Marc agranda la leyenda
El campe¨®n de MotoGP logra su 13? victoria, una cifra inaudita Rossi, segundo y subcampe¨®n a los 35 a?os
Dice Marc M¨¢rquez que no es demasiado supersticioso, que no le incomoda en absoluto el n¨²mero 13. Porque la habitaci¨®n del hotel en el que dorm¨ªa en Motegi, a s¨®lo unos pasos de la pista, era la n¨²mero 313. Y no tuvo nada de mala suerte aquel fin de semana en el que se proclam¨® campe¨®n de MotoGP por segundo a?o consecutivo a los 21 a?os. Tampoco le trajo mala suerte alguna su 13? pole de la temporada, que logr¨® en Malasia camino de una victoria (otra victoria) fant¨¢stica. Por eso estaba empe?ado en cerrar el c¨ªrculo en Cheste y lograr la 13? victoria del a?o, otra cifra, como la de las poles, inaudita hasta que este chaval con cara de no haber roto un plato en su vida irrumpi¨® con su talento bruto en las pistas del calendario mundialista. Y como casi siempre que se propone algo, M¨¢rquez a?adi¨® un triunfo m¨¢s a la lista en el Ricardo Tormo. Y agranda as¨ª la leyenda, la del chico de la sonrisa amplia y descarada que pilota con esa misma alegr¨ªa y despreocupaci¨®n que reparte por doquier.
Gan¨® el campe¨®n de Honda una carrera que se complic¨® por unas pocas gotas, caprichosas. Una prueba en la que destacaba otro nombre propio, el de Valentino Rossi, segundo y subcampe¨®n del mundo a los 35 a?os. Toda una haza?a la suya, pues ha sido capaz de amoldarse a los nuevos tiempos y corregir el estilo para adaptarse a las 1.000cc y a las nuevas modas. Mucho m¨¦rito tiene ese segundo puesto, logrado tras tres a?os de ostracismo. Pero ten¨ªa el italiano ganas de demostrar que no est¨¢ todo perdido, que los mitos tienen larga vida. Y dio algunos indicios de ello, de nuevo, en Valencia.
Comenz¨® la prueba con un Iannone lanzado, excelente en la salida, confiado una vuelta tras otra, tanto que en tres giros le sacaba m¨¢s de un segundo a Rossi y dos a M¨¢rquez, sus inmediatos perseguidores. Pero unas pocas gotas de lluvia entraron en juego y fue el tiempo el que puso a prueba a los pilotos, que en esas circunstancias deben tomar decisiones por s¨ª mismos y asumir las consecuencias. Lo hizo M¨¢rquez en Arag¨®n y les toc¨® hacerlo a Iannone y tambi¨¦n a Lorenzo este domingo. Se equivocaron, como lo hizo el catal¨¢n en Alca?iz, aunque en este caso por excesiva precauci¨®n. Y lo pagaron caro.
Ocurri¨® que tan pronto como se apag¨® el sem¨¢foro y los pilotos se lanzaron a por el ¨²ltimo gran premio de la temporada el cielo se cerr¨® y empezaron a caer unas pocas gotas. Era tan escasa la lluvia que no afectaba mucho al pilotaje, pero ya se sabe que en situaciones similares se ven ca¨ªdas feas en las que la moto no avisa del peligro. Los pilotos lo saben y Lorenzo, temeroso como lo ha sido ¨²ltimamente en estas condiciones mixtas y tan extra?as, empez¨® a ralentizar el ritmo y cay¨® de la cuarta a la s¨¦ptima posici¨®n. Los pilotos rodaban segundo y medio m¨¢s lentos que con la pista seca. Pero poco a poco, sin rastro ya de un chaparr¨®n que nunca lleg¨®, volvieron a aumentar el ritmo y mientras Iannone segu¨ªa mandando en cabeza, seguido de Rossi y M¨¢rquez, Lorenzo empezaba a remontar posiciones. Despu¨¦s de once giros el campe¨®n del mundo ya era primero. Hab¨ªa escogido tres curvas a la izquierda, entre la d¨¦cima y la 11? vuelta, para sentenciar la carrera. Le tom¨® el interior a Rossi en la 13? curva, a punto de alcanzar la recta. Y con Iannone lo intent¨® en el siguiente giro: primero en la segunda curva, pero como se resisti¨®, volvi¨® a probar en la en la octava. Y ya no pudo escapar a su destino el italiano, que tambi¨¦n ser¨ªa rebasado por Pedrosa, prudente, aunque no tan cauto como Lorenzo.
Su serenidad le dar¨ªa al de Castellar otro podio. Un podio por el que no pudo pelear Lorenzo, que esta vez, a diferencia de lo que pas¨® en Alca?iz, err¨® la estrategia. Lo hizo cuando volvieron a asomar las gotas en su visera. En una vuelta los pilotos bajaron un segundo su ritmo, luego empezaron a rodar hasta seis segundos m¨¢s lentos. El cielo parec¨ªa animarse. Y el mallorqu¨ªn, que era cuarto (y que as¨ª no lograr¨ªa arrebatarle a Rossi el subcampeonato) no se lo pens¨® dos veces: fue el primero en entrar a cambiar su moto por una con gomas y reglajes para la lluvia. Le sigui¨® Iannone. Y los dos perdieron: el primero terminar¨ªa abandonando, el segundo, acab¨® el ¨²ltimo. La tormenta nunca lleg¨®. Y la pista se sec¨® tan pronto que nunca fueron capaces de acercarse a aquellos, valientes ¨C¡°Era muy dif¨ªcil entender en qu¨¦ condiciones corr¨ªamos¡±, dijo Rossi¨C, que hab¨ªan optado por aguantar en pista a que amainara.
Amain¨®. Y otra vez la gloria fue para M¨¢rquez. ¡°Estoy m¨¢s contento incluso que en Jap¨®n. 15 minutos antes de la carrera todav¨ªa estaba celebrando el t¨ªtulo de mi hermano¡±, confes¨®.
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