In¨²til goleada del Madrid ante el Espanyol

El Madrid se empieza de despedir de una temporada para el div¨¢n. Bipolar. De colecci¨®n hasta el cambio de a?o y olvidable despu¨¦s. Llegaba el Madrid a Barcelona aferrado a una ilusi¨®n, aunque sin ilusi¨®n. Arranc¨® desconectado el cuadro de Ancelotti, pero rectific¨® para sellar el 4-1, m¨¢s contundente que futbolero frente al Espanyol. El Madrid ten¨ªa las piernas en el Power8, y el pinganillo en la oreja, pendiente de lo que pasaba en el Calder¨®n. Depend¨ªa de los favores del vecino. El Atl¨¦tico no cumpli¨®, e hiciera lo que hiciera el Madrid en Cornell¨¤, la Liga ya no ten¨ªa remedio.

Lo pele¨® el conjunto blanco con lo mejor que tiene. Ese once ideal que utiliz¨® siempre que las lesiones se lo permitieron. Una excepci¨®n Keylor Navas defendi¨® el larguero del Madrid por sexta vez en esta Liga en lugar de Casillas, alabado en Cornell¨¤ por los hinchas madridistas, m¨¢s reconocido lejos de casa que en Chamart¨ªn. En busca de la s¨¦ptima plaza, que otorga el pasaporte a Europa siempre y cuando el Bar?a gane la Copa, el Sergio Gonz¨¢lez amurall¨® a Kiko Casilla. Cinco defensas, por primera vez en la temporada desde el inicio de un partido, taponar las bandas para contener el v¨¦rtigo de Bale y Cristiano. En el medio el duelo quedaba en un tres contra tres.

Pero Isco, James y Kross arrancaron despistados. Imprecisos y parec¨ªan olvidados de que todav¨ªa no hab¨ªa sonado la campana para el recreo. Y eso que Ancelotti hab¨ªa pedido pelear hasta que las aritm¨¦ticas dejen condenado al Madrid. Con lo que tiene, que no es mucho, el Espanyol se impuso en el medular. Voluntad y no mucho m¨¢s.

As¨ª las cosas, las pocas veces que se arrim¨® el Madrid a Kiko Casilla fue cuando profundiz¨® por las bandas. Como cuando Carvajal busc¨® Cristiano con un centro venenoso. Sin embargo, el luso, por entonces, no hab¨ªa afinado la mira y su cabezazo se estrell¨® en la pared de la red. En cualquier caso, el Espanyol no incomodaba a Keylor Navas, s¨®lo algunos disparos de Arbilla desde la luna y algunas asociaciones entre los dos ligeritos y habilidosos de arriba, Caicedo y Stuani, que eran m¨¢s ruido que nueces.

Apret¨® el Madrid a la vuelta de los camerinos, se abrieron las l¨ªneas del Espanyol y conquist¨® el juego el cuadro blanco. Pepe mordi¨® en la mitad del campo, solt¨® para Benzema, que vio aparecer a Cristiano por la banda izquierda. Esta vez, el luso no fall¨®. El tanto de CR7 en vez de enchufar a los muchachos de Ancelotti lo volvi¨® a desconectar. Apareci¨® de nuevo sobre el tapete el equipo ins¨ªpido que parec¨ªa no estar peleando por nada. Lo aprovech¨® el Espanyol, que en un lapsus de Keylor Navas, Stuani firm¨® el 1-1.

Tocado en el orgullo el Madrid volvi¨® a la carga. Siempre que quiso la casa blanca marc¨® diferencias. Y cumpli¨® con su deber, por m¨¢s en Cornell¨¤ ya se sab¨ªa que Messi hab¨ªa certificado la Liga para los azulgrana. Marcelo marc¨® y Cristiano firm¨® su ¡®hat-trick¡¯. El tanto del portugu¨¦s le sirvi¨® m¨¢s a ¨¦l en su lucha por el Pichichi, lleva 45 y Messi 41, que al conjunto blanco que ya estaba condenado. El Madrid cumpli¨® con su tarea y nada m¨¢s. La Liga depend¨ªa de lo que pasaba en el Calder¨®n.