Desisa gana de nuevo la marat¨®n de Boston
El et¨ªope se hab¨ªa impuesto en 2013 en la carrera m¨¢s antigua, horas antes de que dos bombas mataran a tres personas
Al d¨ªa siguiente de su victoria en la marat¨®n de Boston el 15 de abril de 2013, de Lelisa Desisa, un atleta et¨ªope nacido en 1990, no habl¨® nadie. La conmoci¨®n creada por la explosi¨®n de dos bombas en las gradas cercanas a la meta que mataron a tres personas e hirieron a 264 anul¨® cualquier otra cr¨®nica. Desisa volvi¨® a ganar en 2015, sin que el ruido de las bombas atronara, y ya solo se hablar¨¢ de ¨¦l, de su tiempo (2h 9m 17s) y de las condiciones meteorol¨®gicas, fr¨ªo, algo de lluvia, viento en contra, que lo provocaron, y tambi¨¦n de su combativa carrera y su ataque definitivo en el kil¨®metro 39, pasadas las cuatro colinas, a tres de la llegada a en Boylston Street. Desisa, quien en 2013 don¨® la medalla de la victoria a la ciudad de Boston, cruz¨® la l¨ªnea de meta y grit¨®: ¡°?Strong Boston!¡± (Fuerte Boston), una variaci¨®n del Boston Strong que se convirti¨® en lema de la ciudad de Massachusetts como reacci¨®n a las bombas, su ¡°Je suis Charlie¡± contra la barbarie.
En categor¨ªa femenina se impuso con un tiempo de 2h 24m 55s la keniana Caroline Rotich, de 30 a?os, despu¨¦s de un incre¨ªble sprint en la ¨²ltima recta, un codo a codo ag¨®nico con la et¨ªope Mare Dibaba
Las carreras femenina y masculina tuvieron un desarrollo similar, con todos los favoritos agrupados y protegidos hasta que las cuestas del recorrido, el viento y el cansancio seleccionaron a los m¨¢s fuertes. La ¨²nica diferencia fue que a Desisa, segundo el a?o pasado en el marat¨®n de Nueva York tras el explusmarquista mundial Wilpson Kipsang, y segundo en Dub¨¢i en enero, su compatriota Yemane Adhane Tsegay, segundo clasificado, lo que le permiti¨® unos ¨²ltimos kil¨®metros menos sufridos que los que disputaron Rotich y Dibaba.
Boston est¨¢ dividido sobre la posibilidad de condenar a muerte al autor de la matanza
De los muertos y los supervivientes de 2013 se acordaron seguramente los m¨¢s de 30.000 participantes en la 119? edici¨®n del marat¨®n m¨¢s antiguo del mundo, y tambi¨¦n les record¨® toda la ciudad el pasado mi¨¦rcoles a las 14.49 exactamente, la hora de la primera explosi¨®n cuando las campanas de la ciudad sonaron y todo Boston se paraliz¨® en un minuto de silencio. Fue el primer a?o en que se celebr¨® el as¨ª llamado One Boston Day, una conmemoraci¨®n nacida con vocaci¨®n de convertirse en tradici¨®n.
La marat¨®n de 2015 se ha disputado en lunes festivo, como dicta la tradici¨®n, y coincidiendo con unos d¨ªas de pausa en el juicio a Dzohkhar Tsarnaev, el joven de origen checheno a quien un jurado consider¨® culpable de colocar las bombas de 2013. Seg¨²n informa Reuters, acusaciones y defensas deben presentar nuevos testigos y pruebas para que el jurado decida si condena a muerte o a cadena perpetua a Tsarnaev, de 21 a?os. La posibilidad de que sea condenado a muerte ha despertado una gran pol¨¦mica en Boston, una ciudad dividida sobre el hecho, seg¨²n las encuestas. Cuatro v¨ªctimas de las bombas, incluidos familiares de dos de los muertos y una pareja que perdi¨® las piernas en la explosi¨®n se han declarado p¨²blicamente en contra de la condena a muerte. ¡°Si hay una persona que merezca la pena capital es el acusado¡±, dijeron Jessica Kensky y Patrick Dowes, quienes perdieron ambas piernas y que m¨¢s que por cuestiones filos¨®ficas se oponen a la pena de muerte por razones pr¨¢cticas, para evitar nuevos recursos del acusado, lo que les obligar¨ªa a testificar de nuevo, m¨¢s a?os de pesadilla. ¡°Debemos superar el impulso de venganza. La mejor manera de pasar p¨¢gina y alcanzar nuestros objetivos es la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional¡±.
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