El fantasma del puritanismo espa?ol
![Una grada del Santiago Bernab¨¦u.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7DUC4CAQ6DCHMCYPWUZLN4CME4.jpg?auth=18496d8793809f74eaa23db2cbc3e05cb828dcca5d56a2d6701db21809dc843e&width=414)
"?Hijo de puta!". Insulto de David Beckham a un juez de l¨ªnea.
Samsung acaba de reconocer que sus televisores de alta gama, los que incorporan teconolog¨ªas de reconocimiento de voz, podr¨ªan grabar y transmitir a terceros las conversaciones que se llevan a cabo a su alrededor. La Liga de F¨²tbol Profesional habr¨¢ recibido la noticia con inter¨¦s. De repente se les presenta la oportunidad no solo de censurar lo que los aficionados gritan en los estadios, sino tambi¨¦n lo que dicen en sus casas.
La teor¨ªa que se han inventado es que hay una relaci¨®n causa y efecto entre la violencia verbal y la violencia f¨ªsica
El fantasma del puritanismo recorre el f¨²tbol espa?ol. A ra¨ªz de la muerte violenta de un aficionado del Deportivo la Coru?a a finales de noviembre del a?o pasado la LFP y otros organismos oficiales han descubierto una nueva manera de justificar sus existencias. Van a erradicar los insultos del lenguaje futbolero.
La teor¨ªa que se han inventado es que hay una relaci¨®n causa y efecto entre la violencia verbal durante los partidos y la violencia f¨ªsica despu¨¦s. El m¨¦todo para generar paz, armon¨ªa y amor en el mundo del f¨²tbol consistir¨¢ en castigar a aquellos clubes que no tomen medidas para impedir que sus aficionados lancen palabrotas a los rivales.
El exorcismo avanza bien. Esta misma semana la LFP denunci¨® al Barcelona v¨ªa Antiviolencia y a continuaci¨®n, seg¨²n los mecanismos vigentes, al Comit¨¦ de Competici¨®n, porque en el minuto 65 del partido contra el Levante, celebrado el domingo en el Camp Nou, un grupo de unas 200 personas se puso a cantar, ¡°?Cristiano es un borracho!¡±.
En otros tiempos la reacci¨®n del Barcelona hubiera sido: ¡°Me est¨¢is jodiendo, ?no?¡± o ¡°?Vayanse a tomar por culo!¡±. Pero hoy en d¨ªa no. Respondieron como corderos. ¡°Nuestros servicios jur¨ªdicos se van a poner a disposici¨®n de la LFP¡±, declar¨® un directivo. ¡°Vamos a estar siempre a su lado y en contra de la violencia¡±.
La misi¨®n purificadora se activ¨® en serio en diciembre cuando la LFP denunci¨® que, entre otras barbaridades, aficionados del Sevilla hab¨ªan gritado ¡°mucho Betis, mucha mierda¡±; aficionados del Granada hab¨ªan llamado ¡°maric¨®n¡± al jugador del Valencia ?lvaro Negredo; y aficionados del Real Madrid hab¨ªan cantado ¡°Messi subnormal¡± y ¡°?puta Bar?a y puta Catalu?a!¡±. El Madrid reaccion¨® con admirable diligencia, anunciando que expulsar¨ªa a 17 aficionados de su estadio.
Pero hay un problema. No se han definido las nuevas reglas con la debida exactitud. La LFP y los dem¨¢s defensores de la nueva fe deben elaborar un manual. Los aficionados tienen que saber qu¨¦ es permisible decir y qu¨¦ no dentro de los estadios, si no esto va a ser un caos.
Todos m¨¢s o menos entienden que los insultos racistas merecen todo el repudio del mundo pero de repente resulta que el estadio de f¨²tbol es un recinto sagrado en el que no se puede decir ni ¡°mierda¡±, ni ¡°puto¡± o ¡°puta¡±, ni ¡°cabr¨®n¡±. OK. Son palabras feas. Pero ¡°?borracho?¡±. ?Se puede demostrar, como indic¨® el contrito directivo del Bar?a, que llamar borracho a Cristiano Ronaldo va a provocar violencia en o fuera de los estadios? Y si no se puede usar la palabra ¡°borracho¡±, ?tampoco se podr¨¢ decir ¡°tonto¡±, o ¡°cretino¡±, o ¡°imb¨¦cil¡±?
Otra pregunta: ?es menos grave si el insulto no corresponde en absoluto a las caracter¨ªsticas f¨ªsicas o mentales del insultado? O sea, Cristiano, como es bien sabido, no es un borracho. Messi, lejos de ser un subnormal, es un genio. Entonces, ?doler¨¢ tanto que les insulten de tal manera? M¨¢s bien podr¨ªa dar risa, como si alguien llamase ¡°gordo¡± a Andr¨¦s Iniesta. Pero si a Iniesta le llamasen ¡°anor¨¦xico¡±, ?el manual de la LFP propondr¨ªa una sanci¨®n m¨¢s feroz?
Hay mucho por definir antes de que las autoridades logren su objetivo de acabar con el tribalismo salvaje que siempre ha caracterizado nuestro f¨²tbol y lo transformen en un manso circo para todas las edades, como el f¨²tbol americano o la NBA. Tambi¨¦n hay un peligro con todo esto, del que quiz¨¢ no se hayan percatado los castos mandamases del f¨²tbol espa?ol: puede que los aficionados se aburran de ir a los estadios y se queden a ver los partidos en sus casas. Aunque en tal caso los inquisidores tendr¨¢n el consuelo de saber que, gracias a los televisores con sistemas de reconocimiento de voz, tamb¨ªen ah¨ª podr¨ªan impedir que los futboleros se desahoguen como siempre han querido.
?Estamos condenados a vivir bajo el ojo tirano del Gran Hermano ¡ªhasta en el f¨²tbol, hasta en la sopa¡ª o alguien se va a rebelar?
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