El revolc¨®n de Xavi Pascual
La eliminaci¨®n en la Euroliga evidencia las carencias estructurales del Barcelona, necesitado de car¨¢cter, nuevos referentes y afici¨®n
La g¨¦nesis del gatillazo del Barcelona en la Euroliga no admite el singular. Pudo empezar a perder el billete para la Final Four de Madrid en su primer enfrentamiento ante el Olympiacos. Gan¨® aquel partido, pero al Palau (con capacidad para m¨¢s de 7.500) acudieron 4.428 espectadores. Esa incapacidad para llenarlo, debido a los vericuetos de un club incapaz de aclararse con los asuntos de socios, abonos y entradas, viene de lejos y ha favorecido una deserci¨®n que contrasta con la met¨¢fora del infierno de El Pireo y con el agravio comparativo del Palacio de los Deportes en el que raramente se congregan menos de 9.000 feligreses madridistas.
El Barcelona, pese a que su juego no fue para tirar cohetes en varios partidos, cumpliment¨® dos buenas liguillas de clasificaci¨®n y, pese a ser superado por el Madrid, compareci¨® en los cuartos de final con el factor campo a favor. Poco le dur¨®. Perdi¨® el segundo envite y ya no encontr¨® forma humana de quitarse de encima a Spanoulis y su cuadrilla. Le faltaron recursos t¨¢cticos y estrat¨¦gicos m¨¢s apropiados para un combate tan singular, colmillo, car¨¢cter y l¨ªderes donde anclar su juego y su ¨¢nimo. M¨¢s de dos a?os despu¨¦s de su adi¨®s, todav¨ªa se echa de menos a Pete Mickeal, por m¨¢s que se haya querido ver como sucesores a tipos como Deshaun Thomas o Papanikolaou.
La temporada es una pasarela de impotencia del Bar?a, en la final de Copa ante el Madrid, en Sevilla, en Santiago, en Berl¨ªn, otra vez ante el Madrid (97-73) o en Valencia (93-73). Va de fichaje en fichaje, pero m¨¢s all¨¢ de ¨¦xitos o fracasos, no vertebra un equipo s¨®lido y un estilo m¨¢s atractivo y fiable. Pascual, que en febrero renov¨® hasta 2017, ha activado y desactivado con la misma velocidad a Hezonja, un alero especial, prometedor, desequilibrante, que en el cuarto partido ni siquiera jug¨® mientras sus agentes hac¨ªan oficial su elegibilidad para el ¡®draft¡¯. Otro s¨ªntoma del desbarajuste.
Abrines ha alternado grandes partidos, con s¨²bitas desapariciones. Marcelinho ha perdido la confianza y la titularidad, no se sabe bien en qu¨¦ orden. Pleiss ha tardado en dar alguna pincelada. Lampe ha jugado menos de diez minutos en 18 partidos. Jackson sigue desubicado, como Thomas, que ha ido de m¨¢s a menos. Doellman no ha alcanzado, ni de lejos, el nivel que se esperaba de un MVP de la Liga. Y para colmo, Oleson, uno de los pocos que juegan con consistencia, la perdi¨® tras una lesi¨®n en invierno y un esguince en el primer partido ante el Olympiacos. El equipo qued¨® a expensas de Navarro, que ya no puede ser el redentor, el quehacer de Tomic y el afianzamiento de Satoransky.
Si alguien demoniza a los ¨¢rbitros, basta repasar: en el cuarto partido el Bar?a lanz¨® 25 tiros libres y el Olympiacos, 14, y en el global de la serie se se?alaron 96 faltas a los rojiblancos y 81 a los blaugrana.
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