Morata evita la final de las finales para el Madrid y le da el pase a la Juventus
El chico de La F¨¢brica, h¨¦roe de la Juventus, frustr¨® el duelo que so?aba el Madrid con la fastuosa liturgia de un ¨®rdago con el Bar?a en la gran cumbre de Berl¨ªn
Morata, un chico de la factor¨ªa blanca, frustr¨® la final de todos los siglos, para muchos y muchos. Entre ellos, los madridistas, que so?aban con la fastuosa liturgia de un ¨®rdago con el Bar?a en la gran cumbre. Lo impidi¨® la Juve, que tras salir de las mazmorras por viejas infamias, ha regresado a la c¨²spide continental. En Chamart¨ªn provoc¨® un desenga?o colosal tras un buen primer tiempo de los de Ancelotti, que tras el descanso dieron vuelo a la Juve y lo pagaron. A lo suyo, sin perder de vista los detalles, atenta a cualquier chispa favorable, la Juve igual¨® el tanto de Cristiano con otra diana de Morata, exiliado de la casa blanca el pasado verano, el jugador de la eliminatoria. En un partido con aire sahariano, el Madrid, sin el hilo del inicio, busc¨® la ¨¦pica con tanto empe?o como poca claridad. Por una vez le falt¨® pegada. No le alcanz¨® y ya no podr¨¢ renovar el t¨ªtulo. Le espera un cierre de curso complicado, sin tronos, con lo que ello supone en este club tan proclive a las mudanzas.
Hasta que la descarga del gol de Morata le dispar¨® la ansiedad, cumpli¨® el Madrid con el dictado de Ancelotti, que hab¨ªa reclamado concentraci¨®n, intensidad y tranquilidad. Tres variantes necesarias para gestionar el partido. Fue una amenaza, con sus 13 remates en el primer acto (22 al final, por seis del adversario). En un tramo, tantos como en todo el resto de Tur¨ªn, pero sin provocar desgarros defensivos. Esta vez, el esp¨ªritu gremial, mosquetero, no mereci¨® tachas, desde Bale hasta el ¨²ltimo compa?ero. El Madrid supo de entrada de las urgencias en medio campo, donde la Juve, con cinco y hasta seis jugadores cuando se descolgaba T¨¦vez, quer¨ªa administrar el duelo, donde pretend¨ªa levantar el dique, porque esta Juve nada tiene que ver con la larga tradici¨®n de pacatos equipos italianos. Al menos no lo fue hasta el cap¨ªtulo final, cuando ya se colg¨® del andamio de Buffon. Fort Apache en toda regla. Para su desgracia, el Madrid solo respondi¨® por v¨ªa a¨¦rea, de pelotazo en pelotazo sin techo.
Antes de poner la alambrada, en el arranque la Juve logr¨® un duelo parejo, aunque pag¨® el desafino de Pirlo, sin la geometr¨ªa que le distingue. Ha perdido algo de lubricante en las botas. Tampoco Pogba, en plena reaparici¨®n, era ese jugador expansivo que acostumbra, aunque aguant¨® como un jabato casi hasta el soplido final y gan¨® la pelota decisiva de la noche, la del tanto de Morata. Hasta el dardo del exmadridista, pese al equilibrio entre los contendientes, los ataques marcaban la diferencia. Comparado con el Madrid, lo de la Juve es fogueo. Hasta el intermedio, Casillas, aupado de inicio por la hinchada, solo tuvo que intervenir a un disparo lejano de Vidal. En la otra direcci¨®n, los de Ancelotti cerraban cada ofensiva, con Carvajal y Marcelo como ventiladores por los costados y Benzema, ese ariete con patines, para gripar con su clase a los centrales italianos. Su hora larga de partido fue un simposio de f¨²tbol, del bueno y del mejor. Percut¨ªa Bale, percut¨ªa Cristiano, por supuesto. Una pegada pesada contra una mosca. De picotazo en picotazo.
Madrid, 1-Juventus, 1
Real Madrid: Casillas; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Kroos, James, Isco; Bale, Benzema (Chicharito, m. 66) y Cristiano. No utilizados: Navas, Illarra, Pepe, Coentrao, Arbeloa, Jes¨¦.
Juventus: Buffon; Lichtsteiner, Bonucci, Chiellini, Evra; Pirlo (Barzagli, m. 78), Marchisio, Pogba (Pereyra, m. 88), Vidal; Morata (Llorente, m. 83) y T¨¦vez. No utilizados: Storari, Kingsley Coman, Llorente, Padoin, Sturaro.
Goles: 1-0. M. 22. Cristiano (penalti). 1-1. M. 56. Morata.
?rbitro: Jonas Eriksson. Amonest¨® a Isco y James, del Madrid, y a T¨¦vez y Lichtsteiner, de la Juventus.
