¡®Rel¨¢mpago¡¯ Wawrinka
El suizo vac¨ªa contra pron¨®stico al n¨²mero uno, Djokovic (4-6, 6-4, 6-3 y 6-4, en 3h 12m), y prolonga el maleficio del serbio en Roland Garros para elevar su segundo grande tras el Open de Australia 2014
El deporte tiene estas cosas. Muy pocos apostaban por ¨¦l, subido a una monta?a rusa a lo largo de su carrera, en la sombra desde hace tiempo. Muy pocos se hab¨ªan jugado los cuartos por Stanislas Wawrinka, vencido en 17 de las 20 ocasiones en las que se hab¨ªa medido a ¨¦l. Y muy pocos, solo los m¨¢s osados, hab¨ªan pronosticado una derrota (4-6, 6-4, 6-3 y 6-4 en tres horas y 12 minutos de final) de Novak Djokovic, rey indiscutible y autoritario del circuito en estos momentos. Pero el deporte tiene estas cosas. Sorprende, contradice y emociona. Y todo esto ocurri¨® en el coraz¨®n de Roland Garros, sobre el polvo de ladrillo de la Chatrier. Dobleg¨® el suizo al n¨²mero uno y elev¨® su segundo grande, para encaramarse al cuarto pelda?o del r¨¢nking y prolongar el maleficio del serbio en Par¨ªs.
El suizo, plet¨®rico, fabric¨® el doble (60) de puntos ganadores que el serbio, vac¨ªo y sometido, demolido
Ca¨ªa el sol sobre la Chatrier, 21 grados, pero una brisilla fresca. Todo listo, a priori, para la entronizaci¨®n parisina del jerarca Djokovic. Sombreros, sombreros blancos y gafas a tutipl¨¦n en las gradas, llenas hasta la bandera (alrededor de 15.000 espectadores). Sobre la tierra, Nole, con ese aire aparentemente desganado y esa suficiencia de siempre, de que la cosa no va con ¨¦l, y Wawrinka, el bueno de Wawrinka, no lo olvidemos. El suizo luci¨® los calzones arlequinados que han alimentado la comidilla del torneo, pero al margen de lo anecd¨®tico, sali¨® a jugar con todo, acompa?ado de esa derecha dura y seca y de ese rev¨¦s que puede meter hasta al mejor en un l¨ªo.
El suizo, 30 a?os, ten¨ªa una magn¨ªfica oportunidad de adornar un expediente bastante canino, en el que al margen del Abierto de Australia del a?o pasado deambulan los ¨¢caros en los ¨²ltimos tiempos. Por eso lo puso todo desde el principio. Golpes dur¨ªsimos y profundos, embestidas desde un perfil y otro y muy buen temple en los intercambios, que los hubo y muchos, largu¨ªsimos, equilibrados y hermosos. Con uno de ellos arranc¨® el duelo y el p¨²blico se quit¨® la careta. Por esa regla no escrita de apoyar al d¨¦bil, se posicion¨® claramente a su favor, as¨ª que palmas para cada uno de sus puntos.
Y resisti¨® un buen rato, hasta que el instinto ganador de Djokovic despert¨® de la siesta y mordi¨® al suizo. Fue con 3-3 en el videomarcador. El serbio le meti¨® revoluciones a la pelota y encontr¨® los ¨¢ngulos. Break arriba para Nole, alto y delgado como un fideo, escudo en mano para repeler la sucesi¨®n de golpes cortados y liftados que le propuso Wawrinka. Este intent¨® por todos los medios estirar el parcial y a estuvo a punto de conseguirlo, pero Nole aguant¨® y le puso el lazo al primer set con un aullido liberatorio en direcci¨®n a su palco. All¨ª le animaba el ruidoso s¨¦quito que le acompa?a siempre, familiares, su mujer Jelena y preparadores, con el inigualable Boris Becker camuflado detr¨¢s de una visera de color mandarina.
Con potentes primeros (76% de puntos ganados), Wawrinka, Stan the Man, le impidi¨® tambi¨¦n que estuviera c¨®modo en la segunda manga, que sigui¨® por los mismos derroteros. O sea, igualdad, peloteos espectaculares y aplausos para el suizo, por eso de que hubiera partido. Los c¡¯mon Stan! prevalecieron claramente sobre los ?Nole, Nole! con los que azuzaban los incondicionales del serbio. Pero este supo de inicio apagar los incendios y min¨® progresivamente a Wawrinka, que con 4-3 a su favor tuvo una bola para romper el saque y no la aprovech¨®. A la siguiente, Djokovic le lanz¨® un par de dejadas y ¨¦l replic¨® con otra que tropez¨® con la red. Entonces: ?Zas, zas! Doble raquetazo contra la malla y chiflidos de la Chatrier. Disculpa acto seguido y perd¨®n inmediato, pelillos a la mar por tanto.
No as¨ª despu¨¦s, cuando el suizo logr¨® la ruptura y llev¨® a buen puerto su insurgencia para prolongar el duelo. En ese punto, surgieron los demonios de Nole. Estrell¨® su herramienta contra la arena, un estacazo seco, y la parti¨®. Sanci¨®n correspondiente del ¨¢rbitro y abucheos. No le interesaba a Djokovic alargar el tema, no le conven¨ªa dejarle crecer a Wawrinka, el hombre que renunci¨® a muchas cosas por hacer algo grande en el tenis. Por eso el serbio resoplaba y miraba al cielo franc¨¦s, maldec¨ªa, com¨ªa d¨¢tiles, le molestaba casi todo. Extend¨ªa sus brazos horizontalmente, ?qu¨¦ hago?, porque al bueno de Wawrinka le entraba todo, un aguijonazo tras otro en la moral decreciente de enfrente. Muy da?ina la ruptura que supuso el 4-2 y servicio a su favor.
Nole aspiraba a su noveno grande y a cerrar el Grand Slam, pero cay¨® por tercera vez en la final de Par¨ªs
El serbio, entonces, tocad¨ªsimo y derbordado, sometido; no daba con explicaci¨®n alguna al tormento. Volv¨ªan los malos esp¨ªritus del pasado, esas dos finales (2012 y 2014) que hab¨ªan mancillado su mente; las punzadas, una s¨ª y otra tambi¨¦n, del regenerado Wawrinka. Ofensiva total del chico de Lausana (60 winners, por los 30 de su rival), cuatro del mundo tras la conquista de Par¨ªs. ¡°Cuando juego a mi nivel, puedo ganarle a cualquiera¡±, advert¨ªa ¨¦l, que en los cinco ¨²ltimos pulsos de un Grand Slam con Nole ya le hab¨ªa exigido desgastarse hasta los cinco sets. No tengo nada que perder, debi¨® de pensar. Pues adelante, a por todas.
Y as¨ª lo hizo. El ¨²ltimo set fue salvaje, doble break arriba para Djokovic y doble respuesta de Stan, en ebullici¨®n y lanzado. Listo para volatilizar todos los pron¨®sticos y engrandecer el tenis y el deporte. Cara larga de Djokovic, vac¨ªo y demolido. Gan¨® el suizo porque jug¨® mejor y fue mejor. Un rugido al viento, abrazo sentido con su t¨¦cnico, el sueco Magnus Norman, y l¨¢grimas antes de la coronaci¨®n. Pocos daban un euro por ¨¦l, por Stan. Pero esto es as¨ª, esto es deporte. Qu¨¦ grande.
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