Brasil no est¨¢ educado para la derrota
El brasile?o ya no se reconoce en eso que ten¨ªa como m¨¢s sagrado y que maravillaba al mundo
Brasil dej¨® ayer el Estadio Monumental de Chile de forma melanc¨®lica despu¨¦s de perder 1-0 contra Colombia, con un Neymar nervioso comport¨¢ndose como un ni?o mimado. Un aniversario triste, ya que se celebraba el bicampeonato conquistado por el equipo de Zito y Didi, exactamente en Chile, hace 53 a?os.
El bar Papillon, que est¨¢ en la esquina de debajo de mi casa, en Copacabana, constitu¨ªa un retrato de este Brasil decadente: casi todos los parroquianos terminaron el partido blasfemando contra el equipo y animando al adversario. Ni los m¨¢s borrachos disimulaban su mal humor. Ni la siempre animada Glorinha, la Monalisa cariaoca de labios pecaminosos, consegu¨ªa articular el esbozo de una sonrisa.
El brasile?o ya no se reconoce en eso que ten¨ªa como m¨¢s sagrado y que maravillaba al mundo. Lo de 'P¨¢tria em chuteiras' (patria con botas de f¨²tbol), como defin¨ªa el dramaturgo Nelson Rodrigues, ese Shakespeare de los tr¨®picos, es ya una idea que carece de sentido.
Pensamos mal los partidos. Hemos perdido el free jazz, la bossa nova, la inventiva
Y no es solo la derrota de ayer, mal digerida por el airado crack Neymar, lo que nos aterroriza. Adem¨¢s de la escasez de grandes jugadores, pasa que la mayor¨ªa de los entrenadores racanea con la filosof¨ªa del juego. Pensamos mal los partidos. Hemos perdido el free jazz, la bossa nova, la inventiva. Dunga, por ejemplo, prefiri¨® conspirar contra el ¨¢rbitro.
Es dif¨ªcil decir eso, muy dif¨ªcil, pero nos hemos convertido en un pa¨ªs com¨²n con una pelota en los pies. As¨ª que el d¨ªa en que el caballero solitario del n¨²mero 10 no funciona, la derrota llega de forma irremediable.
Es dif¨ªcil, pero tendremos que aprender a educarnos ¡ªal contrario de lo que pasa con Neymar¡ª en la derrota. El 7-1 de Alemania sirvi¨® para eso. El resultado fue tan absurdo que hasta tiene valor pedag¨®gico. Cuando la derrota se vaya volviendo rutina se volver¨¢ una lecci¨®n que nos ense?ar¨¢ que no somos los amos del universo. Todo lo contrario.
Es muy dif¨ªcil decirlo, pero nos hemos convertido en un pa¨ªs com¨²n con una pelota en los pies
Brasil gan¨® con sufrimiento a Per¨². Y Colombia le dio un baile t¨¢ctico y t¨¦cnico a Brasil. Brasil tiene miedo ahora hasta de Venezuela, el pr¨®ximo adversario. El f¨²tbol de la Canarinha ha vuelto a convivir con el viejo trauma del chucho callejero, del que hablaba tambi¨¦n Nelson Rodrigues. La patria de las botas de tacos se ha transformado en patria en humild¨ªsimas sandalias franciscanas.
Que quede aqu¨ª, como punto final, el minuto de silencio por la muerte de Zito, el crack del Santos y de la selecci¨®n de 1962, fallecido el pasado domingo a los 82 a?os.
Zito sirve de ejemplo para que Brasil, en esta fase de luto, repiense su f¨²tbol. Zito ten¨ªa las tres 'b' que hoy en d¨ªa nos hacen mucha falta: bola, br¨ªo y, adem¨¢s, era un bienaventurado hombre de buena voluntad.
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