El dilema del Madrid, asfixiar mediapuntas o ahogar goleadores
Ancelotti dijo a la directiva del Madrid que la falta de centrocampistas puros le situ¨® en la disyuntiva de acomodar a Kroos, James, e Isco, en perjuicio de Bale y Cristiano
El drama de la temporada del Real Madrid se concentr¨® en la ida de los cuartos de final de la Champions, en el Calder¨®n. Con el equipo en pleno. Sin bajas. Con la mejor alineaci¨®n posible, la puesta en escena result¨® tosca. Al cabo de una hora de ataque impetuoso el juego era intermitente, Kroos hiperventilaba, los mediapuntas se agotaban, y Bale y Cristiano eran la viva imagen de la angustia. Lo dijo un jugador que los sigui¨® desde el banquillo: ¡°Bale y Cristiano estaban blancos¡±. M¨¢s blancos que la camiseta. Tan ofuscados que solo atinaban a rematar desde 30 metros.
Carlo Ancelotti traslad¨® el diagn¨®stico a la directiva. ¡°Carlo nos dijo que la plantilla tiene tales carencias que cuando se fortalecen las condiciones de una l¨ªnea se exhiben las miserias de otra; y viceversa¡±, confes¨® uno de los testigos. ¡°Dice que es imposible montar un entramado t¨¢ctico en donde todo fluya¡±.
Ancelotti advirti¨® al club de que Alonso era el futbolista ideal para potenciar a los puntas
Los ejecutivos del club se quedaron at¨®nitos ante la coherencia del entrenador. Recordaron que ya en 2013 Ancelotti les expuso, primero, que si se hab¨ªan propuesto que el Madrid controlara los partidos practicando un f¨²tbol de toque, la pareja ideal de Cristiano nunca pod¨ªa ser Bale. Pero que, puesto que el fichaje de Bale era irreversible, hab¨ªa que dise?ar un modelo espec¨ªfico. Pens¨® en un 4-3-3 con tres tanques en el mediocampo. Para conseguirlo, en la primavera de 2014 el t¨¦cnico aconsej¨® al club que renovara a Benzema, el nueve que articular¨ªa el ataque alimentando de balones a los goleadores; y recomend¨® reforzar el mediocampo con expertos f¨ªsicamente aptos para cubrir los grandes espacios que se abrir¨ªan entre la defensa y una delantera abocada a la definici¨®n. Ancelotti abog¨® por mantener a Xabi Alonso. Argument¨® que se trataba del jugador perfecto para este modelo, uno de los mediocampistas m¨¢s inteligentes a la hora de gestionar el ritmo de los partidos, liberar de responsabilidades defensivas a los goleadores y ahorrar energ¨ªa a los dem¨¢s. Para escoltar a Alonso, sugiri¨® renovar a Di Mar¨ªa, un maratoniano, y fichar a Arturo Vidal, otro maratoniano, por quien la Juventus pidi¨® 60 millones de euros negociables. El Madrid nunca negoci¨® por el chileno.
Ancelotti quiso consolidar la f¨®rmula que le permiti¨® liberar a los goleadores y equilibrar al equipo camino de la D¨¦cima. Consisti¨® en retrasar la defensa 20 metros bajo la direcci¨®n de Alonso, que, acompa?ado por Modric y Di Mar¨ªa, supo ordenar el juego en campo propio para crear espacios, lanzar contragolpes y asegurar repliegues. Con 50 metros por delante, Bale y Cristiano fueron felices.
Los traspasos de Alonso y Di Mar¨ªa, y las compras de Kroos y James, dos mediapuntas magn¨ªficos, cambiaron el panorama por completo. Ancelotti descubri¨® que la plantilla se hab¨ªa llenado tanto de mediapuntas ¡ªKroos, Isco, Modric y James¡ª que la prioridad de potenciar a Cristiano y Bale ya no ser¨ªa t¨¢cticamente sostenible sin hundir a los dem¨¢s. Observ¨® que los centrocampistas que le quedaban, Illarra, Khedira y, eventualmente, Lucas, no eran ¡°puros¡±. Es decir, no eran como Alonso, Pirlo, Mascherano, o Busquets. Pod¨ªan acompa?ar al mediocentro. Pero no pod¨ªan ejercer el papel del mediocentro por delante de los centrales sin exponer carencias.
Modric, el menos apto f¨ªsicamente para el mediocampo en la temporada de la D¨¦cima, pas¨® a ser el volante m¨¢s completo en esta temporada. La hinchada y la directiva reclamaron la Und¨¦cima. Pero ni James, ni Kroos, ni Isco ten¨ªan condiciones atl¨¦ticas para hacer el trabajo que permit¨ªa liberar a Cristiano y a Bale. Tampoco sab¨ªan defender en campo propio, como hac¨ªa Alonso. El 4-2 de Anoeta revel¨® que hab¨ªa que cambiar de plan o tirar la Liga en septiembre.
Ancelotti decidi¨® adelantar las l¨ªneas y llev¨® al Madrid al campo contrario para que los esfuerzos de los mediapuntas se hicieran m¨¢s llevaderos. El nuevo mecanismo busc¨® hacer la presi¨®n alta. As¨ª destacaron Modric, James e Isco. Pero con un efecto secundario: Cristiano y Bale, ahogados entre los futbolistas rivales, se quedaron sin campo para correr. Metidos en el escenario que expon¨ªa sus debilidades para jugar en espacios reducidos.
El t¨¦cnico decidi¨® adelantar las l¨ªneas, pero entonces Bale no volvi¨® a sentirse c¨®modo
Solo Cristiano, que aprendi¨® a rematar a un toque, sobrevivi¨® al aprieto. Bale padeci¨® durante toda la temporada. La mejor etapa del Madrid ¡ªel triunfo en Anfield y la victoria en el cl¨¢sico del Bernab¨¦u¡ª fue sin Bale. El Madrid no gan¨® ni un partido contra Bar?a, Atl¨¦tico, Valencia y Juventus ¡ªlos rivales directos¡ª con Bale.
El tormentoso partido de cuartos en el Calder¨®n (0-0) llev¨® a Ancelotti a formular esta teor¨ªa de la supresi¨®n mutua. Cuando Bale se lesion¨®, pasando a la baja en el partido de vuelta, hubo m¨¢s de un suspiro de alivio en el club. Entonces el Madrid elimin¨® al Atl¨¦tico. Pero la paradoja ya era insuperable.
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