El Atl¨¦tico, a octavos por la derecha
El Atl¨¦tico certifica su clasificaci¨®n a octavos lanzado el mejor Mandzukic Un empate en Tur¨ªn le sirve para ser primero de grupo
Lanzado por la sociedad Juanfran-Arda y por el mejor Mandzukic que se ha visto en lo que va de curso, con tres goles, certific¨® el Atl¨¦tico su pase a octavos de final de la Liga de Campeones. Un empate en Tur¨ªn puede servirle para terminar primero de grupo. El subcampe¨®n ya est¨¢ donde pretend¨ªa. Se siente muy fuerte este Atl¨¦tico de Simeone en el cuerpo a cuerpo de las eliminatorias y all¨ª est¨¢ ya con una jornada de antelaci¨®n. Tiene el grupo la convicci¨®n competitiva, refrendada por la campa?a anterior, de que a dos partidos puede mirarle a la cara a cualquiera. Ha corregido con cuatro victorias consecutivas esa primera derrota en Atenas que le ha obligado al meritaje de una reacci¨®n contundente y ha salido reforzado.
ATL?TICO, 4-OLYMPIACOS, 0
Atl¨¦tico: Moy¨¢; Juanfran, Gim¨¦nez, God¨ªn, Ansaldi; Arda (Ra¨²l Jim¨¦nez, m. 66), Tiago (Mario Su¨¢rez, m. 46), Gabi, Koke; Ra¨²l Garc¨ªa; Mandzukic (Griezmann, m. 69). No utilizados: Oblak (p), Cerci, G¨¢mez y Cebolla.
Olympiacos: Roberto; Elabdellaoui, Bot¨ªa, Abidal, Masuaku; Maniatis (David Fuster, m. 46), Ndinga, Milivojevic, Afellay (Kasami, m. 46); Dom¨ªnguez (Bouchalakis, m. 72); Mitroglou. No utilizados: Megyeri (p), Diamantakos, Avlonitis y Leandro Salino.
Goles: 1-0. M. 9. Ra¨²l Garc¨ªa. 2-0. M. 38. Mandzukic. 3-0. M. 62. Mandzukic. 4-0. M. 65. Mandzukic.
?rbitro: Wolfgang Stark (ALE). Amonest¨® a Ansaldi, Ndinga, David Fuster y Ra¨²l Jim¨¦nez.
Unos 50.000 espectadores en el Vicente Calder¨®n.
Los indicios de final que marcaron la previa se confirmaron con el partido sobrio y decidido que ejecutaron los rojiblancos. Gobernaron el juego en toda su extensi¨®n hasta dejar sin capacidad de respuesta al superado equipo de M¨ªchel. Desde el primer minuto olieron la sangre Juanfran y Arda. Olfatearon el rastro del trote cochinero de Afellay, que bajaba tarde, poco y mal, descubri¨¦ndoles un pasillo infinito. Una v¨ªa tan profunda como ancha que rentabilizaron sobremanera el lateral y el mediapunta turco. Esa combinaci¨®n gener¨® de salida un torrente de ocasiones por ese costado derecho. El dos contra uno persistente que practicaron retumb¨® una y otra vez a la espalda de Masuaku. Tac, tac, toques como centellas y Arda o Juanfran ganaban el ¨¢rea y la l¨ªnea de fondo con una facilidad insultante. Ni Mandzukic, ni Ra¨²l Garc¨ªa llegaron a finalizar la primera colada. S¨ª conect¨® el llegador navarro un centro de Juanfran que desvi¨® Roberto. A Mandzukic le volvi¨® a faltar ese medio segundo para llegar a otro pase de Juanfran. Ya fue definitivo el siguiente taladro por el mismo flanco, otro centro raso que le cay¨® rebotado a Roberto. El meta, agobiado porque el bal¨®n le ven¨ªa de un compa?ero, despej¨® y le entreg¨® la pelota a Juanfran. Su centro lo empuj¨® Ra¨²l Garc¨ªa anticip¨¢ndose en el primer palo. Ya sea para correr como el que m¨¢s o para sacar esa veta llegadora que con el tiempo le ha terminado situando cada vez m¨¢s cerca del ¨¢rea, Ra¨²l Garc¨ªa siempre est¨¢.
Al ariete le faltaba un partido contundente en el remate, una actuaci¨®n de goleador de altura
Ante el equipo griego, por primera vez, Mandzukic gobern¨® el ¨¢rea con contundencia y correspondi¨® con eficacia a ese cambio de estilo al que ha obligado al equipo. Necesita el Atl¨¦tico ser muy dominador y jugar en campo contrario para explotarle al m¨¢ximo sus virtudes cerca del gol. Lejos de las zonas de remate, el croata es una especie de extra?o falso nueve. Con poco juego con los pies, abre huecos con desmarques que pocas veces le corresponden sus compa?eros y prologa balones a¨¦reos. Desde la entrega para el colectivo hasta ahora no caben los reproches para el croata. Le faltaba un partido contundente en el remate, una actuaci¨®n que terminara de reivindicarle como un goleador de altura. Se repuso el croata a una acci¨®n que le descubri¨® su mayor defecto. Pocas veces ha podido recibir desde que lleg¨® un pase filtrado a la carrera y por abajo que le plantara mano a mano con un portero. Corri¨® en diagonal hacia Roberto y, en vez de chutar, recort¨® para perder la pelota y la ocasi¨®n. Lo suyo es el ¨¢rea y all¨ª caz¨® un centro desde la izquierda de Ansaldi que no acert¨® a despejar Bot¨ªa. Meti¨® la bota Mandzukic para hacer el 2-0 estando donde muchas veces ha tardado en llegar. Ese tanto ya dej¨® en la lona al Olympiacos, que dej¨® en la primera mitad un disparo de Abidal por encima del larguero. El resto fue sufrimiento para los de M¨ªchel. Sin noticias del Chori Dom¨ªnguez ni de Afellay, sus dos futbolistas m¨¢s exquisitos, se comi¨® el campe¨®n griego una tunda t¨¢ctica, f¨ªsica y futbol¨ªstica. Vio claro Simeone que el triunfo no pod¨ªa peligrar y dej¨® a Tiago en el vestuario, con molestias desde la previa, para dar paso a Mario Su¨¢rez en la reanudaci¨®n.
Fue Arda el que reactiv¨® la noche de Mandzukic con una rosca precisa desde la derecha. A la carrera, el ariete dirigi¨® un testarazo picado y ajustado de manual de nueve de toda la vida. Esa condici¨®n oblig¨® Simeone a dise?ar canales de abastecimiento para ¨¦l desde la pretemporada. Y en esa b¨²squeda movi¨® a Arda hacia la derecha para que se juntara con Juanfran. La sociedad ha ido progresando. De un sencillo aguantar la pelota de espaldas y doblar el pase han evolucionado hacia un entendimiento que ha aumentado el repertorio. Ahora puede ser una pared, un pase al espacio, o un bal¨®n picado por encima del defensa lo que derriba al lateral de turno. Uno hace mejor y m¨¢s da?ino al otro para beneficio de Mandzukic, que termin¨® por imponerse en sus dominios en otro testarazo en un saque de falta.
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