Ni atacan ni defienden
La vulnerabilidad de los laterales, expuestos y desintonizados, penaliza el juego del Bar?a
Luis Enrique ha conseguido una cosa que se presum¨ªa complicada: reactivar a Messi y que se entienda con Neymar. Ambos han participado en 25 de los 29 goles del Bar?a y el brasile?o marca cada jornada, tambi¨¦n en el Bernab¨¦u (10). A juzgar por su debut en Madrid, la llegada de Luis Su¨¢rez no deber¨ªa interferir en la buena relaci¨®n entre el 10 y el 11 sino que la potenciar¨¢ con goles y asistencias como la del 0-1. As¨ª que el Barcelona espera ganar los partidos de entreguerras, aquellos en que el empate penaliza, con los ca?onazos de sus delanteros, especialmente del 9.
El problema est¨¢ en los encuentros exigentes, como los disputados en Par¨ªs y en Chamart¨ªn, d¨ªas en que las victorias dependen de la buena organizaci¨®n colectiva y los detalles resultan decisivos. Aunque los blaugrana se remiten a tres errores individuales ¡ªla mano de Piqu¨¦ en el penalti (1-1), la p¨¦rdida de marca de Busquets en el salto de Pepe (2-1) y el l¨ªo que se montaron Iniesta y Mascherano despu¨¦s de que el entrenador cambiara a Xavi por Rakitic para convertir un c¨®rner a favor en una transici¨®n vertiginosa rematada por Benzema (3-1)¡ª, el Bar?a no fue un equipo compacto en Madrid.
Mal asunto cuando el conjunto no es capaz de corregir los errores de los futbolistas, diseminados en la cancha, partidas las l¨ªneas, descolgados los tres solistas: Neymar, Messi y Su¨¢rez. A cambio de ganar juego interior, el Bar?a ha perdido f¨²tbol por fuera, falto de extremos y retratados los laterales, que quedan expuestos en cada jugada, sin ayudas de los interiores y de los atacantes para defender, evitar las transiciones y situaciones de inferioridad, y sin delanteros a los que poner centros cuando desbordan en ataque por la falta de altura de Messi y Neymar, a la espera de Luis Su¨¢rez. El espacio que se niega por dentro lo regala por fuera.
El aumento del juego interior condiciona el f¨²tbol por las bandas y el equilibrio del equipo
Las bandas se convirtieron en un calvario para el Bar?a en Madrid. Carvajal y Marcelo penetraron de manera reiterada en el campo blaugrana mientras Alves y Mathieu apenas crearon situaciones de gol. Alves, cuya continuidad era m¨¢s que dudosa en verano, ha acabado por ganarse el puesto ante Douglas y Montoya y Mathieu fue desplazado a la banda en el Bernab¨¦u en detrimento de Jordi Alba mientras contin¨²a de baja Adriano. A pesar de contar con hasta cinco laterales naturales, Luis Enrique apost¨® por Mathieu en la banda y defendi¨® el eje central con una pareja muy conocida: Piqu¨¦-Mascherano. ?nicamente tres de los ocho fichajes de la temporada jugaron de inicio contra el Madrid: el portero Bravo, el debutante Luis Su¨¢rez y Mathieu.
La alineaci¨®n abon¨® el viejo debate blaugrana sobre la falta de contundencia defensiva y de control por parte de los centrocampistas, superado como se vio el cl¨¢sico tr¨ªo Xavi-Busquets-Iniesta. La circulaci¨®n del bal¨®n fue lenta y no hab¨ªa piernas para correr en el Barcelona. La ausencia en la formaci¨®n de Rakitic, jugador s¨ªmbolo de la transici¨®n que pretende Luis Enrique, agrav¨® la sensaci¨®n de dej¨¤ vu y abon¨® la confusi¨®n del Bar?a. Hoy no se sabe cu¨¢l es el plan del t¨¦cnico de tanto cambiar y rotar.
Adem¨¢s de corregir viejas deficiencias, como la defensa y ataque de las jugadas de estrategia, las p¨¦rdidas de bal¨®n y la falta de rebeld¨ªa ante la adversidad, el t¨¦cnico precisa volver a coser al equipo para despu¨¦s lograr el equilibrio a partir de una idea, ya sea al espacio o con el bal¨®n. Alternar o mezclar no siempre funciona porque fomenta la incertidumbre, cosa delicada en un equipo con la identidad del Bar?a.
A los blaugrana no les alcanza de momento con el d¨²o Messi-Neymar ni con el tr¨ªo que supone la incorporaci¨®n de Luis Su¨¢rez para ganar las citas m¨¢s dif¨ªciles como las del Parque de los Pr¨ªncipes y del Bernab¨¦u. El partido de Madrid super¨® a todos, tambi¨¦n al entrenador. De momento sigue siendo muy dif¨ªcil hacer jugar bien al Bar?a, y m¨¢s ahora que el Madrid ya no busca un ant¨ªdoto sino que tira millas con el 4-4-2 o el 4-3-3, tanto le da.
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