Diario de una ciudad n¨®mada
El vivac del Dakar ocupa doce hect¨¢reas y se construye y desmonta cada d¨ªa Aloja a 3.000 personas entre pilotos y empleados
Sobre asfalto, arena o tierra, nace y muere por igual. Es el vivac, hogar de pilotos y organizadores del Dakar, en el que se concentra cada d¨ªa toda la actividad de una prueba que nunca descansa al completo. El tiempo es el principal enemigo de una ciudad n¨®mada y consciente de su fecha de caducidad. En 24 horas se construye desde cero para volver a la nada pasado el d¨ªa. En ¨¦l se dibujan avenidas, callejuelas empedradas y hasta zonas de aparcamientos y campings improvisados, que sin embargo, no pueden sobrepasar las fronteras aparentemente invisibles de una organizaci¨®n que tiene bien controlados sus l¨ªmites. El desmontaje diario deja tras de s¨ª una colecci¨®n de marcas de neum¨¢ticos, botellas de agua y alg¨²n que otro desperdicio. Lo que cada edici¨®n genera cr¨ªticas a una organizaci¨®n que dice sentirse concienciada con la protecci¨®n del medio ambiente.
"Es como vivir en Manhattan, aqu¨ª tampoco se duerme", se carcajea uno de los operarios del Dakar, mientras aparca su cami¨®n junto a una de las decenas de carpas que estructuran cada barrio. El trasiego de veh¨ªculos es constante. La organizaci¨®n cuenta con un total de 210 entre camiones, coches, helic¨®pteros y motos, que pone en movimiento cada d¨ªa del rally. Todos los recursos est¨¢n calculados para que cada d¨ªa haya un lugar en el que asentarse. "Nos reunimos con las autoridades locales de cada pa¨ªs seis meses antes del comienzo de la competici¨®n para pensar en c¨®mo organizar el vivac. Todos los detalles son importantes", se?ala Marc Phily, responsable de log¨ªstica del Dakar, y uno de los hombres m¨¢s atareados de la peque?a city. Este franc¨¦s de 43 a?os responde por el buen desarrollo de la estancia de las 3.000 personas censadas cada noche.
"Es como vivir en Manhattan, aqu¨ª tampoco se duerme", bromean los operarios
Para poder mantenerse al ritmo de la competici¨®n teniendo que transportar a trav¨¦s de Los Andes una estructura tan pesada, (aproximadamente 12 hect¨¢reas) la estrategia de la organizaci¨®n del Dakar dise?¨® un plan de duplicidad de materiales en el que cohabitan dos vivacs al mismo tiempo pero en lugares diferentes. Uno para las etapas impares y otro para las pares. As¨ª, cuando el primero desarma su estructura, el segundo ya tiene desplegada la suya para la siguiente ma?ana. "Hay mucha gente que trabaja durante toda la noche. Mientras unas se van a dormir, otras ocupan su lugar. Los d¨ªas pasan muy deprisa", apunta Phily.
Para poder mantenerse al ritmo de la competici¨®n?cohabitan dos vivacs al mismo tiempo pero en lugares diferentes
La manera de mantener la orientaci¨®n no es otra que la identificaci¨®n de las banderas de cada marca participante, adem¨¢s de las que emplea la propia organizaci¨®n para los espacios comunes como el comedor. Los equipos reciben instrucciones detalladas al llegar hasta el vivac donde deben aparcar sus caravanas y camiones. Una vez situados colocan a su alrededor unos estandartes que sirven de gu¨ªa para que los pilotos les encuentren una vez terminada la etapa.Los extrav¨ªos son habituales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.