Cesi¨®n de lujo para Cani

En el f¨²tbol profesional tienen cada vez menos cabida los sentimientos. Menos a¨²n en el Villarreal, que ataja los problemas sin mediaci¨®n, de forma intransigente, respaldando por norma al que ostenta la jerarqu¨ªa en el vestuario: el entrenador. Ya en su d¨ªa, en enero del 2007, Riquelme, seguramente el mejor jugador que ha vestido de amarillo, fue expulsado por el presidente, Fernando Roig, que apoy¨® a Pellegrini en el conflicto que mantuvo con el centrocampista argentino al querer prolongar sus vacaciones navide?as. El mismo final de Riquelme ha tenido Cani, que se march¨® de vacaciones navide?as intuyendo que su futuro como jugador amarillo se oscurec¨ªa. El detonante: una discusi¨®n con Marcelino antes del par¨®n liguero.

?El centrocampista aragon¨¦s, 33 a?os, el m¨¢s veterano del vestuario y junto a Bruno el m¨¢s respetado, exig¨ªa al entrenador explicaciones por su escasa participaci¨®n en el equipo, a pesar de que en los dos ¨²ltimos meses arrastraba problemas en uno de sus tobillos. El final de la historia es una cesi¨®n de lujo hasta final de temporada al Atl¨¦tico de Madrid, un equipo campe¨®n. Simeone tendr¨¢ una pieza m¨¢s, un futbolista t¨¦cnico y creativo como pocos en el f¨²tbol espa?ol, para intentar pelear por todos los t¨ªtulos en disputa.

Cani pone as¨ª punto y seguido (renov¨® la pasada temporada hasta junio del 2017), seguramente tambi¨¦n final, al idilio que manten¨ªa con el Villarreal desde el verano del 2006. Ocho millones pag¨® el club de Roig al Zaragoza por una realidad de jugador del que se esperaba que cogiera el m¨¢ximo nivel en una entidad inversora y en crecimiento que hab¨ªa alcanzado las semifinales de la Champions en el anterior curso. Cazorla, Riquelme y Senna ser¨ªan sus compa?eros del centro del campo amarillo que le ayudar¨ªan a crecer como futbolista. Su car¨¢cter infantil y, su sonrisa permanente, le granjearon grandes amistades en el vestuario. Desde la dirigencia del club siempre esperaban que, a su innegable calidad, aportara un plus m¨¢s de intensidad. Tal vez lo que le falt¨® para ser internacional. La fidelidad mostrada con la permanencia en el equipo en Segunda Divisi¨®n acab¨® de convencer a la afici¨®n de El Madrigal de que Cani era amarillo de coraz¨®n. Tras nueve temporadas en el Villarreal, 310 partidos disputados y 33 goles conseguidos, tres de ellos en la presente temporada, su primer conflicto le ha supuesto la salida al Atl¨¦tico de Madrid. Una gran destino para un mal adi¨®s.