Guerra contra la violencia verbal
La Liga distingue entre gritos intolerantes e insultos, que ser¨¢n castigados con multas
La pasada jornada de Liga fue un remanso de paz. Tras los tr¨¢gicos hechos del pasado 30 de noviembre, con el fallecimiento de un hincha del Deportivo, el despliegue policial fue tan amplio y efectivo que no se registraron incidentes rese?ables antes y despu¨¦s de los partidos. Y eso que a Madrid se desplazaron grupos de ultras de extrema izquierda (del Celta y del Sevilla), enemigos de los grupos m¨¢s radicales del Madrid y Atl¨¦tico. Lo que no pudieron evitar las fuerzas de seguridad fueron los habituales insultos que se escuchan cada fin de semana procedentes de las gradas.
Seg¨²n la Polic¨ªa Nacional, la violencia f¨ªsica est¨¢ pr¨¢cticamente erradicada dentro de los estadios, pero la verbal sigue tan presente como siempre. Eliminar los insultos hacia rivales y ¨¢rbitros es uno de los objetivos que se marcaron en la reuni¨®n de la semana pasada entre la Liga de F¨²tbol Porfesional (LFP), el Consejo Superior de Deportes y la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol. Una de las medidas que se pretende implantar es la de sancionar a los clubes cada vez que sus hinchadas entonen c¨¢nticos ofensivos. Para ello crear¨¢ una figura cuyo cometido ser¨¢ acudir a los campos y recopilar cualquier atisbo de violencia verbal. El informe que elabore se sumar¨¢ a las actas arbitrales y los incidentes que registren los coordinadores de seguridad y se podr¨¢ castigar a los equipos.
A partir de ahora, toca saber qu¨¦ es un insulto punible. El presidente de la LFP, Javier Tebas, quiso diferenciar el domingo en el programa El Larguero, de la cadena SER, entre gritos intolerantes e insultos. Los primeros ser¨ªan ¡°aquellos c¨¢nticos que faltan el respeto a las ideas, creencias y actividad de los dem¨¢s por ser contrarias a las que uno piensa¡±, y puso un ejemplo muy gr¨¢fico: ¡°Puta Catalu?a¡¯, ser¨ªa un grito intolerante¡±. Dentro de los insultos tendr¨ªan cabida expresiones como ¡°Messi, subnormal¡± o ¡°Ese portugu¨¦s, qu¨¦ hijoputa es¡±, que se repiten en el Santiago Bernab¨¦u o en el Camp Nou.
La potestad de sancionar recaer¨ªa o bien en la federaci¨®n o en las distintas delegaciones del Gobierno. Seg¨²n Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte, habr¨¢ dos tipos de castigos: deportivos o administrativos (multas). Los primeros ser¨¢n competencia del Comit¨¦ de Competici¨®n y los segundos de las administraciones.
El Real Madrid decidi¨® expulsar a 17 aficionados que profirieron insultos contra Messi y Catalu?a el s¨¢bado en el partido ante el Celta disputado en el Santiago Bernab¨¦u. El club pretende de esta manera adelantarse a la Liga, que denunciar¨¢ los hechos ante el Comit¨¦ de Competici¨®n. Ayer, el entrenador del conjunto blanco, Carlo Ancelotti, y el portero Keylor Navas hicieron un llamamiento para que los aficionados se limiten a animar y no entonen c¨¢nticos despectivos. ¡°El insulto tambi¨¦n es violencia. Me gustar¨ªa tener una afici¨®n que nos apoye, como hace muchas veces¡±, manifest¨® el t¨¦cnico. ¡°A nadie le gusta que sancionen a su afici¨®n, pero hay que ser consciente de que el f¨²tbol debe ser sano¡±, dijo Navas.
El ejemplo de la Bundesliga
Acudir a un estadio de f¨²tbol espa?ol es adentrarse en un submundo que huele a c¨¦sped y puros, donde se comen pipas, se aplaude, se sufre y se disfruta. Pero tambi¨¦n hay que prepararse para escuchar insultos durante 90 minutos. Pueden ser de forma coral o individual, pero en la mentalidad de buena parte de los aficionados de Espa?a est¨¢ muy arraigada la idea de que pagar una entrada da carta blanca para proferir cuantos improperios vengan en gana. En su lucha por erradicar la violencia dentro de los estadios, los clubes siempre han temido que las gradas se queden en silencio si se expulsa a los radicales, que suelen ser los que m¨¢s animan, pero tambi¨¦n los que m¨¢s insultan. Alemania es el claro ejemplo de que pueden existir estadios llenos y animosos sin que la ofensa est¨¦ siempre presente.
En los a?os ochenta, la ultraderecha se infiltr¨® entre las aficiones alemanas. En la siguiente d¨¦cada el racismo amenazaba con convertirse en tendencia en los campos. Ambas lacras se combatieron con trabajo y concienciaci¨®n social. Hoy, los grader¨ªos de la Bundesliga lucen aspectos saludables, con familias con ni?os y aficiones entremezcladas. Seg¨²n Javier C¨¢ceres, periodista especializado en f¨²tbol alem¨¢n, all¨ª es m¨¢s habitual meterse con el peinado de la estrella rival que mentar a su madre. No obstante, una cosa es la ejemplar Bundesliga y otra las categor¨ªas inferiores, donde s¨ª existen aficiones radicales muy violentas, sobre todo las de equipos del Este, donde los neonazis est¨¢n muy presentes, aclara C¨¢ceres.
Las hinchadas de los grandes equipos siempre corren el riesgo de que se infiltren grup¨²sculos ultras, pero hoy la violencia verbal extrema, al igual que el antisemitismo y el racismo, se puede considerar erradicada del f¨²tbol alem¨¢n de alto nivel.
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