Cuatro trampas y un recordatorio
Falta la guinda, pero este recorrido tiene casi tanto m¨¦rito como ganar una Euroliga
Aquel momento que parec¨ªa tan lejano hace un a?o en Estambul, mientras los jugadores del Maccabi celebraban su inesperado t¨ªtulo, finalmente ha llegado. El Madrid tiene una nueva oportunidad de coronarse como el mejor equipo europeo y el ya toca corre por boca de todos. Pero como esto del deporte no es una ciencia sino un juego, nunca est¨¢ asegurado el premio. Y menos en una edici¨®n como esta, donde las trampas son numerosas.
La primera se encuentra en la equivocada creencia de que al jugarse en Madrid, las posibilidades aumentan. Ni la historia ni la l¨®gica apuntan hacia esa direcci¨®n. Como bien dijo Pablo Laso, la ventaja se acaba en que saben mejor que sus contrarios c¨®mo se va al pabell¨®n. Porque el escenario, siendo el mismo, lucir¨¢ diferente, lo que hemos visto m¨¢s de una vez que desconcierta a los supuestos locales. Incluso d¨¢ndose por posible que en una hipot¨¦tica final se alcance una buena mayor¨ªa, la presi¨®n que trae consigo la ilusi¨®n equilibra ventajas y peligros.
La segunda est¨¢ en el pasado, en esas dos finales consecutivas perdidas cuyo recuerdo deber¨ªa dejarse en la caja fuerte de un banco. Tarea esta pr¨¢cticamente imposible, por lo que su carga psicol¨®gica puede a?adir en determinados momentos peso a la mochila.
La tercera trampa se llama Obradovic. Menudo p¨¢jaro el serbio, que no para de sonre¨ªr y mostrar su admiraci¨®n por Madrid y por el Madrid. Si no le conoci¨¦semos, podr¨ªamos pensar que viene simplemente a pasarlo bien en una ciudad donde guarda amigos y recibe halagos. Pero llegada la hora del partido, su joven Fenerbah?e es un hueso duro de roer. Por sus jugadores y por el aura de milagrero que acompa?a al entrenador m¨¢s laureado de este torneo.
Y la cuarta es hipot¨¦tica, o sea, que podr¨ªa desaparecer, pero parece poco probable. El CSKA es un equipazo de tomo y lomo, una de las mejores agrupaciones de talento de los ¨²ltimos a?os. Teodosic, De Colo, Seems, Khryapa, Kirilenko o Hines son nombres con una experiencia y bagaje sobresaliente que les convierte en grandes favoritos aunque aprovechen el jugar en Madrid para pasarle la responsabilidad al Real Madrid. Pero no cuela. Con esa plantilla donde nunca faltan los d¨®lares, solo el t¨ªtulo tendr¨¢ sentido para ellos.
Por ¨²ltimo, un recordatorio. En los ¨²ltimos 35 a?os el Madrid ha ganado una sola Euroliga, la de 1995. La que hoy empieza es la tercera presencia consecutiva en la Final a Cuatro, cuarta en cinco a?os. El trabajo realizado en estos ¨²ltimos tiempos es colosal, en lo que respeta al juego, constancia en las victorias y aceptaci¨®n popular, traducida en afluencias masivas a los partidos. Falta la guinda, pero tal y como estaba la secci¨®n hasta hace bien poco, este recorrido tiene casi tanto m¨¦rito como ganar una Euroliga.
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