La lista mortal del f¨²tbol espa?ol

Ser vasco, de izquierdas o derechas, espa?ol o franc¨¦s, es igual. Los motivos de la sinraz¨®n son muy dispares: unos colores, una ideolog¨ªa o ser mera v¨ªctima del azar. Da lo mismo. Tras el asesinato ayer de Francisco Javier Romero Taboada antes del Atl¨¦tico de Madrid-Deportivo, desde 1982 han perdido la vida 12 aficionados como consecuencia de la violencia derivada del f¨²tbol espa?ol, cuyas gradas e insignias son a¨²n caldo de cultivo para la barbarie.

1982: Jos¨¦ G¨®mez Rodr¨ªguez. Vicec¨®nsul de Suecia en Benidorm, falleci¨® el 31 de octubre como consecuencia de una refriega producida en un partido de aficionados que tuvo lugar en la localidad de Pallej¨¤ (Barcelona). Una discusi¨®n con el portero rival provoc¨® que un grupo de jugadores se abalanzasen sobre ¨¦l.

1984: Manuel Luque Castillejo. Casado y padre de dos hijos, polic¨ªa nacional, muri¨® a los 29 a?os despu¨¦s de mediar en una pelea que se desencaden¨® en el campo de deportes San Joaqu¨ªn, en el barrio del Naranjo de C¨®rdoba, durante un encuentro alev¨ªn que se disput¨® el 6 de mayo.

1985: Luis Montero Dom¨ªnguez. Trabajador en los astilleros de C¨¢diz, de 56 a?os, fue alcanzado por una bengala marinera que sali¨® despedida desde la grada de Preferencia en un duelo de Segunda contra el Castell¨®n en el estadio Carranza, el 21 de abril. Fue la primera v¨ªctima en Espa?a por un artefacto pirot¨¦cnico.

1990: Florentino Due?as. ?rbitro de regional, perdi¨® la vida el 18 de agosto por los disparos efectuados por un polic¨ªa jubilado durante un partido de Preferente entre el Motril B y Calahonda. Ten¨ªa 32 a?os.

1991. Fr¨¦d¨¦ric Rouquier. Hincha franc¨¦s del Espanyol, muere debido a los navajazos propinados por un grupo de skinheads de los Boixos Nois, ultras del Barcelona, tras un Espanyol-Sporting. Formaba parte de las Brigadas Blanquiazules. Otro integrante de este grupo radical, Jos¨¦ Mar¨ªa Arboleas Mart¨ªnez, fue herido de gravedad en la misma agresi¨®n, el 14 de enero.

1991. Eufrasio Alc¨¢zar. Hincha del Atl¨¦tico, de 23 a?os. Fue rodeado por cuatro seguidores del Real Madrid en una boca de metro cercana al Bernab¨¦u, al grito de ¡°?maldito indio!¡±. Sufri¨® una herida de arma blanca en un costado de 15 cent¨ªmetros de profundidad.

1992. Guillermo Alfonso L¨¢zaro. Con 13 a?os, es el muerto m¨¢s joven de la lista negra. Hab¨ªa ido por primera vez a Sarri¨¤, junto a sus padres y su hermano, para presenciar un Espanyol-C¨¢diz. Un cohete lanzado desde el lado opuesto del recinto se incrust¨® en su pecho y le produjo heridas irreversibles.

1994. Emiliano L¨®pez Prada. De 19 a?os, estudiaba segundo de Derecho y era socio del Deportivo. Celebrar un gol del Atl¨¦tico frente al Bar?a en un bar de A Coru?a le cost¨® la vida el 12 de marzo. Uno de los clientes se acerc¨® a ¨¦l y le asest¨® dos pu?aladas mortales antes de huir.

1998. Aitor Zabaleta. Su delito, ser de la Real Sociedad. Fue apu?alado a los 28 a?os cerca del Calder¨®n, mientras marchaba con sus amigos para presenciar un duelo contra el Atl¨¦tico, el 9 de diciembre. Su asesino, el neonazi Ricardo Guerra, pertenec¨ªa al subgrupo Basti¨®n, la facci¨®n m¨¢s violenta del Frente Atl¨¦tico. Hoy d¨ªa a¨²n se profieren c¨¢nticos desde el fondo sur del estadio del Manzanares para celebrar su muerte.

2003. Manuel R¨ªos Su¨¢rez. De 31 a?os y seguidor del Deportivo. Falleci¨® el 8 de octubre por los golpes recibidos al t¨¦rmino de un encuentro de la Copa del Rey entre su equipo y el Compostela, en Santiago, cuando trataba de proteger a un joven que llevaba la camiseta del conjunto local de los hinchas radicales deportivistas. Sufri¨® desgarros irreversibles en el h¨ªgado.

2012. ??igo Cabacas. El 9 de abril, tras un enfrentamiento entre el Athletic y el Schalke de la Liga Europa, en Bilbao, fue alcanzado por una pelota de goma lanzada por la polic¨ªa, que interven¨ªa en las cercan¨ªas del antiguo San Mam¨¦s por unos disturbios entre aficionados de ambos equipos. Permaneci¨® tres d¨ªas en coma y muri¨® a los 28 a?os. El juez imput¨® a cinco ertzainas, pero la investigaci¨®n no se ha cerrado.