El Madrid doblega al Valencia y jugar¨¢ la final en busca del p¨®ker

El Madrid alcanz¨® su d¨¦cima final consecutiva en los ¨²ltimos dos a?os, la decimotercera sobre 16 posibles en la era Laso, la cuarta seguida en la Liga Endesa despu¨¦s de sumar solo tres en la d¨¦cada comprendida entre 2001 y 2011 antes de la llegada del t¨¦cnico vitoriano al banquillo blanco. Tras ganar la Supercopa, la Copa y la Euroliga, el campe¨®n de Europa luchar¨¢ por completar el p¨®ker de t¨ªtulos para redondear la que ser¨ªa su temporada m¨¢s prol¨ªfica desde 1974. Una excelencia competitiva a prueba de bombas y de rivales ardorosos y sobresalientes como el Valencia.

El conjunto de Carles Duran estir¨® su correosa resistencia hasta el l¨ªmite de sus fuerzas pero perdi¨® a los puntos el cuarto asalto de la serie de semifinales. Se lo apunt¨® un Madrid coral que impuso su lujoso repertorio ante la mermada rotaci¨®n de los naranjas, que a?adieron a Van Rossom a su lista de bajas. No bastaron los 24 puntos y ocho rebotes de Dubljevic, ni la pujante actuaci¨®n de Vives con pasaporte a la selecci¨®n de Scariolo. Ay¨®n y Felipe al comienzo y Nocioni y Rudy al final remataron una eliminatoria apasionante de principio a fin.

La Fonteta redobl¨® decibelios para estirar un combate excelso en competitividad, punter¨ªa y tensi¨®n. El cuarto episodio volvi¨® a desatar la emoci¨®n y el baloncesto con otro intercambio de golpes sin tregua. Felipe y Ay¨®n fueron los primeros p¨²giles madridistas en reclamar los focos en el cuadril¨¢tero de la semifinal. El capit¨¢n, con siete puntos y cuatro faltas recibidas, y el mexicano, con seis puntos y cuatro rebotes, se posicionaron con firmeza en la pintura frente a un Valencia vers¨¢til que martilleaba unas veces con Harangody, otras con Rafa Mart¨ªnez y muchas con Guillem Vives. Mientras el base barcelon¨¦s segu¨ªa opositando a integrante de la lista para el pr¨®ximo Eurobasket, los blancos se esmeraban en mantener la tensi¨®n defensiva. El equipo de Carles Duran afinaba desde el per¨ªmetro, con cuatro triples en el primer cuarto, y el l¨ªder se aplicaba en la zona, con un 8 de 13 en tiros de dos en ese mismo tramo.

Lucic y Dubljevic encumbraron a la segunda unidad de los naranjas sumando entre ambos 20 puntos de los 27 de los locales en el segundo cuarto, pero se defendi¨® el Madrid con los primeros bingos de Llull y Carroll desde el 6,75 y la vigorosa aparici¨®n de Nocioni. El Chapu se multiplic¨® dando relevo en el rebote a Ay¨®n y aportando, junto a Maciulis, los puntos que permitieron al conjunto de Laso mantener el pulso cuando m¨¢s sub¨ªa la marea. Del 9-4 inicial del Valencia al 35-40 a favor del l¨ªder, el marcador nunca se estir¨® m¨¢s all¨¢ de los cinco puntos de renta durante la primera mitad.

Las estrecheces del tanteador eran met¨¢fora de la fricci¨®n sobre el parquet. Cada viaje al aro era una batalla, cada rebote una refriega, cada bloqueo una escaramuza. Saltaban chispas en una contienda de la m¨¢xima exigencia f¨ªsica que explot¨® con un pique entre Rafa Mart¨ªnez y Rudy Fern¨¢ndez. En el minuto 24, con 57-53 tras el punto n¨²mero 15 de Dubljevic, los dos internacionales espa?oles chocaron en una acci¨®n que cambi¨® los biorritmos del partido. El calent¨®n qued¨® escenificado en un cara a cara poco edificante que se sald¨® con una falta y una t¨¦cnica contra el jugador del Valencia. Rudy anot¨® cuatro tiros libres consecutivos, Llull a?adi¨® un triple y el propio Rudy cerr¨® el parcial de 0-10 con otra diana desde el 6,75. El resultado del incidente trastoc¨® la hoja de ruta local y consolid¨® la apuesta visitante. A la mermada rotaci¨®n del Valencia, sin Pau Ribas desde el comienzo de la serie, sin Loncar desde el primer partido y con Rafa Mart¨ªnez renqueante, se sum¨® la baja de Van Rossom (en el banquillo todo el partido) y, en la frontera del minuto 30 los locales comenzaron a tener problemas de combustible. Sato y, sobre todo, Dubljevic ofrecieron un ag¨®nico repostaje, pero enfrente estaba un Madrid s¨®lido que controlaba el rebote, mov¨ªa con generosidad y criterio la pelota y gestionaba el cron¨®metro rumbo a otra final. La que esconde un p¨®ker hist¨®rico y una temporada gloriosa.