Fin a la magia del Calder¨®n

Mientras se produc¨ªa el lento goteo de aficionados en las puertas de acceso al fondo sur, el Villarreal practicaba un calentamiento que anunciaba su partido. Al son que marcaba la posici¨®n del bal¨®n, los jugadores de Marcelino ensayaban la basculaci¨®n con una coordinaci¨®n cartesiana. La pr¨¢ctica era armoniosa por igual en ataque y en defensa. Se present¨® el Villarreal con el orden como premisa y a esos espacios tan bien cogidos tuvo que enfrentarse el campe¨®n en otro partido de rareza ambiental, con el Frente Atl¨¦tico en silencio y el resto del estadio tratando de asumir el repertorio de c¨¢nticos para tirar del equipo.

Cay¨® el Atl¨¦tico en una contra que se intu¨ªa en la medida que se fue descosiendo, desgastado por el esfuerzo realizado y por el desequilibrio que le gener¨® el irse a por el partido con Griezmann y Cerci ya en el campo. La sentencia fue una maniobra magistral de Vietto, un recorte en la frontal y un disparo duro y colocado a media altura. Ya hab¨ªa avisado Simeone en la previa de la peligrosidad del habilidoso delantero argentino, al que hizo debutar en el Racing de Avellaneda cuando era un cr¨ªo. Un latigazo que acab¨® con 27 partidos de los colchoneros sin perder en su estadio. No ca¨ªa desde mayo de 2013 antes del Bar?a. La derrota abre una brecha en la Liga que deja al Madrid con varios cuerpos de ventaja sobre el Barcelona (cuatro puntos) y sobre el campe¨®n (siete). Perdi¨® el Atl¨¦tico con su manual m¨¢s habitual la temporada pasada: el contragolpe. Ahora arriesga m¨¢s y se expone a lo que le sucedi¨®. La llegada de Mandzukic le ha obligado a adoptar ese perfil m¨¢s dominador.

Con ese rol sali¨® el Atl¨¦tico decidido, mand¨®n, dispuesto a hacerse con el campo con las l¨ªneas adelantadas. Pronto se dio cuenta de que tendr¨ªa que mascar el juego y erosionar ese 4-4-2 tan sim¨¦trico e impermeable con paciencia. Le cost¨® mucho descubrir agujeros, pese a ense?ar tics ya muy claros de que juega m¨¢s a dominar desde el bal¨®n. Se incrustaba Tiago entre los centrales en la salida de bal¨®n y Gabi se escoraba a la derecha para forzar superioridades con Juanfran y Arda. Ese pasillo fue lo mejor del Atl¨¦tico en el primer tiempo. Desde all¨ª fabric¨® la ocasi¨®n m¨¢s clara en el primer acto. Un centro atr¨¢s de Juanfran lo caz¨® Tiago para exigirle a Asenjo una estirada a media altura. Estuvo muy protegido el meta del Villarreal por ese entramado en el que la conjunci¨®n defensiva entre sus dos centrales, V¨ªctor Ruiz y Gabriel, y sus dos mediocentros, Bruno y Trigueros. Volcados en campo contrario, los rojiblancos se expusieron al riesgo de las contras, a ese temor de Simeone de lo que m¨¢s dif¨ªcil es defender cuando atacas. La primera contra que padeci¨® la protagoniz¨® la velocidad de Cheryshev, que pill¨® a la defensa rojiblanca regresando de una jugada a bal¨®n parado. Su disparo lo ataj¨® sin problemas Moy¨¢. No hubo mucho m¨¢s en ese primer tiempo trabado, con el Atl¨¦tico sin poder descifrar con claridad lo que ten¨ªa enfrente.

Como no le result¨® con el dominio territorial, Simeone recurri¨® a Griezmann y Cerci

La salida al segundo acto fue el¨¦ctrica por parte de los futbolistas de Simeone. Muy decididos, con una marcha m¨¢s para sitiar la porter¨ªa de Asenjo. Pudo Mandzukic abrir el marcador en una falta lateral que le dej¨® muerta de cabeza Ra¨²l Garc¨ªa. Reaccion¨® bien Asenjo, con un par de pasos cruciales para tapar el remate del croata. En esa descarga, a Arda le dio por bailar en la izquierda a Jaume Costa. Su centro pasado lo pesc¨® Mandzukic para marcar, pero antes el ¨¢rbitro le hab¨ªa fichado por su empuj¨®n a Mario.

Como el dominio territorial no le dio para mucho m¨¢s, Simeone decidi¨® sacar todo el arsenal. Meti¨® a Griezmann y a Cerci para tratar de revolucionar el tramo final con velocidad y desborde. Ni uno ni otro pesaron en el juego. Su entrada coincidi¨® con un convencimiento notorio del Villarreal de que encontrar¨ªa espacios.

Avis¨® Vietto en una p¨¦rdida de bal¨®n de Miranda en el centro del campo; el defender bien cuando se ataca de nuevo emergi¨®. La ocasi¨®n manifest¨® que el Atl¨¦tico pod¨ªa resquebrajarse a la espalda de tanto jugador por delante de la l¨ªnea del bal¨®n. Un cabezazo forzado de God¨ªn a centro de Koke fue la ¨²ltima gran ocasi¨®n del Atl¨¦tico. Empez¨® a circular la pelota el Villarreal con m¨¢s fluidez, con Bruno y Pina teniendo muy claro por d¨®nde hacer da?o en la salida. En una de ellas, Vietto condujo esa contra tan letal. Velocidad, recorte y zurriagazo. Una secuencia que antes le pertenec¨ªa al Atl¨¦tico. Hubo algo de parad¨®jico en esa primera derrota despu¨¦s de tanto tiempo. Coincidi¨® tambi¨¦n con esa escisi¨®n que se palp¨® en las gradas. Veintisiete partidos despu¨¦s, con otro traje futbol¨ªstico, el campe¨®n encaj¨® una derrota hist¨®rica.