Laso abraza la justicia po¨¦tica

Era 12 de mayo de 2013 y el O2 Arena de Londres acababa de ser conquistado por Olympiacos. Spanoulis hab¨ªa levantado la Copa de Europa hac¨ªa casi media hora, pero la final todav¨ªa no hab¨ªa concluido. Pablo Laso ten¨ªa un mensaje que enviar al mundo. ¡°Creo a muerte en el baloncesto que hacemos. Vamos a seguir nuestro camino para ganarnos m¨¢s oportunidades como esta que acabamos de perder¡±, proclam¨® el t¨¦cnico con el ruido de fondo de las hordas griegas que celebraban el t¨ªtulo. Anticip¨¢ndose a derrotistas, agoreros y resultadistas, el entrenador m¨¢s laureado del Madrid en los ¨²ltimos 25 a?os, realizaba una emocionada defensa del estilo de su equipo tras la derrota en su primer asalto a la Euroliga. La firme convicci¨®n en esa filosof¨ªa, el elogio inmutable de la normalidad y la vibrante constancia competitiva de su talentoso grupo de jugadores, le devolvieron a la cita con la gloria dos veces m¨¢s. En Mil¨¢n, tras una temporada memorable, sufrieron otro desenga?o rom¨¢ntico, esta vez frente al Maccabi de Rice y en la pr¨®rroga. Pero, a la tercera y al amparo de la afici¨®n del Palacio, la justicia po¨¦tica desemboc¨® en la novena corona continental del club. Laso acab¨® con la obsesi¨®n y desmont¨® las dudas.

El t¨ªtulo que le faltaba

¡°Hemos trabajado much¨ªsimo para llegar hasta aqu¨ª. Nuestra mayor victoria es el camino, lo repito siempre. Nuestro gran ¨¦xito es nuestra afici¨®n y su apoyo. No cuenta en el medallero, pero ese orgullo que sienten por su equipo es tan importante como lo que conseguimos en la cancha¡±, explica Laso, que con la Copa de Europa alcanza el ¨²nico t¨ªtulo que le faltaba, el octavo en cuatro temporadas al frente del Madrid (tras ganar la Liga de 2013, tres Copas en 2012, 2014 y 2015, y tres Supercopas en 2012, 2013 y 2014). En la d¨¦cada comprendida entre 2001 y 2011, antes de su llegada al banquillo, los blancos solo incorporaron a sus vitrinas tres trofeos (la Liga del triple de Herreros en 2005 con Maljkovic en el banquillo y la Liga y la ULEB que gan¨® Joan Plaza en 2007). En esa d¨¦cada, el club tuvo siete entrenadores y realiz¨® 67 fichajes, de los que 34 (50,7%) permanecieron una temporada o menos. El Madrid de Laso ha jugado tres finales de la Euroliga en los tres ¨²ltimos a?os. Las mismas que disput¨® el club en los 30 a?os anteriores a su llegada (1980, 1985 y 1995). Con humildad y fantas¨ªa, con abnegaci¨®n y esp¨ªritu recreativo, apuntalando con car¨¢cter el talento, y con el ¡°defensa, rebote y contraataque¡± como lema, el entrenador vitoriano, de 47 a?os, ha acreditado el ¨¦xito de la estabilidad y ha redecorado a lo grande las vitrinas del club. ¡°Desgraciadamente, en el deporte los t¨ªtulos son los que te dan el reconocimiento. El t¨ªtulo de campe¨®n de Europa tiene mucho de culminaci¨®n. Es el trofeo al que aspiras cuando empiezas a jugar al baloncesto. Con el que sue?a todo el mundo¡±.