81.000 personas en el Santiago Bernab¨¦u.
Todo en el Madrid era m¨¢s que notable, e incluso logr¨® despejar a su adversario en el eje del campo, donde Kroos, Isco y James, con auxilios variados, cogieron la bandera pasado el cuarto de hora. Llegaron entonces las primeras sacudidas en cadena del conjunto local. Pleg¨® velas la escuadra italiana. A Benzema y a CR ya les hab¨ªa ido el gol por un dedo. Y a Bale, que enca?on¨® con la zurda a Buffon desde el infinito. Respondi¨® el ya legendario arquero juventino, que tuvo traj¨ªn. Encapsulado el equipo italiano, James asalt¨® el ¨¢rea y, sin mayor emergencia, Chiellini, que no es un aprendiz de alguacil precisamente, trastabill¨® al colombiano con un golpe al gemelo de la pierna derecha. El primer flash no delataba penalti alguno. La c¨¢mara lenta, s¨ª, rotundo. Bingo arbitral. No se achic¨® Cristiano, pese a su destemple del pasado domingo ante Diego Alves. CR, y c¨®mo no, Benzema, bajaron la persiana al primer periodo de nuevo flirteando con el gol.
Nunca se descompuso del todo la Juve, que esper¨® su momento. No se le fue la cara de resistente, pero el Madrid le concedi¨® un tramo tras el descanso, fiado a su demoledor contragolpe. Perdi¨® el bal¨®n, fall¨® pases y pases. Vida para la Juve. No hab¨ªa tragos en las ¨¢reas, hasta que al filo de la hora Sergio Ramos cometi¨® una falta innecesaria a Vidal, que estaba estrangulado contra la l¨ªnea de banda. Pirlo puso el bal¨®n en movimiento, Casillas meti¨® el pu?o y la pelota le lleg¨® a Vidal, que la descorch¨® de nuevo hacia el ¨¢rea. Entonces se vio lo que es Pogba, que tiene un chasis herc¨²leo. Cualquiera se hubiera ido a la lona en su cuerpo a cuerpo con Ramos, pero el franc¨¦s conquist¨® el asalto y su dejada de cabeza la caz¨® Morata. Un Morata que es otro Morata, graduado en el f¨²tbol italiano a pasos agigantados. ?l ha sido el gran azote blanco en esta eliminatoria. Vueltas que da la vida, que rueda como el f¨²tbol.
Final in¨¦dita
Barcelona y Juventus jugar¨¢n el 6 de junio en Berl¨ªn una final in¨¦dita en la historia de la m¨¢xima competici¨®n continental. Ser¨¢ la octava vez que el Bar?a dispute el t¨ªtulo, con un bot¨ªn de cuatro entorchados. Para la Juve tambi¨¦n ser¨¢ la octava final, pero los r¨¦ditos son menores: dos Copas de Europa.
La ¨²ltima vez que el conjunto italiano disput¨® el t¨ªtulo fue en 2003, cuando cay¨® ante el Milan de Ancelotti y Pirlo en los penaltis. Para su ¨²ltima conquista del cetro hay que remontarse a 1996, cuando derrot¨® al Ajax, tambi¨¦n en los penaltis. Su primer trofeo lo cosech¨® en 1985, en la final de infausto recuerdo de Heysel (Bruselas) ante el Liverpool, en la que 39 personas murieron por una avalancha provocada por los hooligans.
El Madrid not¨® el golpe moral. Hab¨ªa tiempo, al menos para forzar la pr¨®rroga. El asunto demandaba f¨²tbol. Se olvid¨® el equipo espa?ol, que tir¨® de alma, sin otro plan que todo aquello que remite al esfuerzo. Al de Chicharito, por ejemplo, relevo de un agotado Benzema. Y al de Marcelo, un coloso por su ruta. Con mucho remango y poca fluidez, el Madrid enclaustr¨® del todo a su rival, con una frecuencia considerable de remates desviados de Bale, que no ajustaba su repertorio de cabezazos. De Cristiano, inopinadamente, no hab¨ªa migas desde el primer tiempo.
Agazapada la Juve, Marchisio, en una aventura, estuvo frente al gol. Irrumpi¨® por el centro del ¨¢rea y su pulso con Casillas lo gan¨® el madrile?o con una magn¨ªfica parada, una acci¨®n que dio carrete a los suyos hasta el ¨²ltimo suspiro. Por el camino, Chamart¨ªn, elegante, concedi¨® honores a Pirlo, tan legendario como Casillas o Xavi, por citar algunos. El relojero juventino dej¨® pas¨® al sistema de cinco zagueros con la entrada de Barzagli. No encontr¨® remedio el Madrid, vencido ante la que hubiera sido la final de las finales. Est¨¢ el Bar?a, la Juve ha vuelto.
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