Al Atl¨¦tico siempre le queda un c¨®rner

Al Atl¨¦tico siempre le queda un c¨®rner. O lo que se deriva de ellos. Esta vez un rechazo. Y esta vez tambi¨¦n le quedaba Mandzukic para recogerlo tras un disparo de Griezmann que repeli¨® Guaita. Por all¨ª andaba el goleador croata, que afila el instinto y parece que empieza a interpretar el ¨¢rea como un espacio en el que moverse y en el que una d¨¦cima de segundo es un gol. Meti¨® la puntera y abri¨® para su equipo el peliagudo partido que le plante¨® el Getafe, con poco inter¨¦s por el ataque hasta que encaj¨® el gol al borde del descanso. El tanto de Mandzukic certific¨® esa Liga apretada, con cinco equipos en dos puntos en lo m¨¢s alto de la tabla. Y ah¨ª est¨¢ el campe¨®n, metido en ese vag¨®n en un curso en el que ha se ha visto obligado a reinventarse.

En esa nueva versi¨®n, sobre todo ofensiva, necesitan los rojiblancos e su goleador para esa ecuaci¨®n que le dio el ¨²ltimo t¨ªtulo liguero. Recobrada aparentemente la solidez defensiva, pocos equipos pueden rentabilizar tanto un gol de ventaja como el Atl¨¦tico con su mejor versi¨®n defensiva. Si Mandzukic est¨¢ por encima de los 20 goles los de Simeone tambi¨¦n tendr¨¢n algo que decir en la pelea final. Es una cuesti¨®n de que empiece a imponerse m¨¢s en la multitud de centros al ¨¢rea que ya genera su equipo, bien de jugada o desde los banderines de c¨®rner.

Como conserva ese punto innegociable de equipo competitivo, el Atl¨¦tico se ha encaramado arriba mientras termina de ajustarse. Si tiene que dominar de inicio, domina. Tiene ya muy asumido ese papel que le ha incrementado sus tiempos de posesi¨®n. Tiene m¨¢s bal¨®n este a?o y en el primer tiempo le dio para generar algunas ocasiones en las botas de Ra¨²l Garc¨ªa y Griezmann. El Getafe fue otro rival que le dej¨® todo el peso del partido de saque. La invitaci¨®n al dominio la recogi¨® Koke, que sin Gabi ha cogido galones. Lleva unas cuantas jornadas espl¨¦ndidas despu¨¦s de un inicio de temporada un tanto espeso. Aparece por todo el campo para armar juego y corrige a sus compa?eros , convertido ya sin dudas en la extensi¨®n de Simeone ante la ausencia del primer capit¨¢n. Griezmann es otro que trata de acaparar m¨¢s cuota de bal¨®n, igual que Siqueira. Tambi¨¦n parece afianzarse cada vez m¨¢s Moy¨¢, muy seguro cuando fue exigido en el segundo tiempo porque su equipo no supo rematar el partido en superioridad tras la expulsi¨®n de Alexis.

Los de Simeone sufrieron con un jugador m¨¢s sobre el campo y con el marcador a favor

Hubo mucha guerra de guerrillas durante todo el partido, prendida en las ¨¢reas, principalmente en la del Getafe por la traca de c¨®rners que gener¨® el Atl¨¦tico una vez m¨¢s. God¨ªn con Lafita, Miranda con Juan Rodr¨ªguez y Mandzukic con Alexis. El central azul¨®n tiene ya un historial en codazos y agresiones al rostro de los contrarios que le condena. Una vez m¨¢s dej¨® a su equipo con diez por otro fregado en el que sac¨® las manos a pasear. Le dio un pu?etazo en el rostro a Mandzukic y vio la roja. Con el croata en el suelo, Juan Rodr¨ªguez, otro reputado experto en el juego macarr¨®nico, quiso rematar la barbaridad de Alexis con un pisot¨®n.

Fue otro Getafe el que emergi¨® con un futbolista menos. Por fin se mostr¨® Joda y tambi¨¦n apareci¨® Lafita. A golpe de su velocidad, de la entrada de Sarabia y Bab¨¢ el Atl¨¦tico se encogi¨®. Se desfigur¨® como pocas veces se ha visto. Ni supo congelar el juego, ni tampoco solventarlo con una contra. Si en el juego a¨¦reo Mandzukic es un plus, en el contragolpe el Atl¨¦tico juega con uno menos. Tampoco mejor¨® esa faceta con la entrada de Cerci. El tramo final fue del equipo de Contra. Arremeti¨®, pero se top¨® con Moy¨¢, que volv¨ªa al estadio donde reh¨ªzo su carrera tras su fallido salto del Mallorca al Valencia. Sujet¨® a su equipo, desconcertado ante unas acometidas que le apuraron de manera inesperada. Pocas veces se ha visto a los futbolistas de Simeone tan superados con un jugador m¨¢s sobre el campo y con el marcador a favor. El empate no hubiera sorprendido a nadie, pero a este Atl¨¦tico siempre le queda un c¨®rner por si acaso y parece que tambi¨¦n el portero.