El Madrid apabulla al Granada (9-1) con cinco goles de Cristiano
El portugu¨¦s marca cinco goles por primera vez en su carrera y el Madrid avasalla a un Granada hecho trizas Dos tantos de Benzema, uno de Bale y otro de Mainz (p.p.) cierran la goleada
En una primaveral ma?ana madrile?a, en Chamart¨ªn se desat¨® una tormenta de a¨²pa en apenas 13 minutos, lo que tard¨® el Madrid en fulminar al Granada, que se llev¨® una zurra para la historia. Porque para los archivos quedar¨¢ que un domingo de gloria Cristiano Ronaldo certific¨® el primer rep¨®quer de su carrera, lo que no consegu¨ªa un madridista desde Morientes en 2002, lo que no se ve¨ªa en la Liga desde una gesta de Falcao con el Atl¨¦tico en 2012. Y, gracias al rastreo de los estad¨ªsticos, hay que remontarse hasta 1979 para dar con un equipo que anotara nueve goles, lo conseguido entonces por el Bar?a ante el Rayo (9-0). El Madrid se lo pas¨® pipa, y no digamos Cristiano, que en s¨ª mismo fue un convoy, todo un regimiento. Para el Granada, en tanga por el Bernab¨¦u, fue un tormento que no olvidar¨¢, por mucho que se aferre a esa cantinela de su otra Liga.
Real Madrid, 9-Granada, 1
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Kroos (Illarramendi, m.57), Modric, James (Jes¨¦, m.61); Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema (Chicharito, m.61).
Granada: Oier; Foulquier, Bab¨ªn (Murillo, m.60), Mainz, Juan Carlos; Iturra, Fran Rico (Eddy, m.55); Robert, Rochina (Piti, m.53), Candeias; y El Arabi.
Goles: 1-0, m.25: Bale. 2-0, m.31: Cristiano Ronaldo. 3-0, m.36: Cristiano Ronaldo. 4-0, m. 38: Cristiano Ronaldo. 5-0, m.52: Benzema. 6-0, m.55: Cristiano Ronaldo. 7-0, m.56: Benzema. 7-1, m.74: Robert. 8-1, m.83: Mainz en propia puerta. 9-1, m.89: Cristiano Ronaldo.
?rbitro: Jes¨²s Gil Manzano (Comit¨¦ Extreme?o). Amonest¨® a Arbeloa (87) por el Real Madrid; y a Piti (64) por el Granada.
Santiago Bernab¨¦u: 71.000 espectadores.
Hasta el hurac¨¢n de Cristiano, con el Madrid en la tumbona matinal, el partido parec¨ªa no tener descorche. El Granada era aparente y su rival estaba a la espera. Al momento de Bale, por ejemplo, que dej¨® por los suelos a Mainz y abri¨® la tronada. De repente, el conjunto de Abel Resino, con cuerpo hasta entonces, se vio acorralado y con tres directos a la mand¨ªbula de CR se fue al garete de forma irremediable. En un parpadeo de ocho minutos, el portugu¨¦s deforest¨® a los rojiblancos. Pim, pam, pum y tres goles para la mochila. Insaciable, repiti¨® tras el descanso, y ya son 36 en Liga, lo que le convierte en el octavo artillero en la historia del torneo.
Por mucho que fuera un Granada m¨¢s bien de paso, con suplentes y la vista en otros objetivos, como anticip¨® su presidente, Enrique Pina, todo fueron buenas noticias para los de Ancelotti: el aperturismo de Bale, de nuevo el gatillo sin fin de Cristiano, el brindis goleador de Benzema, la feliz reaparici¨®n de James¡ Por si fuera poco, en una semana con tres partidos, una goleada prematura para gestionar los dep¨®sitos, como el de Kroos, que lleva un empacho de f¨²tbol en las ¨²ltimas temporadas, relevado antes de la hora por Illarramendi. Al igual que James y Benzema, que se fueron a la sombra para que tuvieran vuelo a Jes¨¦ y Chicharito, dos de los que m¨¢s reclaman turno desde la reserva.
Goleada hist¨®rica
-El 9-1 final result¨® la victoria con mayor diferencia lograda por el Madrid en la Liga desde el 9-1 que logr¨® ante la Real Sociedad en 1967.
-Cristiano logra 5 goles por primera vez en su carrera y, con 36 tantos, vuelve a adelantar a Messi en la carrera por el pichichi.
-S¨®lo cuatro jugadores han logrado 5 goles en un partido de Primera (sin penaltis) en los ¨²ltimos 50 a?os: Krankl en 1979, Bebeto en 1995, Morientes en 2002 y Cristiano en 2015.
-El delantero portugu¨¦s supera a Pah¨ª?o en la octava posici¨®n de la tabla hist¨®rica de goleadores de la Liga, con 213 tantos. Cristiano lo ha logrado en tan s¨®lo seis temporadas en el club blanco.
Solo hubo partido hasta que se desat¨® Cristiano. El Granada sac¨® bandera blanca y todo fue un recreo para los blancos, que olieron sangre, pero hay que subrayas que siempre jugaron con respeto hacia su contrincante, sin piruetas circenses para escarnio del d¨¦bil. Abrumados, los de Abel encadenaron un desprop¨®sito tras otro. La defensa se hizo de plastilina, y lo mismo entregaban la cuchara los centrales como Oier, el portero. El resto, de naufragio absoluto. Buena parte de los goles retrataron punto por punto las carencias visitantes. Por ejemplo, que un ariete, por m¨¢s que se apellide Benzema pueda acolchar la pelota con el pecho, dejarla botar y estamparla en la red. Y todo en un c¨®rner. Parvulario.
Mientras hubo debate durante 25 minutos, el Madrid se activ¨® enchufado a James, el primero en adivinar c¨®mo desbaratar a la zaga de los andaluces, muy adelantada. Un centro con precisi¨®n de cirujano del ¡°cafetero¡± cit¨® por primera vez a los suyos ante el gol. El buen remate de primeras de Benzema lo detuvo Oier. Volcado como extremo, James, auxiliado por Marcelo, coloniz¨® la banda izquierda, con CR m¨¢s centrado en la punta. A¨²n resist¨ªa el Granada, cuando Kroos filtr¨® la pelota para Bale. Mainz lleg¨® con ventaja, pero el gal¨¦s impuso su poderoso f¨ªsico y el central qued¨® en el pasto. Con suspense, pero emboc¨® Bale. Desenfund¨® Cristiano, se abland¨® Oier en dos de sus goles, y fin del combate. Ocho minutos de chaparr¨®n portugu¨¦s y a coser y cantar.
Liquidado el encuentro al descanso, al que se lleg¨® con un trallazo de El Arabi al larguero, el Madrid se concedi¨® otro rato festivo de vuelta del vestuario. El Granada ya no estaba ante un tiempo eterno, sino ante un suplicio colosal. Solo la misericordia rival pod¨ªa aliviarle. Pocas veces se ve a un equipo tan hecho trizas, un equipo que despierte tanta compasi¨®n. Con los cambios el Madrid baj¨® de marcha, pero los tantos ca¨ªan como sin querer. No se animaron Jes¨¦ y Chicharito, porque el palique con el gol, dale que dale, era asunto de Cristiano y el resto de la BBC. Un frente de ataque demoledor, m¨¢xime si el adversario se pone el segundo traje y se desinfla de tal modo en el Bernab¨¦u. Con Cristiano en combusti¨®n es un suicidio en toda regla.
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