El Chelsea cae en Champions tras un milagro de Thiago Silva

Thiago Silva, el capit¨¢n brasile?o del PSG, protagoniz¨® uno de esos milagros del f¨²tbol surgido cuando menos se le espera. Se elev¨® por encima de toda la defensa del Chelsea, se subi¨® al cielo de Stamford Bridge, por encima de la coronilla de Terry, y cabece¨® un gol para la posteridad del club parisino. Era el minuto 114 de la pr¨®rroga y el bal¨®n entr¨® en par¨¢bola sobre de los largu¨ªsimos brazos de Courtois, que hab¨ªa salvado un minuto antes otro testarazo de Thiago Silva. El central brasile?o se redimi¨® as¨ª de un error grav¨ªsimo anterior: un penalti absurdo al palmear un bal¨®n dentro del ¨¢rea. El penalti que, ya en la pr¨®rroga, parec¨ªa dar al Chelsea el pase definitivo a los cuartos de final. Pero la justicia tom¨® cuerpo en Londres poco despu¨¦s. Dirigido por el temple de Thiago Motta y por la clase inabarcable de Pastore, el PSG hab¨ªa jugado 90 minutos con uno menos tras la expulsi¨®n inmerecida de Ibrahimovic a la media hora. Pero ni siquiera as¨ª renunci¨® a un juego exquisito en las formas y en el fondo, en una lucha constante contra las adversidades. En la sonrisa pretendidamente ir¨®nica de Mourinho hab¨ªa mucho de amargura. Su equipo hab¨ªa sido un manual de mediocridad, siempre a remolque del buen gusto de su rival. ¡°Un equipo que no sabe defender dos c¨®rners, no merece pasar. Ellos han merecido pasar. Hay que aceptarlo. No es momento de llorar¡±, reconoci¨® el t¨¦cnico portugu¨¦s tras el partido. El PSG, de paso, obten¨ªa la revancha del pasado curso, cuando cay¨® en cuartos de final ante el conjunto londinense.

Ibrahimovic se hab¨ªa pasado media hora sin tocar ni bola. Aburrido. A la espera de un pase deciviso. Su conjunto, el PSG, se desplegaba con elegancia por el centro del campo, gobernado por Motta y Pastore, pero mor¨ªa a orillas de las torres defensivas del Chelsea, presididas por los largos brazos disuasorios de Courtois. Y justo cuando decidi¨® entrar en acci¨®n, se le acab¨® el recreo. Un choque lateral con Oscar, como mucho una tarjeta amarilla al delantero sueco por haber llegado tarde, acab¨®, sin embargo, con sus huesos en la ducha. Acosado por los jugadores del Chelsea, el ¨¢rbitro, Bjorn Kuipers, un holand¨¦s de 41 a?os, expuls¨® a Ibra sin una sola duda. Aunque despu¨¦s le asaltaran muchas y quiso compensar su error con otro, eludiendo un penalti de Cavani sobre Diego Costa en el ¨¢rea parisina.

El equipo franc¨¦s logr¨® sobreponerse a la expulsi¨®n de Ibrahimovic

Laurent Blanc recompuso al PSG al replegar a su equipo dejando solo a Cavani en punta. El Chelsea, invitado a un ataque en est¨¢tico, destap¨® sus enormes limitaciones. Pese a la desventaja num¨¦rica, el cuadro parisino sigui¨® imponiendo su apuesta por la est¨¦tica. El arranque de las jugadas estaba a cargo de Motta y de Verrati, la prolongaci¨®n en manos de Pastore y la finalizaci¨®n deb¨ªa ser cosa de un Cavani muy desafinado. Siguiendo ese guion, el peque?o Verratti tuvo una arrancada de genio, dej¨® atr¨¢s a dos rivales con un cambio de ritmo y sirvi¨® a Pastore. El volante argentino no perdi¨® tiempo y envi¨® de primeras a Cavani, ante la perspectiva de encarar a Courtois. El uruguayo pudo haber buscado el disparo raso al palo largo, pero prefiri¨® driblar al meta blue. Tras lograrlo y con el bal¨®n perfilado a su zurda, dispar¨® a romper ante la llegada desesperada de Azpilicueta y Cahill. El palo repeli¨® el tiro ante la desesperaci¨®n de Blanc desde la banda.

El baile de pases cortos y triangulaciones del PSG super¨® a un Chelsea obsesionado con no correr riesgos. El ¨¢rbitro pudo haber acabado por desquiciar al PSG cuando sald¨® con una amarilla una entrada por detr¨¢s a Thiago Silva m¨¢s dura que de la Ibrahimovic a Oscar en la primera parte. El esfuerzo empez¨® a pasarle factura al PSG, en especial a Verratti, que ped¨ªa el cambio. El larguero le iba a caer a la cabeza a Sirigu cuando Cahill remat¨® a bote pronto a la salida de un c¨®rner. Parec¨ªa sentenciado el choque cuando David Luiz, un ex del Chelsea abucheado en Stamford Bridge, subi¨® a cabecear un c¨®rner. Lo hizo al primer palo de manera violenta, con una potencia descomunal ante la que Courtois no pudo ni pesta?ear.

Solo entonces, con el 1-1 y la pr¨®rroga a la vista, lanz¨® Mou a sus jugadores al ataque. E inici¨® el tiempo de prolongaci¨®n con la entrada de Drogba, el d¨ªa de su 37 cumplea?os. El marfile?o asisti¨® estupefacto, como un espectador m¨¢s, al cruce de cables de Thiago Silva, que palme¨® el bal¨®n dentro del ¨¢rea en un salto con Zouma. Sin ninguna necesidad. El penalti lo transform¨® con un toque muy suave Hazard. El fin de la historia de no haber sido por la rebeld¨ªa de Thiago Silva. Cualquier otro se habr¨ªa venido abajo. ?l se alz¨® dos veces sobre la zaga blue. En la segunda super¨® la envergadura de Courtois. Y castig¨® la cicater¨ªa del Chelsea de Mou.