pilotar m¨¢s f¨¢cil, m¨¢s relajado, con la 125cc no pod¨ªa esconderme de ninguna manera¡±, explica.
Su vida cambi¨® hace dos a?os. Lo ten¨ªa todo en la vida. Hasta que su madre falleci¨® de c¨¢ncer. ¡°Cuando me faltaba algo siempre llamaba a mi madre. Ahora est¨¢n mi padre y mi hermano, pero no es lo mismo. Pas¨¦ de hablar con ella cinco veces al d¨ªa a ninguna. Empec¨¦ a echar de menos mil cosas de las que antes no me daba ni cuenta. Tuve que espabilarme¡±. Y un buen d¨ªa decidi¨® salir de casa con cuatro cosas en la mochila y su autocaravana. Empez¨® a probar circuitos de Espa?a. Hasta que descubri¨® el de Almer¨ªa. Y a su gente. Y all¨ª se qued¨®. Le gust¨® tanto que hizo del circuito su casa. Cada vez que abre la boca le da las gracias a David Garc¨ªa, responsable del circuito, por abrirle las puertas de la pista casi cada ma?ana ¨Cse entrena all¨ª siempre que puede con una Kalex de nueve a diez¨C y las de su casa siempre que lo necesite. Ahora, despu¨¦s de probar un piso en la ciudad andaluza, ¡°al que no iba casi nunca¡±, vive algunos d¨ªas en la caravana, otros en un hotel. Y es feliz. ¡°Porque puedo hacer lo que me gusta en cada momento¡±.
¡°Cuando me faltaba algo siempre llamaba a mi madre. Muri¨® y tuve que espabilarme¡± Tito Rabat, l¨ªder de Moto2
Hace dos a?os, tambi¨¦n, Rabat entr¨® por primera vez a un gimnasio. Y adem¨¢s de comer algo m¨¢s (sobre todo ahora que el peso no es tan determinante), el trabajo f¨ªsico le ha ayudado a fortalecer sus m¨²sculos. A entrenar su mente le ha ense?ado Eva Calleja, su psic¨®loga, a quien tambi¨¦n conoce desde el 2012. ¡°Hablar todas las semanas al menos una vez con alguien de fuera de las carreras, que me entiende, es importante. Me da estabilidad. Nos marcamos objetivos y hacemos peque?os ejercicios que me ayudan a tener la cabeza despierta¡±.
Es uno de los pocos en el paddock que no tiene reparo alguno en contar con un psic¨®logo entre su entorno m¨¢s cercano. Aunque, confiesa, empez¨® a asistir a aquellos encuentros obligado por su representante, Paco S¨¢nchez. ¡°Al final dije: lo har¨¦, s¨®lo para que se callen. Luego me di cuenta de que puedes sacar cosas muy positivas¡±, admite. Su nuevo equipo, el MarcVDS, al que lleg¨® despu¨¦s de dejar la estructura de Sito Pons, ha hecho el resto. Y entre todos le han ayudado a creerse que tambi¨¦n ¨¦l puede ser campe¨®n del mundo.
Aunque no reduce las exigencias: ¡°El a?o pasado di el paso que me faltaba para estar siempre delante, aguantar las carreras hasta el final, saber luchar. Y aprendido eso, ahora le saco todo el provecho a los entrenamientos y trabajo en poner mi cuerpo al l¨ªmite. Ya s¨®lo me queda saber luchar contra el agua y el viento, mejorar las salidas, los adelantamientos y las primeras vueltas¡±, explica. ¡°Y aguantar la presi¨®n¡±, a?ade. En Jap¨®n, hace una semana, le cost¨® mucho conciliar el sue?o. Pero va mejorando: ¡°Esta ¨²ltima noche he dormido diez horas¡±.
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