Con un porcentaje de victorias del 80,4% (232 en 288 partidos), Laso es el entrenador con el tercer mejor balance en el banquillo madridista. Solo le superan dos leyendas, Pedro Ferr¨¢ndiz con el 85,7% (409 victorias en 477 partidos) y Lolo S¨¢inz con el 81,1% (561 en 692). ¡°Han sido los dos entrenadores m¨¢s grandes en la historia del club y siento es respeto y admiraci¨®n por ambos. No me puedo comparar con ellos¡±, cuenta con modestia otro hombre de la casa, como le presentaron a su llegada, que ha retroalimentado las vitrinas del Madrid, un club que ha conseguido 28 de sus 31 Ligas y 7 de sus 9 Copas de Europa con librillos de t¨¦cnicos nacionales forjados en el equipo. ¡°No es f¨¢cil de explicar lo que es entender el Madrid. Mi ventaja es que he defendido esta camiseta como jugador, soy madridista, s¨¦ lo que significa eso, s¨¦ lo que defiendes, s¨¦ la presi¨®n que conlleva y, desde el primer d¨ªa, lo que he intentado es transmitirles a mis jugadores todos esos peque?os y grandes valores para que sean conscientes de c¨®mo tienen que defender esta camiseta. Es un club muy grande que solo se entiende cuando lo vives¡±.

Un club que le eligi¨® tras descartar una lista de candidatos al banquillo en la que aparec¨ªan Pesic, Pianigiani y Repesa y que el pasado verano le desmont¨® su cuerpo t¨¦cnico de confianza en una decisi¨®n parad¨®jica que reforzaba el organigrama t¨¦cnico al tiempo que debilitaba a su cabeza visible. Pero ¨¦l se neg¨® a considerarse segundo plato. "Tengo las ideas claras y vengo a aportar normalidad. Ning¨²n entrenador mete canastas", proclam¨® nada m¨¢s aterrizar. "Nunca he necesitado m¨¢s respaldo del que he tenido. Mi problema hubiera sido dudar, pero nunca he dudado de mi", cuenta cuatro a?os despu¨¦s.

El lockout en Estados Unidos en 2011 redecor¨® el proyecto y dio vuelo a su proyecto. Rudy e Ibaka desataron la ilusi¨®n. La propuesta y el estilo, vertiginoso y ofensivo, de transiciones r¨¢pidas y posesiones cortas, encandilaron a la afici¨®n que comenz¨® a llenar el Palacio. El equipo se instal¨® en el optimismo y el entrenador acumul¨® cr¨¦dito. Los blancos se convirtieron desde el primer d¨ªa en los m¨¢ximos anotadores en la Liga Endesa y en la Euroliga. La media de espectadores que segu¨ªan al conjunto blanco pas¨® de 6.000 a 11.000, llegaron los primeros t¨ªtulos y el club regres¨® a la pelea por la Euroliga hasta conquistar la Novena. "Ganar este t¨ªtulo es algo grande, pero la satisfacci¨®n es por la obra completa que hemos construido desde el primer d¨ªa que llegu¨¦", sentencia.

El ¨¦xito de la estabilidad

Laso aterriz¨® al Madrid en el verano de 2011 con un modesto curr¨ªculo como t¨¦cnico en el que tan solo figuraban 124 partidos dirigidos en ACB, con un balance de 49 victorias y 75 derrotas. "Me hace mucha gracia lo de la inexperiencia. Obradovic gan¨® la Copa de Europa en su primer a?o", espet¨® con firmeza en su convulso estreno tras el cataclismo que provoc¨® la espant¨¢ de Messina. Su llegada fue acogida con reticencias e incluso con desencanto por la afici¨®n, que lleg¨® a convocar una concentraci¨®n a las puertas del Bernab¨¦u en contra de los gestores blancos. En un intento de rebajar la tensi¨®n, el club retras¨® la presentaci¨®n del t¨¦cnico y reclut¨® a un selecto grupo de veteranos para que mostraran su apoyo al fichaje en la televisi¨®n del club. Imperturbable ante el revuelo, Laso -el tercero en la historia de la secci¨®n, junto a Clifford Luyk y Lolo Sainz, en sumar la condici¨®n de jugador y entrenador en el club- comenz¨® a trabajar rumbo a la leyenda. En cuatro a?os lo ha ganado todo. Su Madrid es de nuevo el rey de Europa.